Lo habrá oído muchas veces (yo muchísimas) la siguiente frase… “tengo unas ganas enormes de jubilarme para no hacer nada”. Aunque esta frase signifique el estar totalmente en contra del trabajo que se realiza, pero tal afirmación a mi entender es mucho peor, puesto que el deseo de no hacer nada (en mi tierra se dice, no hacer “ná”) para mi sería un suplicio y eso mismo y al parecer le ocurre a muchos otros, que en realidad lo que quisiéramos es que la muerte cuando llegue, nos recoja trabajando… trabajando y es claro, que en aquello que nos agrada hacer y que es el trabajo de la jubilación y lo que verdaderamente pide el alma.
En la revista “XLSEMANAL” del 21-03-2010, le hacen una entrevista al muy veterano actor norteamericano, Ernest Borgnine y el que llevando sesenta años como tal, ha cumplido ya 93 años y sigue en activo.
Con la libertad que da la plena lucidez y la acumulación de los años, no se corta en afirmar que… “el cine actual es una porquería” (y lo expresa en idioma español) y lo razona ampliamente, manifestando que las técnicas modernísimas (“ordenadomanía las denomino yo; y a lo que añado”) han anulado o mermado en considerable medida, la fuerza del verdadero cine interpretado por verdaderos actores y donde el alma humana, se podía desarrollar con toda su plenitud; ahora hasta los directores actúan tras las pantallas de ordenadores y dirigen a distancia; es claro el por qué de la enormidad de basuras que nos quieren colocar como cine y que les colocan a las masas, sobre la base de propagandas bien dirigidas para que piquen. Por tanto aquello de “séptimo arte” hay que cuestionárselo y hacerlo muy profundamente.
Y es que de lo que se trata no es de hacer cine, sino de invertir lo mínimo para obtener negocios máximos; por tanto la falta de arte o de calidad cinematográfica la suplen con inversiones en propaganda para sorprender al incauto. Quizá por ello, yo ya hace muchos años que no veo cine en los cines y apenas lo veo en la televisión, que de vez en cuando pasan verdadero cine, generalmente realizado hace varias décadas.
Hoy ni existe la crítica veraz y que te oriente de qué es lo que vas a ver y si merece la pena verlo, o es un bodrio indigno de dedicarle la mínima atención.
La última cinta vista por mí, fue aquella ya muy veterana y cuyos actores están ya casi todos muertos y que lleva el título de Ben Hur; la que no pasa el tiempo por ella y que resulta un deleite verla cada año, puesto que en semana santa siempre la pasan. Fue realizada en 1959, obtuvo 11 premios de la academia, y ahí sigue.
Y no es esa, o esas grandes realizaciones cinematográficas norteamericanas u otras extranjeras, las que me admiran, puesto que en el cine español y de la tan criticada época franquista y su censura dictatorial, hubo películas en blanco y negro que seguro están con nombre propio en la historia del cine. Y al escribir hoy me estoy acordando de “El Verdugo”(1963), protagonizada por “Pepe Isbert”, el que también protagonizara aquella tan enorme sátira dedicada a la ayuda norteamericana y que a España no llegó, con su otra gran película titulada “Bienvenido mister Marshall” (1953), películas realizadas con presupuestos modestísimos, pero las que serán inolvidables, junto con otras muchas; para todos aquellos que de verdad nos gusta el cine, puesto que el cine es contar la vida del hombre y como igualmente se hacía en su antecesor el teatro, hoy también en decadencia por las basuras y deformaciones modernas que nada han aportado a esas artes… salvo lo que digo de las tecnologías modernas, que no es otra cosa que enmascarar la inutilidad de actores, directores y realizadores, que ya digo o reitero, van al dinero y nada más y “tragan con todo lo que les echan”.
El actor arriba citado, termina su entrevista diciendo que rechazó el papel que le ofrecieron, pagándole una gran cantidad de dinero, pero en el que tenía que interpretar al tristemente indeseable, pero famoso gángster, y al que le dio fama el cine… “Al Capone”. Y razona su rechazo con estas hermosas palabras.
“No me parecía bien que los jóvenes salieran del cine con ganas de hacerse mafiosos. Todo filme debe tener un fondo moral. Aunque nuestra principal misión, como hombres de cine, es entretener, pero no podemos olvidar el efecto imitación”.
Al leer esto hoy cuando escribo (varias semanas después de esta noticia) leo en prensa que un nieto de 19 años ha asesinado a su abuela de 91, por asunto de drogas. Á‰sta escoria humana (no es el primer caso) quizá la quiso saquear una vez más para obtenerle dinero para sus vicios. También está candente el asesinato de una niña de trece años, por otra de catorce, la que tras asesinarla la tira a un foso o pozo donde fue encontrada por las fuerzas policiales que la buscaron tras desaparecer. Ambos casos ocurren casi simultáneamente en España. ¿Cuántos más similares en el mundo?
Y es claro que me lo pregunto, como cualquiera medianamente despierto supongo la hará… ¿Tantos de estos casos aberrantes como hoy ocurren, qué tienen que ver con toda esa aberrante vida que nos sirven en el cine, televisiones y demás “medios” contaminados y carentes ya de toda ética humana? Responda el que sepa. Los gobiernos no intervienen para nada… “es la libertad que han inculcado a las masas y estas carecen ya de nortes y guías para todo ello y más”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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