EL CRISOL
Huelga 14N
“Cuando el punto de partida es la mentira es normal que nunca se llegue al destino deseado”.
No sé cuántas huelgas generales han tenido lugar desde que España es un país democrático, a pesar de la derecha, ni si se le han planteado más a gobiernos de la izquierda que a los de derecha, lo que sí se puede decir es que ninguna de ellas ha sido convocada con tanto fundamento, con tanta razón y con tantos motivos como la anunciada para el próximo 14 de noviembre.
Desde la derecha y la caverna mediática que la sustenta, no cesan de quejarse de que todos los días haya gente que se lanza a la calle protestando por la situación y por las medidas erráticas de un Gobierno que ha perdido el rumbo y que su máximo responsable, Mariano Rajoy, es un individuo que ha mentido a todos los españoles para alcanzar el poder. Cuando el punto de partida es la mentira es normal que nunca se llegue al destino deseado. Dicen desde el Gobierno y desde su coro cavernario, que si estuviera gobernando la izquierda estas movilizaciones no tendrían lugar. Su ceguera, su cerrilismo, les impide ver que la gente está ya más que harta de ver como este Gobierno lleva a cabo recorte tras recorte cuyo único final está siendo el empobrecimiento de miles y miles de familias españolas que se ven dentro de un hoyo cada vez más profundo y por tanto la dificultad para salir de él es cada vez mayor. No se trata de que los ciudadanos estén equivocados y que no sepan sacar unas conclusiones certeras sobre lo que está haciendo el Gobierno, eso no es cierto, los ciudadanos tienen muy clara cuál es su situación máxime cuando se han dado perfecta cuenta de que han traspasado ya el umbral de la pobreza y que centenares de miles de ellos han perdido su hogar, se han quedado en la calle, sin techo y el hambre les aprieta. Si esto no es motivo para lanzarse a la calle es que la capacidad de sufrimiento de la gente no tiene límites. El sufrimiento es soportable cuando se atisba una, aunque sea ligera o leve, esperanza de recuperación, pero cuando se da cuenta de que se va adentrando más en un túnel cada vez más oscuro, la gente reacciona del único modo que se hace cuando el autismo del Gobierno se acentúa cada vez más: Saliendo a la calle para mostrar su descontento y su disconformidad con lo que está sucediendo. Alaba Rajoy a los que se quedan en sus casas y no se lanzan a la calle a protestar, lo hace porque estos son su coartada para dar a entender que la cosa no es tan alarmante, cuando lo es, si se actuara con “normalidad”, es decir quedándose todos en casa, cuando la anormalidad es patente, se daría el falso mensaje de que todo es normal cuando en realidad no lo es. Si escondemos los problemas, si todos los ciudadanos nos mostramos como seres introvertidos incapaces de expresar cuáles son nuestros sentimientos y nuestros sufrimientos está claro que nuestro padecimiento nunca tendrá fin, hay situaciones, momentos en la vida, en que hay que sacar los problemas a la calle como único medio para intentar que estos se solucionen. Se dice que el que calla otorga y es cierto, por eso Rajoy los quiere a todos dentro de sus casas y callados y que ello sirva para dar a entender que “aquí no pasa nada” y que todo el mundo está conforme con los desatinos de su Gobierno. Creo no estar equivocado si afirmo que esta huelga no es contra los empresarios sino contra una forma de gobernar torpe y por tanto errónea.
Sí, la huelga general prevista para el próximo 14 de noviembre está más que justificada, nunca lo estuvo tanto una huelga de estas características. Es evidente que durante los gobiernos socialistas la situación social y económica no ha estado tan deteriorada, ni mucho menos, como lo está ahora. Esta huelga debería servir también para homenajear a todos aquellos veteranos sindicalistas y miembros de colectivos ciudadanos que ya no están entre nosotros pero que a lo largo de su vida lucharon, sufrieron martirio y cárcel y dejaron su vida en la lucha y gracias a los cuales, y después de muchos años batallando, se consiguió el Estado del Bienestar, ese Estado del Bienestar que el Gobierno comandado por Mariano Rajoy ha hecho saltar en mil pedazos hasta hacerlo desaparecer en solo diez meses de gobierno. Lo que está sucediendo atenta contra la memoria y la dignidad de todos aquellos que dedicaron su vida para que sus semejantes pudieran disfrutar de un mundo mejor.