Economía

La delgada línea roja (Cisma en la cúpula del Partido Popular por la dirección de Caja Madrid)

La distinción entre economía y política se encuentra muy difuminada en nuestros días y ya no se sabe cuando se está hablando de una o se está hablando de la otra, en ocasiones se cita a la economía cuando se habla de política y a la segunda cuando se habla de la primera.

Ello está provocando confusión y que se tomen decisiones políticas basadas en la economía y decisiones económicas basadas en la política, lo cuál nunca es bueno, ni en el primer ni en el segundo caso, porque toda decisión tomada sobre una reflexión errónea arroja resultados catastróficos.

El ejemplo más sangrante está siendo el de la dirección de Caja Madrid, que pasa por ser la cuarta entidad financiera de nuestro país. Pues bien, el sillón de Presidente de Caja Madrid se encuentra en el aire, y cómo el Partido Popular tiene mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid ellos, y sólo ellos, tienen la potestad de decidir el candidato más idóneo.

Y ahí es donde comienza la confusión entre política y economía. Lo que debería de ser una decisión económica se está convirtiendo en una decisión política, una decisión que debería de estar basada en el currículum del candidato y que se está convirtiendo en una herramienta de devolución de favores.

Esperanza Aguirre, que preside la Comunidad de Madrid con mano de hierro, quiere a su número dos en Caja Madrid, a Ignacio González, para poder seguir controlando las decisiones de la Caja en cada momento y pagar los favores de González en el pasado, mientras que Rajoy quiere a Rodrigo Rato, la gran víctima de su acceso al poder nacional del partido, para cerrar, así, la herida, todavía abierta, de la sucesión de Aznar.

Está claro que el candidato mejor preparado es Rodrigo Rato, un economista de postín y gestor contrastado, pero enemigo íntimo y no reconocido de Esperanza Aguirre, que apuesta por su delfín, sin importarle el futuro de Caja Madrid, porque, al final, los principales damnificados son los clientes de la caja, que ven como se juega su futuro sobre los cimientos de una decisión política y no económica.

Y ahí radica el problema de las Cajas de este país, en su clara y evidente politización, una ejercicio que atenta contra el sentido común y contra la eficiencia económica, a la vez que hunde a este tipo de entidades en la bancarrota potencial, condenadas, como están, a satisfacer caprichos de políticos de quita y pon.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.