En este mundo nuestro de globalización plena y ausencia casi absoluta de notas discordantes en cuanto a opciones ideológicas, tanto sociales como económicas, es importante que nos planteemos, y más ahora que nos llegan unas elecciones generales, la existencia o ausencia de ideologías sobre todo económicas, que son las que marcarán nuestro devenir diario durante los próximos cuatro años.
Decimos, sin equivocarnos, que las grandes decisiones macroeconómicas nos vienen dadas desde la Unión Europea, pero no podemos olvidar que se trata del marco en el que luego se debe desarrollar la política en cada país miembro, de forma que es lo mismo, pero no es igual, porque la directriz iguala a los países pero el desarrollo ulterior los diferencia.
Y por ello no es igual un gobierno de un signo o de otro, aunque durante el último año parecieran igual, e incluso con los roles cambiados, cosas del marketing político, ¡qué te voy a contar!, pero ni es lo mismo ni es igual, porque el acento puede ir en una sílaba o en otra, porque la prioridad puede variar en función de quien gobierne.
Eso hace que las elecciones del 20 de noviembre no sean baladí, más bien todo lo contrario, porque determinarán lo que nos espera en los próximos cuatro años, recortes, tendremos, pero en función de quien gobierne estos serán en unas partidas o en otras, irán en una dirección o en la contraria, y perjudicarán a unos ciudadanos o a otros.
Por un lado el Partido Popular espera encontrarse un panorama como en 1996, pero no comprende que las joyas de la corona que entonces privatizó se han evaporado y que el sector de la construcción por explotar ya explotó, pero en las manos de los gobernantes, por lo que tendrá que hacer la cuadratura del círculo para sacar al país de la crisis. El PSOE, por su parte, seguirá apostando por la política de prestaciones, en lugar de incentivos fiscales, con lo que seguirá condenando al país a un colapso meridiano del que es muy difícil escapar a cambio de apostar por un mantenimiento de las políticas sociales. ¿A quién votar? Tú eliges, pero no olvides que aunque parezca lo mismo, no es igual.
