El moderno estado israelí, es algo así como… “un enorme grano o flemón, en el campo de Mahoma”; cosa imperdonable para los mahometanos y pese a que incluso racialmente, tanto judíos como gran parte de sus hoy enemigos, no son otra cosa que… “hermanos semitas”; que incluso bebieron de la mismas leyes y religión primigenia, por cuanto y junto a los cristianos, reconocen a un padre común, cual fuera Abraham; dicen aceptar igualmente las “Tablas de la Ley”, que según los sagrados escritos que, “las tres ramas” adoran, respetan o veneran y que Moisés recibiera de Yahvé, Dios o Alá; que para el caso es lo mismo, puesto que son tres nombres para definir lo mismo.
Todo ello debiera unirles más que separarlos; sin embargo la historia está llena de ríos y lagos de sangre, que horrorizan hasta más no poder y cuyos hechos, están tan lejanos de aquellos mandamientos, que incluso y muchas veces, sobrepasaron la otra terrible ley del talión, cosa que no es entendible por mucho que la expliquen.
Pero aún así y en tiempos modernos; sobre todo los semitas de uno y otro credo, se liaron a tiros hace ya casi setenta años, siguen a tiros y así continúan; pretendiendo los mahometanos borrarlos del mapa, cosa que los judíos no quieren; y de hecho no ceden, “ni una piedra”, de las conquistadas por las armas, en guerras que les promovieron y que los judíos ganaron.
Lo que ordenara “la ONU”; tras un tratado que en principio aceptaron ambas partes; eso se lo pasan “por el mar de Tiberiades”; puesto que saben que los judíos, “no se pueden permitir el lujo de perder ni una guerra”: terrible destino, el que les va a obligar a seguir teniendo las armas, muy cerca de “los zapatos” y por tanto al alcance de la mano siempre; y pese a los movimientos internos de buscar una paz sostenible.
Recordemos que Israel es una democracia y que está situada en un lugar de este mundo, donde lo que impera es todo lo contrario; y aunque democracia verdadera (yo opino) que no hay ninguna en este mundo, pero ésta se va aproximando algo o bastante a ello, por lo que más adelante comento. Y además es una importante barrera, que defiende el sistema occidental, cosa que hemos de tener en cuenta siempre.
Pero dicho ello, “sus leyes” las han escrito para hacerlas cumplir y al parecer las hacen cumplir a rajatabla; y lo han demostrado con la sentencia de sus tribunales, a nada menos que un ex presidente de la república y cuyos hechos, denuncias y trámites judiciales, ya llevan largo tiempo tramitándose y de paso, nos hemos enterado medio mundo y parte del otro medio; puesto que Israel (los judíos de todo el mundo) pesan mucho, por cuanto según se dice, son la mayor fuerza del dinero en este planeta.
El día que esto escribo leo en prensa que se publica en la red, lo que sigue.
“Ex presidente israelí condenado por violación: El ex Presidente israelí Moshe Katsav fue condenado por dos cargos de violación y se enfrenta a por lo menos ocho años de prisión. Katsav fue condenado por violar en dos oportunidades a una colaboradora cuando se desempañaba como ministro de turismo y de abusar o acosar sexualmente a otras dos mujeres durante su presidencia. Como miembro del partido de derecha Likud, Katsav fue el primer presidente conservador de Israel”.
Resulta sorprendente este hecho judicial y más siendo un “conservador”, que como la palabra significa, debe ser de los más allegados al “capital judío”; el que se supone habrá hecho lo indecible, por que al asunto “se le eche tierra encima”, puesto que “pudieran ser, debilidades humanas y puede que hasta comprensibles o justificables, por cuantos atenuantes pudieran aportar, ya que todo efecto tiene una causa”.
Y digo esto último por cuanto, estamos bastante informados vía periódicos, radio y televisión, de cosas que allí ocurren y las que los tribunales judíos, ignoran por cuanto ellas y al parecer, no entran en los códigos y que permitan llevarlas ante los jueces.
Es por lo que yo tengo mis dudas de que este ex presidente, termine en uno de los penales estatales; cosa que se verá antes o después, puesto que imagino la cantidad de recursos y tiempos aún por venir, hasta que se cumpla esa sentencia y si esta termina por llegar a ser firme e inapelable.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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