Sociopolítica

Isola di S. Antioco

Isola di S. Antioco

(Esta es  la crónica de un viaje de la Fundación Baile de Civilizaciones)

Hemos  visitado la isla de Cerdeña, el vuelo nos aterrizó en Calgari. Extraordinaria catedral del gótico aragonés; espléndidas  calles encallejonadas, como las he visto en Siena y callejeado en Toledo,  dan acceso a palacios aún familiares.  Un automóvil seis plazas nos llevó a leer desde la autovía “vallehermosa” o “domusnostra”: El conductor, un joven cultivado en enseñar al menos la isla, quiso  decirnos que la España ha estado mucho tiempo en la Italia; que ambas han de tenderse de nuevo puentes latinos. Marco Fontana, Presidente del Consejo, nos hizo regalo de una piedra de la Cerdeña para volver a construir, al igual que entre Calgari y la isla Sant Antioco, un puente, que una  su bella ciudad con Europa.  “Es promesa electoral”, dijo. El mar lo traje para Elisa, una niña que ha cumplido un mes, siendo ahora  sólo vida y nostalgia de porvenir, en una caracola. En una cesta de buen vino,  para la Dehesa de los Llanos de Albacete, transporté  el proyecto de una feria común del Berceo mediterráneo. Durante dos días, desayuno-comida- y- cena,  hemos evocado una amistosa historia  hispana y de la utópica idea  “baile de civilizaciones”: del foro de municipalidades por el Mediterráneo. Mario, el síndaco, lo expuso con precisión a su consejo;  Franco, un inversor en la isla, advirtió al músico Nicola de la importancia estratégica de la isla sant Antioco; César Egido volvió con ideas de ir a ver palacios para el Instituto Cervantes;  nosotros, buscadores de puertos mediterráneos,  hemos arribado  a “Sulki”,  “al puerto”, que llamaron los fenicios  a esta pequeña isla antes de llegar a Hispania. Viajes en busca de la nostalgia de paz, que crece en el Mediterráneo. Cuando expliqué el sentido de Baile de Civilizaciones, Luigi, que a sí mismo se define prototipo enamorado de lo fenicio  y como tal vive,  nos mostró su barco y señaló la ruta de la Italia a la España: de sant Antioco a Guardamar del Segura, dispuesto a escribir el poema gigante de Arenas e izarlo en el mástil de su barco a modo de albaceteño y serrano bosque de las palabras.  Parece leyenda antigua y a la vez un deseo del alma  volver a empezar las autovías del Mediterráneo.  Nos han encomendado transmitir la pasión de  juntar a Barcelona, Tarragona, Lisboa, Marsella, Guardamar del Segura, Cagliari, Túnez y sant Antioco,  con sus treinta y siete islas menores de Italia,  incluida la mediática Capri y la “napoleónica” Elba, para constituir el foro de ciudades por el Mediterráneo y el  programa aulas de Paz. Hemos traído un vino de la Cerdeña, de la cooperativa Sardus Pater,  para brindar juntos por la ciudadanía por el Mediterráneo.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.