Aunque no lo creías hay grandes diferencias entre ser jefe y líder. Hay muchas personas que se piensan que todas las personas que ocupan un puesto de responsabilidad (jefe) ya son líderes simplemente por su posición pero están muy equivocadas; lo uno no tiene que ver con lo otro.
Desgraciadamente, en los cargos de responsabilidad uno se encuentra muchos jefes pero pocos líderes. Cuando debería ser al contrario. Jefe puede ser cualquier persona y líder solamente las personas que están preparadas para ello por sus actitudes y aptitudes que hacen que esa persona marque la diferencia.
Muchas veces los jefes llegan a esa posición porque estaban en el lugar adecuado en el momento preciso y no porque estén capacitados para ello. En otras ocasiones, han pasado a ser jefes porque no había nadie mejor. Antes de poner a nadie en una posición para la que no encaja es preferible dejar el puesto vacante hasta encontrar a la persona correcta.
Un jefe es aquella persona que se dedica a marcar su criterio y decisión a los miembros de sus equipos sin contar con su opinión. Marcan muchos las diferencias con sus subordinados para dejar claro quien manda.
Les gusta tener todo controlado, sin dejar libertar de acciones entre los miembros de sus equipos. Es decir, todas las funciones están muy acotadas dentro del equipo, teniendo cada uno unas funciones muy específicas de las que no se pueden salir. El jefe tiene que tener todo controlado supervisando hasta el último detalle. Esto es demostrativo de la poca confianza que tiene en las personas bajo su cargo.
Los jefes siempre miran por sus propios intereses y no por los de la totalidad del equipo de trabajo, sin los cuales, no sería lo que es.
Se limitan a oír a sus empleados sin prestar la más mínima atención a sus preocupaciones o necesidades. Por supuesto, no se preocupan por el desarrollo profesional de los miembros de sus equipos y los moverá de posición como estrategia para conseguir sus fines.
Los jefes no asumen sus errores y siempre tienen que tener la razón por ocupar un puesto de responsabilidad.
Para un jefe, los miembros de sus equipos son un recurso más que tiene, para usarlos según le interese. Considerándolos como un número más y no viéndolos como personas con necesidades y metas.
No se va a preocupar por sus necesidades formativas, de desarrollo profesional, etc. Intentará echar siempre balones fuera sin asumir su falta de compromiso con ellos de cara a ayudarles a nivel personal dentro de la compañía.
Evitan la confrontación. Un jefe no da la cara dejando el trabajo sucio a otras personas para intentar salir “de rositas” siempre. No es consciente de que sus acciones conllevan consecuencias que deberá asumir. No va a prestar demasiada atención a lo que hacen los miembros de sus equipos independientemente de que esté bien o mal. Piensa que consintiendo o haciendo la vista gorda va a tener a sus colaboradores a su lado.
El jefe es una persona muy parcial, que tiene a su grupo de favoritos, dejándose influenciar por ellos según le interese. A él no le importan las injusticias porque tiene un criterio subjetivo a la hora de decidir.
Para ellos, determinadas cosas tienen poco significado. Por ejemplo, para él, evaluar a las personas de sus equipos es un mero trámite que consiste en dar su opinión puntual sin hacer un seguimiento a lo largo del tiempo. Igualmente, no hace nada para ayudar a que las personas de sus equipos mejoren aquellas carencias que tienen.
También los jefes se dedican a prometer cosas a los miembros de sus equipos por quitarse de encima el tema sin saber si se podrá hacer. También eluden su culpa, negando haber dicho nada.
No saben gestionar; quizás porque nadie les enseñó, pero tampoco se han preocupado por intentar aprender. A veces, el querer hace más que el saber. Pare ellos, ser jefe significa dar ordenes y que los demás hagan lo que se les indica. Si algún miembro de su equipo le lleva la contraria en alguna decisión lo considera problemático y pronto se lo quitará porque consideran a estas personas como una amenaza.
Intentan las cosas por las buenas no dudando en sacar su peor cara, si fuera necesario, para conseguir que se haga lo que él quiera. No miran por los intereses de la empresa sino por los suyos propios. Consideran a sus equipos como su pequeña parcela de poder viendo al resto de responsables como competencia.
