EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
¡Por fin! Ya se va viendo algún indicio de que la banca ha comenzado a abrir sus arcas lo cual resulta altamente esperanzador y tal es así cuando la cosa ha comenzado a “lo grande”, treinta millones de euros le ha concedido mediante un préstamo sindicado a Viajes Marsans, cuyo propietario es el presidente de laos empresarios, Díaz Ferrán, a fin de propiciar la salvación de esta empresa que parece que anda “algo” decaída. Ahora bien, se han dado casos en los que el meter mucho dinero en negocios que no andan muy boyantes ha supuesto una “sobrecarga” que lo que ha hecho ha sido precipitar su hundimiento. Espero que esto no ocurra ya que es de suponer que la banca habrá estudiado concienzudamente el caso y no volverá a caer en los mismos errores en los que ha venido cayendo en estos últimos años. Vamos, pienso yo.
A lo grande, repito, es como deben hacerse las cosas. Nada de hipotecas de 150.000 o 200.000 euros a cualquier ciudadano que se presente en un banco para comprarse una vivienda. Eso es miseria y compañía. Además, ¿qué garantías, que aval, puede ofrecer un españolito de a pie? Ninguno, salvo mostrar su raquítica nómina y su contrato temporal. En cambio a un empresario si se le puede dar toda la confianza del mundo máxime cuando le “avala” el haber sido creador de grandes empresas que si después han ido al traste no ha sido por su mala gestión sino por puro accidente. Y pregunto yo: ¿Quién está libre de sufrir un contratiempo? Nadie.
Yo creo que este es el camino de la resurrección, el de meter dinero en empresas de dudosa viabilidad y pervivencia dirigidas por “expertos” ejecutivos que no se andan con pequeñeces y que cuando la arman, la arman bien gorda. En cuanto a los españolitos de a pie, esos que esperen y que tengan muy presente aquello que dice: “Felices los que nada esperan, porque nunca serán defraudados”.