Hoy nos hemos levantado todos algo soliviantados ante la noticia de que la agencia Standard & Poor`s había rebajado la calificación crediticia de España, pasando de AA+ en perspectiva negativa a AA también en perspectiva negativa, basándose en su previsión de crecimiento para España del 0,7% para el período que va del 2010 al 2016.
Hasta ahí bien, o mal, es momento para llevarse las manos a la cabeza y tirarse por el primer puente que encontremos en nuestro camino. Ahora bien, si hacemos una lectura crítica comenzamos a darnos cuenta de que algo no cuadra en esta previsión de crecimiento. Hace pocas semanas conocíamos la previsión del FMI, un organismo nada sospechoso de beneficiar a España, la cuál situaba nuestro crecimiento para el mismo período en el 1,2%, una diferencia más que notable.
Entonces, podemos empezar a leer entre líneas y nos damos cuenta de que Standard & Poor`s será todo lo riguroso que ellos quieran vendernos, pero no dejan de ser juez y parte, es decir, califican la deuda de los países con la que luego hacen negocio. ¿No puede ser que tengan algún interés especulador de por medio? Evidentemente, sí. Además, nunca podemos perder de vista el gran fiasco de esta agencia con la innombrable Lehman Brothers, la cuál siempre fue calificada con la mejor nota hasta que tuvo que cerrar por bancarrota.
Pero no me voy a dedicar a lanzar acusaciones sin fundamento, veamos los cinco puntos en los que se han basado para rebajar nuestro rating (que así suena más profesional, aunque en el fondo no esté diciendo otra cosa más que calificación crediticia):
1. Alto endeudamiento privado: Sin duda, el nivel de endeudamiento de la sociedad española es excesivamente elevado, pero también es cierto que se trata de una situación que se está reconduciendo generándose un mayor ahorro, especialmente en los hogares.
2. Debilidad de nuestro sector exterior: Esta es una de las sempiternas lacras de nuestra economía. Nuestra baja productividad y escasa eficiencia nos lleva a no ser competitivos. Pero no es algo nuevo que pueda llevar a situaciones de rebaja de rating.
3. Coste fiscal del rescate del sistema financiero: A diferencia de otros países, como por ejemplo Estados Unidos, el Gobierno de España no ha regalado dinero a las entidades financieras, les ha comprado activos, que es muy diferente. Standard & Poor`s valora muy a la baja estos activos, cuando se trata de valores que en cuanto la crisis desaparezca comenzarán a revalorizarse.
4. Ajuste fiscal: Es evidente que al prever un crecimiento menor, también prevé unos ingresos fiscales menores, y por tanto, un incremento en el déficit público. Pero todo parte de una precaria previsión de crecimiento.
5. Rigideces del mercado laboral: En este punto estoy totalmente de acuerdo con ellos, aunque no es nada nuevo, ni diferente a la situación en la que España se encontraba en su valoración anterior.
Vemos, por tanto, que ninguno de los 5 puntos que les han servido como fundamento para rebajar nuestro rating ha empeorado desde su última valoración, con alguna mejora en ciertos aspectos concretos. Por tanto, no nos queda otra que sospechar de los intereses ocultos de Standard & Poor`s, porque el análisis de sus argumentos no arroja ninguna luz sobre su rigurosidad.