Estoy completamente seguro, de que el alcalde que sea capaz de desarrollar la tríada de “trenes, barcos y aviones” pasará a la historia del consistorio huelvano como el alcalde de la transformación de Huelva hacia la modernidad. Pues, sería el salto definitivo de una Huelva, todavía provinciana y estrangulada por determinados hábitos, a la Huelva del siglo veintiuno con todo lo que ello conlleva; entre otras cosas, su equiparación no sólo con el resto de capitales andaluzas sino con aquellas ciudades más emblemáticas del país. Y es que, aun teniendo unas orillas privilegiadas nos faltan los puentes que las unan.
En lo que respecta a trenes, sería del todo deseable que se diera el último empujón para que la denominada Alta Velocidad llegara a Huelva. Fíjense que no he dicho hasta Huelva. Desde mi punto de vista sería un error, porque no resultaría rentable que el trazado de Alta Velocidad muriese en nuestra ciudad. Lo conveniente, y creo que es lo que se acordó en un principio, es que la línea acabe en territorio portugués, concretamente en Faro. “¡Y nosotros, como siempre, de paso”, dirán algunos… Yo les invito a que pregunten a quienes han venido ostentando la alcaldía de Córdoba, de qué manera o cómo y en cuánto ha beneficiado a los cordobeses el que Córdoba sea parada oficial del AVE. Más de uno se asombraría, seguro. Que si hablamos de “el tren de la sierra”, a lo que se aspira es que la infraestructura económica se consolide para que tanto Huelva como Zafra se beneficien en su aspecto mercantil como en el de servicios al viajero.
En cuanto a barcos, es una verdadera lástima que siendo como somos una comunidad marinera, con la mar como emblema, no hayamos sido capaces de sacarle más jugo a esta dádiva natural. Aparte la pesca, ya saben que existe eso que se llama turismo de cruceros y que en su día se intentó poner en práctica, con más pena que gloria. Esta clase de turismo, para el que no lo sepa, viene dejando en las provincias de Cádiz y Málaga un inagotable chorro de euros. Lo digo, porque lo he visto con mis propios ojos de cuando un servidor viajaba por toda Andalucía y parte de Extremadura. Así que, ¿por qué no establecer, también de manera definitiva, los cauces necesarios de gestión y promoción para que Huelva pueda entrar en ese circuito turístico como dios manda?
Y de aviones, la verdad es que poco se puede escribir. Hay que encontrar el sitio idóneo para establecer el aeropuerto –y aquí el consenso es fundamental- y a partir de ahí mover con insistencia los hilos ante el ejecutivo autonómico y central para que nuestra tierra pueda contar con otra vía de penetración que, con toda seguridad, nos traerá excelentes dividendos.
Ya lo he dicho al comienzo. El alcalde que sea capaz de desarrollar y llevar a feliz término esa tríada de “trenes, barcos y aviones” dejará en el corazón de todos los onubenses la huella de un ciudadano ejemplar, por haber sabido poner en su sitio a la tan olvidada y vieja Onuba. Yo, nacido en una azotea del Paseo del Chocolate y criado en la Isla Chica, pido públicamente a quienes ejercen la política choquera y centralista que abandonen la confrontación y aúnen voluntades. Porque Huelva, señores, Huelva está en juego.