Economía

Informe para la Reforma Fiscal: una reforma que no lo es

La presunta reforma fiscal, más de lo mismo

Reforma es lo que se propone, proyecta o ejecuta para innovar o mejorar algo. Por tanto, una reforma del sistema fiscal debería ser una propuesta para mejorarlo. La proposición de reforma fiscal de los “expertos”, nombrados por el Gobierno del Partido Popular en España, no es una reforma.

impuestos

Impuestos. Foto:: Alan Cleaver

Lo que hace esa propuesta de presuntos “expertos” es obedecer las imposiciones de Comisión Europea, FMI y OCDE. Es decir, reducir los impuestos directos, subir los indirectos, crear más impuestos especiales y rebajar los impuestos sobre los rendimientos del capital. Es una obscena contrarreforma fiscal iniciada en los ochenta del siglo XX de la mano de Reagan y Thatcher: que los ricos paguen menos y la mayoría ciudadana pague más.

Proponen rebajar el tipo máximo del IRPF, que nunca podrá superar el 50%, pero mejor que sea en torno al 44%. Es decir, los ingresos elevados se benefician de una importante rebaja. Y dicen los “expertos” que se beneficiarán las rentas bajas. Pero esa rebaja de las rentas bajas es limosna y lo preocupante es que  la ciudadanía pagará por la “reclasificación» del IVA. Porque determinados bienes y servicios saldrán del grupo que cotiza un 10% de IVA, por ejemplo, y se “reclasificarán” en el del 21%. ¿Eso no es aumentar el IVA?

También proponen establecer un impuesto sobre la vivienda habitual, como si fuera renta. Un considerable aumento fiscal que pagarán 13 millones de ciudadanos propietarios de su casa. Como opuso un experto, Pedro Herrera, “en momentos en que la morosidad de las hipotecas bancarias es muy elevada, establecer un gravamen adicional por el disfrute de la propia vivienda generará notables injusticias. El impuesto afectará a muchos perceptores de rentas modestas y bajas, pensionistas y parados de larga duración”.

Recomiendan los supuestos peritos suprimir deducciones y subvenciones del impuesto de sociedades, pero también proponen bajarlo del actual 30% al 20%. Y reducir los siete tramos de ingresos del IRPF a cuatro. Cuando es sabido que, cuanto más progresivo es un impuesto (más tramos de ingresos tiene), es más justo. El informe también pide suprimir el impuesto sobre el patrimonio y recuperar la Ley Beckham. Así los extranjeros con grandes beneficios (inversores, administradores, directivos, artistas triunfantes, deportistas de élite…) pagarán el mínimo del IRPF (menos del 25%), en vez del 52% o 56% que les correspondería.

Beneficio para los menos que tienen más y perjuicio para los más que tienen menos. El remate de los “expertos” lo borda Manuel Lagares, su presidente, al pontificar que “tiene que decir las cosas que ha de decir como economista”. Como si la economía fuera una ciencia exacta indiscutible. ArgÁ¼ir la pretendida infalibilidad de la economía es un penoso intento de coartada que se desea científica. La misma falacia que esgrimieran los primeros neoliberales en los ochenta: “There is no alternative”, no hay alternativa.

¡Qué más quisieran!

La Plataforma por una fiscalidad justa, ambiental y solidaria reúne organizaciones sociales, sindicales, cívicas, religiosas, de consumidores, ecologistas, coaliciones y ONG para lograr un sistema tributario justo y explica qué ha de incluir una reforma fiscal equitativa. Ha de atacar el déficit público aumentando los ingresos con un sistema de impuestos proporcional, progresivo, suficiente y redistributivo que garantice la justicia fiscal. Ha de luchar contra la evasión o elusión de impuestos. Y para lograrlo ha de dotar de personal y medios suficientes a la Agencia Tributaria para luchar contra el verdadero fraude fiscal, el de las rentas altas, bancos, SICAV, grandes empresas y corporaciones transnacionales  que, con una ingeniería fiscal agresiva, deslocalizan beneficios y capitales para ocultarlos en paraísos fiscales. Sucede todo lo contrario a estas directrices: pocos medios, personal insuficiente y orden de perseguir los pequeños fraudes y dejar tranquilos los grandes. Además, un sistema fiscal justo no ha de apoyarse en impuestos indirectos. Y, por supuesto, ha de establecer un impuesto de sociedades sin trampas que pague más por beneficios, además de establecer un impuesto global sobre el patrimonio y otro sobre las operaciones especulativas. Sin olvidar una revisión del Código Civil y Penal para que los delitos fiscales sean castigados de modo implacable.

Nada en el informe de los “expertos” recuerda ninguna de estas medidas. Y tienen la osadía de que pretenden una reforma fiscal.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.