A pocos días de las elecciones locales y autonómicas, miles de jóvenes manifiestan a golpe de pancarta y tienda de campaña su descontento con las élites políticas y económicas del país.
Siguiendo los postulados teóricos del ensayista francés Stephane Hessel, la globalización ha radicalizado la ideología neoliberal y exacerbado los valores individualistas y privados, en contraste con gobiernos occidentales espectadores de la mano invisible de los mercados.
La suma de discursos emitidos por esta masa indignada, – “no somos mercancía de políticos ni de banqueros” -, muestran la coherencia entre la causística multivariable de la crisis económica y la situación actual. La orientación del descontento hacia las élites económicas, políticas y sociales pone de manifiesto la objetividad de un grupo sin identidad política, y difícil de adjuntar al rédito electoral del partido popular.
La estrategia maquiavélica de la derecha no ha conseguido calar en la mente de estos jóvenes que; conocedores de la multicausalidad del problema, han comprendido que la correlación: crisis igual a ZP refleja la incompetencia económica de aquellos que aspiran a gobernar bajo el marco izquierdista del discurso neoliberal.
Al margen del ruido mediático de los espectáculos mitineros deberiamos realizar un ejercicio antropológico para conocer cuáles son las diferencias que separan las finas líneas del mítico discurso de la derecha y la izquierda de este país.
Entre las preguntas necesarias para desnudar el programa electoral del partido popular, cabría preguntar al señor Rajoy, las siguientes:
– ¿Qué partidas presupuestarias concretas van a recortar ustedes?
– ¿Qué derechos sociales concretos, garantizados en ciclos progresistas, van ustedes a mantener?
– ¿Qué modelo de despido concreto con días y dinero van a proponer ustedes?
– ¿En qué cuantía o porcentaje van a revalorizar las pensiones mínimas?
– ¿En qué porcentaje van a subir el número de becas?
– ¿En qué porcentaje van a incrementar o mantener la oferta de empleo público?
– ¿Cómo van a reformar, con medidas concretas; el criticado Tribunal Constitucional?
– ¿En qué plazo concreto van a conseguir que la tasa de paro vuelva a tasas del ocho por ciento?
El descenso de la abstracción a la concreción por parte de la oposición debería servir para ejercer el derecho al voto con la base racional de cualquier decisión.
El voto emocional motivado por la desesperación, será el equivalente de comprar un producto sin previamente consultar por su funcionalidad y tiempos de garantía.