La nueva Presidenta de la Reserva Federal estadounidense (Fed) analiza cómo ve «ahora» sus funciones en un discurso ante el Fondo Monetario Internacional (otra gran institución que no para de hacer previsiones…).
Cuando habla de los desafíos a los que se enfrentan los bancos centrales en su búsqueda de la estabilidad de precios y el pleno empleo, y de las interconexiones entre la estabilidad macroeconómica y la estabilidad financiera, parece que nos quiere hablar de Keynes… que, tal como plasmó en su “Teoría general del empleo, el interés y el dinero”, desafiando el paradigma económico dominante al momento de la publicación en 1936, el análisis económico debía ser reconstruido para llevar los problemas agregativos a corto plazo al centro de la escena.
Porque Keynes ya hablaba hace 80 años de un mercado de trabajo fuerte, de la política monetaria, tipos de interés y sistema bancario (evidente tras la crisis del 29×29…) y, evidentemente, de la estabilidad de precios…
De todos modos, habría que recordar a la señora Yellen que la curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo y sugiere que una política dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo. Por tanto, cierto nivel de inflación es necesario a fin de minimizar el paro.
Cuando habla de política monetaria parece olvidar el sistemático recurso de la Fed a facilitar toda la liquidez requerida por la banca con su maquinita de imprimir billetes…parece que no aporta nuevas ideas monetarias…
Y para colmo dice que queda mucho por hacer para sentirse cómoda con el fortalecimiento de los bancos, de la situación financiera de las empresas y de los hogares, y que hay que estar atentos a sus desarrollos. No obstante, la señora Yellen nos recuerda que el problema de la crisis financiera no ha sido como resultado de la política monetaria sino de la falta de regulación de los reguladores.
¿Es economista? ¿Ya se da cuenta de que la Reserva Federal es el más grande de estos reguladores…y muy regulado?
Parece que la primera mujer al mando de la Fed, aunque se esperaba mucho de ella, no va a cambiar absolutamente nada…
Ya lo dijo Galbraith: “hay dos clases de economistas, los que no saben nada y los que no saben ni eso”.
Y más claro fue Groucho Marx: “Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto… ¡Rápido, busque a un niño de cinco años!”