La Justicia peruana ha creado un precedente al haber sentenciado al ex dictador civil peruano Alberto Fujimori por sus crímenes en Perú. En América Latina también la justicia argentina tiene hace años en detención domiciliaria ahora en prisión militar al ex dictador militar argentino General Jorge Videla. En otros países de Iberoamérica no ha ocurrido la debida justicia por sus crímenes contra ex dictadores militares. Puede haber justicia en su propio país, pero no es usual, generalmente porque los verdugos gozan de un sistema de impunidad y privilegios constituidos por factores de poder e intereses creados que datan desde su anterior periodo despótico.
En España ocurre igual, con respecto a toda la debida investigación sobre las desapariciones y muertos de la guerra civil mas la represión franquista, en donde jueces valientes e independientes como Baltasar Garzón, que en otros casos ha aplicado la extraterritorialidad de la ley española cuando se comete crímenes contra cualquier español en cualquier parte del mundo, incluso intentando juzgar al dictador militar chileno General Augusto Pinochet por la muerte de españoles durante su dictadura, esté se ve obligado a inhibirse en estas antedichas investigaciones judiciales en España frente a la recusación y criticas de parte de un sector conservador de la política española.
Igualmente es difícil juzgar a lideres como George Bush Sr. y George Bush Jr., (sin mencionar a José Maria Aznar), además de otros lideres de potencias mundiales, quienes a través de sus acciones militares emprendidas contra otros países hayan violado a las convenciones internacionales de derechos humanos y derecho humanitario, genocidio y crímenes de guerra, secuestro y desaparición forzadas de personas, principalmente porque el sistema de poder mundial esta diseñado desde la posguerra mundial para la prevalecía de la grandes potencias como EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China como miembros permanentes con derecho a veto dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Es seguro que el Tribunal Penal Internacional desestimaría cualquier acción judicial que busque juzgar al ex presidente norteamericano George Bush Jr. y otros lideres de grandes potencias por la muerte de medio millón de muertos en la guerra de Irak.
En estos casos la Justicia Penal Internacional parece ser solamente para dictadores del tercer mundo, como el serbio Slobodan Milosevic o el ruandés Jean Kambanda, en donde la ley internacional no parece ser igual para todos los países miembros de las Naciones Unidas. En este sentido prima la razón del poder (y no el poder de la razón), pues al decir del constitucionalista francés Ferdinand Lasalle “la constituciones como las leyes son solo la representación de la política real de una época de contexto específico, es decir a los factores reales de poder de un momento determinado de la historia de una nación o de una civilización”.