Un líder, por el contrario, es una persona que tiene claro desde el primer momento que lo más importante es el grupo y que sin el mismo, él nos es nada. Siempre va a primar los intereses grupales sobre los suyos individuales.
El líder es el primero que da ejemplo. Estando para lo bueno y lo malo, pudiendo siempre contar con él. No va a marcar las diferencias y va a ser el primero que no va a tener inconveniente en echar una mano a sus equipos en lo que haga falta en caso de que sea necesario. Es uno más del grupo.
El líder, en todo momento, está dispuesto a escuchar a los miembros de sus equipos y sabe que es fundamental establecer una comunicación fluida basada en la confianza y el respeto. Hablando, se entiende la gente. Nadie posee la verdad absoluta. Por supuesto, el líder asume sus errores y da la razón a los demás cuando la tienen.
Un líder va a preocuparse desde el primer día por el desarrollo profesional de las personas de sus equipos para intentar ayudarles a llegar lo más lejos posible. Sabe que es fundamental preocuparse por todos ellos haciendo que todos se beneficien de las oportunidades formativas que la empresa ponga a su alcance. Es cuestión de ser equitativos, acordándose de todos ellos y no beneficiando siempre a los mismos.
El líder muestra confianza en las personas de sus equipos haciendo que cada vez asuman más responsabilidades mediante la delegación de funciones. Esto hará que las personas se sientan útiles y vean que son importantes para la compañía.
Va a evaluar a los miembros de sus equipos a lo largo del tiempo porque lo considera importante. Por supuesto, va a darles herramientas para conseguir mejorar sus carencias, dándoles alternativas para llegar al cumplimiento de sus objetivos por otra vía. En caso de que algún miembro de su equipo no consiga los resultados esperados analizará con él por qué ha ocurrido sin darle más importancia de la que tiene. Todo el mundo merece una segunda oportunidad mientras no se demuestre lo contrario.
Un líder busca siempre la mejor solución mirando por el bien común. Acepta las críticas y sabe que a veces su criterio no es el correcto no teniendo ningún problema en asumirlo. Por otro lado, reconoce los logros a las personas de sus equipos y siempre les agradece su esfuerzo.
Un buen líder es exigente, sin embargo, a parte de esperar grandes resultados de sus colaboradores también les recompensa de forma adecuada. Se preocupa por cumplir las expectativas de sus trabajadores para que continúen dentro de la organización que representa. Sabe ponerse en el lugar de los demás.
Cumple y hace cumplir las normas o procedimientos entre los miembros de sus equipos. Aquellos colaboradores que los incumplen son llamados a hablar por su líder para hacerles ver que eso está mal, manteniéndose firme si es preciso. Esto no quiere decir que se lleve mal con los miembros de sus equipos. Debe saber diferenciar.
El líder representa a la organización y tiene que estar en coordinación con las demás partes de la misma para conseguir lo mejor para los intereses del conjunto de la organización. Considera a los demás responsables como compañeros con los cuales tiene que comunicarse para conseguir los objetivos comunes.
Podría seguir marcando rasgos diferenciadores y no acabaría nunca.
En resumen un líder es la persona que se preocupa por las personas que integran su compañía para conseguir lo mejor para la globalidad de la misma. Sabiendo dejar a un lado las diferencias y primando siempre los intereses globales sobre los individuales. Un líder es una persona humilde, coherente, responsable y cabal. La gente cuenta con el porque lo ven como un referente a seguir.
Un jefe es una persona egoísta, que prima sus intereses individuales sobre los colectivos. Impone su criterio independientemente de las consecuencias que conlleve. No cuenta con la gente. Se dedica a hacer su trabajo sin pena ni gloria, sin aportar nada extra.
Las compañías llegarán lejos con los líderes. Con los jefes irán dando tumbos sobre la marcha. No olvidéis que el líder se hace y no nace. Otra cosa es que ciertas personas tengan más predisposición para ser líderes.
Ayudará a encontrar el camino correcto responder a las siguientes preguntas:
¿Qué esperan los empleados de un buen jefe?
¿Qué se considera un buen jefe?
¿Qué era lo que echabas de menos de tus jefes?