Entre 2008 y 2010, los investigadores encuestaron a cerca de 9.000 estudiantes de escuelas secundarias privadas y públicas en siete ciudades capitales —Asunción (Paraguay), Bogotá (Colombia), Buenos Aires (Argentina), Lima (Perú), Madrid (España), Montevideo (Uruguay) y SÁ£o Paulo (Brasil)— para conocer el interés de los estudiantes en las carreras de ciencia y tecnología, lo que formó parte del libro “Los estudiantes y la ciencia”, publicado en diciembre de 2011.
El 56 por ciento de los estudiantes dijo que estaba interesado en carreras vinculadas a las ciencias sociales y un quinto eligió ingeniería. Solo 2,7 por ciento expresó interés en una carrera en ciencias naturales y exactas —como biología, química, matemática y física— mientras las ciencias agrarias apenas fueron mencionadas.
Carmelo Polino, investigador del Centro de Ciencia, Desarrollo y Educación Superior de Argentina, y uno de los autores del libro, dijo a SciDev.Net que existe una relación entre cuán informados están los estudiantes sobre una carrera en particular y la probabilidad de que sigan esa carrera.
El principal factor que desalienta a los estudiantes a cursar una carrera científica fue que encuentran que las asignaturas en ciencias naturales y exactas son “demasiado difíciles”, dijo Polino. Hasta 78 por ciento de los estudiantes en cada ciudad citó esa razón.
Casi la mitad de los estudiantes dijo que las materias son aburridas, mientras un cuarto señaló que esas áreas ofrecen oportunidades laborales limitadas.
Polino dijo que el resultado es “preocupante” y alertó que la cantidad de estudiantes de ciencia “está empezando a ser insuficiente para las necesidades de la economía, la industria y, más importante, para hacer frente a los problemas que las sociedades deberán resolver en el futuro”.
Santiago Cardozo, investigador de la Administración Nacional de Educación Pública, una agencia gubernamental en Uruguay, coincidió, pero agregó que, al medir el interés en la ciencia, la encuesta no toma en cuenta carreras con fuertes componentes científicos, como la medicina.
Dijo que los resultados muestran que el problema “no es la ciencia en sí misma, sino la manera en que los estudiantes la perciben”.
“Es necesario un esfuerzo conjunto entre las políticas de educación formal y los instrumentos para la popularización de la ciencia”, dijo Ximena Usher, coautora del estudio.
“Primero, el sistema educativo debería enseñar las materias científicas de manera que sean fáciles de entender. Por otra parte, es necesario acercar el mundo de la ciencia al de la escuela”, agregó.
La encuesta fue coordinada por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad, dependiente de la Organización de Estados Iberoamericanos, con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Daniela Hirschfeld
SciDev.Net
4 enero 2012