Tres profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla han desarrollado y patentado un nuevo sistema para el acondicionamiento bioclimático de edificios a través de jardines verticales y techos verdes. El sistema tiene como objetivo reducir el consumo energético producido por las instalaciones de climatización y ventilación de los edificios, y retiene además partículas exteriores que pueden producir alergias y gases contaminantes nocivos para la salud.
Esta patente, Sistema de acondicionamiento bioclimático mediante estructuras ajardinadas verticales, está inspirada en el primer jardín vertical de España situado en el edificio CaixaForum de Madrid y obra del francés Patrick Blanc. Fruto de sus investigaciones, y como forma de transferir conocimiento desde la Universidad, han creado la empresa de base tecnológica Terapia Urbana.
Terapia Urbana, formada por los profesores Antonio Franco, Rafael Fernández y Luis Pérez de la Universidad de Sevilla y los arquitectos, Iván Gaviño y Fernando Hidalgo, está enmarcada dentro del sector medioambiental y de la eficiencia energética y apuesta por la «naturación» urbana como instrumento de la arquitectura sostenible. Este concepto trata de integrar la naturaleza dentro de la ciudad a través de la implantación de espacios vegetales en techos o fachadas.
La principal aportación de esta investigación a la jardinería vertical son los sistemas activos, que consisten en hacer pasar una corriente de aire a través de los jardines que actúa como mecanismo de climatización para reducir la temperatura de los edificios. Lo explica uno de los autores de la patente, Antonio Franco: «La estructura ajardinada actúa como intercambiador de calor y masas, disminuyendo la temperatura y aumentando la humedad y, de forma complementaria, gracias al componente vegetal actúa como bioflitro depurador de la corriente que lo traspasa».
Su funcionamiento se basa, por tanto, en hacer pasar el aire caliente del exterior o interior del edificio a través del jardín vertical. Este sistema activo permite que, al mismo tiempo, circule agua por el sustrato donde se desarrolla la vegetación, que absorbe el calor del aire al evaporarse. Este proceso es conocido como refrigeración evaporativa. De esta forma los niveles de humedad, temperatura y calidad del ambiente interior del edificio se mantienen óptimos y equilibrados. Este sistema es rentable, por tanto, en lugares donde la temperatura es muy alta.
«Por ejemplo, en Andalucía, donde la temperatura exterior en época estival puede llegar a los 40ºC, con el proceso natural de evapotranspiración que produce el jardín vertical activo los puede reducir hasta los 30ºC. Después, la maquinaria de refrigeración convencional del edificio puede dejar el ambiente a una temperatura adecuada. Este menor salto térmico que tiene que realizar dicha máquina se traduce en ahorro energético», dice el investigador.
Bioflitrar el aire de partículas nocivas
Además de actuar como climatizadores, estos sistemas activos tienen la capacidad de biofiltrar el aire. Es decir, retienen partículas exteriores como el polen, que pueden producir alergias, o gases contaminantes y nocivos para la salud como el óxido de nitrógeno o el dióxido de carbono. Emitidos, por ejemplo, por los motores de los coches.
En concreto, pueden producir un ahorro en energía eléctrica para refrigeración y ventilación de hasta el 5% por cada grado centígrado que el jardín logra reducir. «En nuestras mediciones de laboratorio, en los prototipos ensayados tenemos registrados hasta cinco y seis grados de disminución de temperatura con aire interior, pudiendo llegar a reducir en diez si se toma del exterior en condiciones estivales», concluye el profesor Franco.
El primer prototipo de jardín vertical activo en España está instalado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de Sevilla. Hoy día, Terapia Urbana trabaja en la ejecución de un jardín vertical en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros (ETSI) de la Hispalense junto con la empresa IDENER, también surgida en la Universidad de Sevilla. Es una propuesta que consiste en el ajardinamiento vertical del interior de un laboratorio de la Escuela.
Fuente: Andalucía Innova