Iglesias se arroga el papel de lÃder de la “nueva socialdemocraciaâ€
Leo en los medios de comunicación cómo el polÃtico marxista-leninista, no mas ayer, sin asombro alguno por mi parte, ya se exhibe con desaire y estilo informal en mangas de camisa en plena faena electoral a lo que suma un estudiado cuelgue de corbata de estilo indefinido.
Uno, al igual que veteranos lectores no desmemoriados, testigos de cambios y comedias, seguro que ese principio de corbateo le recuerda los tiempos de la pana por aquellos directos herederos de Pablo Iglesias el tipógrafo. Aquel que enternecÃa con su voz a Antonio Machado, cuando el futuro poeta de España paseaba con su padre por el Retiro madrileño de PÃo Baroja y AzorÃn. Los tiempos a la vez que corren, cambian.
Solo los desencantados recordamos la indumentaria del vestir pana obrera, como Felipe González y Alfonso Guerra y tantos otros seguidores de un socialismo moderado cargado de esperanzas. Tiempos, en los que algunos polÃticos me confirmaban, en entrevistas para El socialista, que se tiraba en los talleres de El PaÃs, que: “convertirÃan los coches oficiales en ambulancias para el puebloâ€.
Y ahora, Pablo, actor televisivo, gracias a la derecha recalcitrante, a modo de comedia de alquimia verbal, interpreta con corbata su nuevo sainete de socialdemócrata de toda la vida. Seguro que a la velocidad que va cambiando de indumentaria, antes del dÃa 26 de junio, pregonara en las cuatro esquinas que lo suyo es considerarse discÃpulo directo de Billy Brand y Olof Palme.
En este caso le recomiendo leer la biografÃa de Karl Marx escrita por Jonathan Sperber (Galaxia Gutenberg). Obra de crÃtica admirable por la personalidad y rigor que muestra su análisis objetivo, meticuloso, intimista y estilo narrativo. La edición en español es de 2013. Seguro que si la lee (aunque este joven que todo lo interpreta, puede responder que ya la leyó y hasta se la recomendó a Maduro), podrá encontrar en ella modos y maneras de cambio más acorde con su tan corta trayectoria ideológica de moderado teatrillo de feria.
Por supuesto, entender que nuestro don Carlos Marx fue apasionado lector y crÃtico admirable de La comedia humana de Balzac, es algo totalmente diferente, lejano y admirable de esa imagen poseÃda de fe de carbonero del comunismo oficial español, que ta bien les ha venido a los herederos directos de Francisco Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios, que no es moco de pavo de corral.
Vivir para ver y leer, tantos cambios de camisa baratas que parecen compradas en un bazar chino a buen precio. De aquà que la actualidad ibérica ofrezca distancias entre los viejos roqueros con memoria incorrupta y la joven generación, que por fortuna, no vivieron y por lo tanto no padecieron la cruel tiranÃa del bajito general gallego, algo que justifica pasearse en camisa con una corbata de manera desenfadada igual a la que porta su Ãdolo. Y termino con una anécdota taurina real.
Una tarde en que Juan Belmonte no toreaba, subió al palco de la presidencia en la Real Maestranza de Sevilla, acompañado de un amigo, para presenciar la corrida desde allÃ. Al entrar en el palco el presidente, a la postre Gobernador Civil, le saludó con cariño y les dio los mejores asientos. Cada vez que el presidente se dirigÃa a él lo hacÃa con el tratamiento de “don Juanâ€. El amigo de Belmonte no comprendÃa bien todo aquel comportamiento del presidente. Cuando acabó la corrida le preguntó al genial torero la razón, y Belmonte respondió:
“Es que fue un antiguo picador mÃoâ€.
¿Y cómo ha llegado de simple picador a presidente y gobernador?
Belmonte, con su tÃpica ironÃa, contestó:
“Pues ya ves, degenerandoâ€.