“Era un dÃa horrible; habÃa estado lloviendo todo el tiempo. Estaba parado en una zona muy pobre y enfrente de mà estaba otro hombre parado sobre el lodo (no en el barrio pobre sino en el lodo). Y bueno, nos miramos.
Este era un hombre de corta estatura, delgado, con hambre, desempleado, cinco hijos, una esposa y una abuela. Yo era el refinado economista de Berckeley, maestro de Berckeley, etc.
Nos mirábamos frente a frente y de pronto me di cuenta de que no tenÃa nada coherente que decirle en esas circunstancias; que todo mi lenguaje de economista era obsoleto. ¿DeberÃa decirle que se pusiera feliz porque el producto interno bruto habÃa subido un 5% o algo asÃ? Todo era completamente absurdo…â€Â  M. Max-Neef
El Producto Interno Bruto es en macroeconomÃa un término que expresa en valor monetario la producción de bienes y servicios de demanda final de un paÃs, generalmente en un perÃodo de un año. Debemos considerar que la producción valorada incluye los tres sectores tradicionales que son el primario –extractivo, pecuario y agropecuario-, es decir toda la producción sin haber tenido cambios aplicados por la mano del hombre o con alguna aplicación, tecnológica o industrial del hombre. El otro sector a sumar es el Industrial. En este sector se hace una sumatoria del valor incorporado por maquinas sobre materias primas que se traen del sector primario. Y el sector terciario o de servicios, representa la cantidad de servicios que produce determinado paÃs, incluye: Servicios de telecomunicaciones, servicios educativos, transporte, servicios profesionales, comunicaciones, etc. Desde hace algún tiempo ya se ha sumado a éste la llamada economÃa sumergida o la estimación del valor que genera la economÃa informal o marginal.
Max-Neef  llama la atención sobre el valor que la Naturaleza puede sumar o restar al PIB, sumar, por ejemplo,  generación de energÃa renovable, limpieza del medio ambiente, medios naturales de transporte –rÃos, lagos, etc.- y también considera que el daño al medio ambiente puede incidir negativamente en el PIB de un paÃs, por ejemplo, la degradación de un rÃo, el daño contaminante a un bien natural como un lago, el daño al medio mediante los incendios forestales, la desertificación, la contaminación del año por consumo, etc. A esto se le ha llegado a denominar el PIB verde, y ya en Rio + 20 llegaron a considerarla en el Informe de Riqueza Inclusiva 2012 , como un nuevo indicador de Sostenibilidad: el Ãndice de Enriquecimiento Inclusivo (IWI por sus siglas en inglés, Inclusive Wealth Index).
Y también se establecieron otras ideas: el PIB no incluye los altos valores de producción de un paÃs como la mano de obra en el hogar, hombre o mujer, el valor del voluntariado, la autoproducción en el hogar y algo que convendrá discutir más adelante: ¿Realmente hay una contribución de la administración publica, los servicios estatales a la riqueza de un paÃs como para incluirla en el PIB?
El PIB per cápita viene siendo el más antidemocrático de todos los estándares ya que matemáticamente sumamos todos los ingresos y lo dividimos entre la población (insistimos, matemáticamente) y ya tenemos un estándar que puede decir cualquier cosa, menos que un paÃs esté bien o mal, y mucho menos que una persona –de todas las marginales de la sociedad que sea- esté recibiendo ese ingreso per cápita.
Si hacemos un análisis del PIB, como hasta ahora se ha evaluado, hay algunos datos y literatura que nos pueden ayudar en la reflexión sobre el precepto que la medida de productividad –actual- es improductiva ecológicamente, dado que en el afán de aumentar la llamada productividad se lesionan severamente los ambientes naturales y hay una masiva destrucción, y que tienen un valor económico de reposición.
En un informe divulgado en la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible RÃo+20. (Junio 2012) se señala que los paÃses deben tener en cuenta no sólo parámetros tradicionales como el Producto Interior Bruto (PIB) y el Ãndice de Desarrollo Humano (IDH) sino también otros indicadores que componen la base productiva de una nación (AFP, 17 Junio 2012), y propone un nuevo indicador para impulsar la sostenibilidad, el ya mencionado, Ãndice de Riqueza Inclusiva.
Y la cuestión importante es que animados por el crecimiento del PIB, los paÃses terminan causando pérdidas irreparables, que si se cuantificaran mermarÃan el crecimiento tradicional del PIB, pues el PIB no considera el agotamiento de los recursos naturales o la degradación ambiental. Los registros del Ãndice de Enriquecimiento Inclusivo rebajan el crecimiento anual medio en la riqueza comparada con el PIB, en 1.7%.
El Ãndice de Riqueza Inclusiva (Inclusive Wealth Index) comprende una amplia gama de los activos de un paÃs, como el «capital manufacturado» (infraestructuras, bienes e inversiones), el «capital natural» (combustibles fósiles, minerales, bosques, pesquerÃas y tierras para la agricultura) y el «capital humano» (educación y habilidades).
Debemos discutir la consideración de la producción de la Naturaleza, dado que en Rio 2012 los expertos (evaluando a 20 paÃses) indicaron que, contrario a los números que operan los paÃses, hay algunos resultados que contradicen esas conclusiones:
- Por ejemplo en el perÃodo estudiado, el PIB de Brasil, que acaba de convertirse en la sexta economÃa del planeta, creció 34%, pero su capital natural se contrajo 25%.
- China, la economÃa que más crece en el mundo, avanzó 422% en su PIB, pero su capital natural cayó 17%, y
-  Estados Unidos, con un aumento de 37% del PIB en esos años, vio caer en 20% su capital natural.
Y en este punto se ha llegado a sugerir que el PIB tradicional se deje de considerar como una medida de prosperidad: «La Rio+20 es una oportunidad para abandonar el PIB como medida de prosperidad en el siglo XXI«, según el director del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), A. Steiner.
Quizá, como muchos paradigmas, tendremos que pensar en eliminar el viejo PIB por otro estándar que refleje la verdadera riqueza de un paÃs.