Las autoridades de Estados Unidos investigan una poderosa empresa transnacional por presunto blanqueo de millones de dólares. The Wall Street Journal informa que la fiscalía de Los Ángeles examina si esa misma compañía ha manejado dinero de un empresario chino-mexicano acusado por la DEA de traficar con productos químicos para elaborar metanfetaminas. Esa empresa también es investigada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por posible utilización de prostitutas para atraer clientes y violar en el extranjero la ley contra prácticas corruptas.
Esa empresa es Las Vegas Sand Corporation, propiedad de Sheldon Adelson, el rico número 14 en la última lista de multimillonarios publicada por la revista Forbes.
Las Vegas Sand Corporation controla en Macao, con sus casinos, el 80% del juego en la antigua colonia portuguesa, conocida por sus corruptas salas de juego y unas sanguinarias guerras territoriales entre tríadas (grupos de crimen organizado). La entrada de una empresa extranjera en Macao no ha cambiado ese modelo corrupto y sangriento. Según un artículo de Reuteurs (The Criminal probe of Sheldon Adelson’s casino empire) Las Vegas Sand reconoció que había hecho negocios con Cheung Chi-tai, jefe de una tríada. Y Wikileaks filtró que diplomáticos estadounidenses expresaron su “inquietud por las conexiones del crimen organizado con operadores de Macao”.
Pues bien, esa empresa, ese hombre, quieren construir en algún lugar cercano a la capital de España, Madrid, 6 casinos (con más de 1.000 mesas de juego y 18.000 máquinas tragaperras) y 12 hoteles. Y, encima, Sheldon Adelson impone condiciones para ese proyecto de Eurovegas.
Condiciones como no pagar cuotas a la Seguridad Social de los empleados durante dos años; no pagar ningún impuesto durante dos años; que le cedan gratis el suelo necesario y, si hubiera que expropiar, que pague el gobierno español; que nadie más pueda tener negocios de juego durante 10 años; cambiar el Estatuto de los Trabajadores para dejar manos libres laboralmente a Las Vegas Sand; cambiar la ley de extranjería para poder contratar personal extranjero, pero según las leyes y condiciones laborales de su país de origen, no las españolas; cambiar la legislación de impuestos de no residentes para que los premios ganados en España paguen impuestos en otro país, habitualmente un paraíso fiscal donde no se pagan impuestos; cambiar las leyes contra el blanqueo de dinero para que el dinero con el que se juegue o se gane salga de España sin ningún control; permitir que ludópatas y menores de edad puedan jugar sin restricciones; modificar la ley antitabaco para que se pueda fumar en las instalaciones… Y construir todo lo que Eurovegas necesite: una estación de tren de alta velocidad, otra de tren de cercanías, un enlace con la red de metro, que se modifique el aeropuerto de Barajas para que puedan despegar y aterrizar jets privados… Tres mil millones de euros en infraestructuras.
¿Por qué pagar un precio tan desmesurado y descomunal? Según los políticos imbricados en los planes de Adelson, tal proyecto creará muchos puestos de trabajo. Dicen. Veamos cuan veraz es tal Eldorado. Porque el dato fehaciente e innegable (ni ficción ni fantasía) es que todos los casinos de Las Vegas Sand Corp. en Macao, Singapur y Nevada solo ocupan a 34.000 personas y, además, la mayoría son empleos de baja calidad.
Una plataforma ciudadana que se opone al proyecto y agrupa docenas de entidades y asociaciones cívicas españolas, ha calculado con rigor que, cuanto más, daría empleo a 28.000 personas desde el inicio de la construcción del complejo hasta finalizar las instalaciones, más funcionamiento y atención en casinos, hoteles y otras instalaciones. Una cifra muy lejos de los cientos de miles de empleos pregonados por políticos y portavoces de Las Vegas Sand.
Además, si tal invento se hace realidad, España crearía un auténtico paraíso fiscal en el centro de su territorio. Y no es descabellado pensar que tal complejo de juego suponga caldo de cultivo de prostitución, ludopatía y consumo de drogas. Algo así ha ocurrido en los lugares de Asia donde Adelson ha hincado el diente.
Proyecto tan dudoso y cuestionable, ¿beneficia a alguien más que a la empresa y su dueño? A la ciudadanía no, desde luego. Sin insistir en que los cambios en leyes contra el blanqueo serían un fabuloso coladero para evasores de impuestos, corruptos, narcotraficantes y otros delincuentes organizados sin olvidar a terroristas que también precisan lavar dinero. Gracias a Eurovegas.
Xavier Caño Tamayo
Periodista y escritor