En los últimos años los paÃses árabes estaban alcanzando algunos progresos en materia laboral, esto estaba sucediendo justo antes que estallaran las sublevaciones y la mal llamada Primavera Ãrabe. Es deseable que estas revoluciones que confrontaron regimenes poco afectos a flexibilizar condiciones y suscribir leyes en favor de los trabajadores no impacten negativamente en esos avances y en las buenas prácticas que se habÃan alcanzado, por ejemplo, en el reconocimiento de contratos unificados en los que se otorgaba mucha mas atención que en años anteriores a las condiciones de trabajo y a las pensiones; lo mismo con las mejoras en los sistemas de inspección laboral y la consideración y revisión o la eliminación de los sistemas de patrocinio. Estos importantes avances se identificaron con el espÃritu de las leyes internacionales de trabajo, pero el núcleo de la cuestión laboral en el mundo árabe deberÃa ser la ratificación de todas las herramientas y los instrumentos legales en materia de legislación laboral, algo en lo que han defeccionado varios paÃses regionales en tanto que otros han avanzado positivamente.
A través de su Oficina Regional para el Mundo Ãrabe, desde su sede en Beirut, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha manifestado estar dispuesta a brindar apoyo a este proceso en toda la región con la colaboración de los especialistas técnicos y jurÃdicos de su estructura. La OIT tiene la capacidad de ofrecer asistencia a los gobiernos árabes como a las agencias de contratación y a los empleadores para lograr mejoras en materia de trabajo y colaborar con los actores de la sociedad civil a fin de ofrecer a los trabajadores el fortalecimiento y la ampliación de sus derechos laborales básicos, igual a los trabajadores europeos; es decir, trabajo decente, protección adecuada; remuneración y beneficios justos; horas de trabajo razonables; y respeto por los principios y derechos fundamentales del trabajador, incluyendo la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva.
La lucha por la justicia social comienza precisamente con la protección de los derechos de los trabajadores, evitando precisamente sus vulnerabilidades y acrecentando las posibilidades de ampliación de la demanda del mercado laboral para hacerlo incluyente y justo.
Mas allá de reivindicaciones polÃticas y sociales, la transición hacia la democracia que estamos observando en el Mundo Ãrabe deberá demostrar la construcción de sociedades productivas e inclusivas, estos elementos son una condición indispensable para la estabilidad social. Los principios y derechos del trabajo, asà como la libertad de sindicato, deben estar en el centro de esta transformación. Apoyar los cambios positivos en materia laboral es el correcto paso que deberán dar los paÃses árabes como mejora a las libertades y a la reivindicación de los derechos polÃticos y humanos de sus ciudadanos.