EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Me he sentado frente al ordenador y la verdad es que no me apetece escribir sobre nada en particular, entre otras cosas porque mi estado anímico no es hoy el más apropiado para comentario alguno, ni tampoco para reflexionar y mucho menos para criticar. Sobre todo para esto último ya que si me lanzo a vituperar sobre algo o sobre alguien la cosa podría salirse de madre para entrar en un terreno cenagoso y ciertamente he de decir que cuando se está en esta situación lo mejor es estar callado. Porque vamos a ver: ¿De qué y sobre qué voy a escribir? ¿Sobre lo dicho por el bello y “revistero” portavoz de los controladores? ¿O escribo sobre lo de los pinganillos del Senado? Menos me apetece hacerlo sobre la condenable agresión al consejero de Cultura de la Región de Murcia, hoy he visto su foto en los periódicos y su rostro no es tan “monstruoso” como nos lo han pintado en diversas publicaciones utilizando para ello el dibujo. Lo cual me lleva a pensar lo que podía haber sido y no fue. Afortunadamente para el consejero. Podría escribir sobre lo del consejero en lo que se refiere a las “connotaciones” políticas que pudieron darse, según el PP, para perpetrar este atentado pero esto sería hacer le el juego a la derecha que aprovecha cualquier ocasión para encender una hoguera a lo que tan predispuesta está siempre no dándose cuenta de que es posible que alguna vez salgan corriendo con su trasero en llamas. En el PP ya no se acuerdan -¡que desmemoriados andan!- cuando lo de la manta de ostias que un macarra le dio en un bar de copas al periodista Tertsch y dijeron que el ataque provenía de la izquierda cuando simplemente se trató de una riña de taberna, o cuando dos militantes del PP, que posteriormente fueron elevados a los altares, intentaron agredir a José Bono en el transcurso de una manifestación. Las fotos eran muy reveladoras. Allí estaban, intentado dar con un palo en la cabeza a Bono.
No, hoy no me apetece escribir, prefiero dejarlo para otro día en el que mi estado de ánimo sea más propicio a hacerlo con cordura ya que si lo hago hoy tendría que decir que lamentablemente esto se está yendo, poco a poco, a la mierda. Con perdón.