La Desobediencia Civil, un Derecho Fundamental
Francia es el país europeo donde se originan los derechos fundamentales, y se hizo de manera revolucionaria, con el reconocimiento de los derechos naturales del hombre se cambiaron las relaciones políticas y sociales al reconocer estos derechos en las Constituciones, son principios supremos conductores del orden social, reconocidos también en nuestra Constitución art. 10.1.
El concepto “liberal de derechos” que produjo esta revolución refleja también la igualdad de acceso a las oportunidades, la igualdad para competir en el acceso a los bienes imprescindibles para una existencia digna como el derecho al trabajo, a una vivienda, sanidad, a la educación, a la justicia gratuita, derechos todos ellos fundamentales que están siendo ninguneados por el Gobierno constantemente.
Nuestros representantes, que carecen de conocimientos de historia, olvidan que los derechos que recogen nuestra Carta Magna deben ser protegidos por encima de cualquier otro, incluidos los derechos de cobro de la banca, que no son derechos fundamentales. El Estado, que ha tenido que ser el protector y benefactor de estos derechos como garante de la seguridad pública y el orden social, está siendo atacado por una casta de políticos ignorantes que prefiere obviarlos al más puro estilo reaccionario, casi totalitario, donde nos sacrifican a la ciudadanía por encima de ellos.
Nos encontramos en un país donde la banca condona la deuda a los partidos políticos y donde los políticos soberanizan la deuda sacrificando nuestros derechos fundamentales, basados en la libertad y la igualdad de acceso a las oportunidades, generando así una fractura en el orden social existente. Esos son nuestros políticos.
Afortunadamente, tanto los jueces, los interpretadores de la Ley, como los ejecutores, la policía, se “han plantado”, y ¡menos mal! Porque los derechos fundamentales suponen un freno al poder el Ejecutivo. Y ante semejante tropelía ¿qué se puede hacer? Está claro, la desobediencia civil, ejercer nuestro derecho fundamental de objeción de conciencia.
¿Pero qué es la desobediencia civil?
La desobediencia civil es una forma de disidencia política consistente en una quiebra consciente de la legalidad vigente con la finalidad no tanto de buscar una dispensa personal a un deber general de todos los ciudadanos (objeción de conciencia), sino de suplantar la norma transgredida por otra que es postulada como más acorde con los intereses generales. Intereses que, no obstante, han de ser identificados a través de un procedimiento democrático de formación de la voluntad.
La desobediencia civil busca llamar la atención sobre la opinión pública, sobre una ley o una política, como puede ser la Ley Hipotecaria, por principios morales. La desobediencia civil es una forma de insumisión al Derecho por motivos políticos o morales que guardan lealtad constitucional, en este caso la protección de los derechos fundamentales, y dónde se acepta la legitimidad del sistema democrático, pero se entiende que deben corregirse los vicios que produce el ejecutivo.
Es una manera de llamar la atención a los representantes del orden público, que en este caso ya se han sumado a esta iniciativa, con sendos comunicados como han hecho los jueces y el Sindicato Unificado de la Política por la defensa de la justicia y el bien común.
La desobediencia civil es una manera de participar políticamente, no es una manera de destruir la legitimidad sino de oponer resistencia al ejecutivo cuando se vulneran derechos de interés general como los derechos fundamentales, además la desobediencia civil es su ejecución de forma consciente, pública, pacífica y no violenta, manteniendo una actitud de protesta contra la autoridad con el fin de rectificar los errores que ésta haya cometido, a juicio de quienes protestan.
Los actos de desobediencia civil son parte de un estado de derecho democrático que se desarrollan en sociedades maduras, sociedades donde sus ciudadanos hacen valer sus derechos fundamentales, ciudadanos más concienciados que la clase política que los sacrifica al sistema financiero, ciudadanos que quieren que prevalezca el orden y la paz social.
Vivimos en un Estado controlado por especuladores, no por representantes, y no podemos esperar a las siguientes elecciones para hacer valer nuestros derechos fundamentales, en las sociedades avanzadas los ciudadanos debemos ejercer de ciudadanos cuando el ejecutivo nos sacrifica, por ello animo a todo el mundo a la desobediencia civil, como ya lo han hecho los Jueces y la Policía, solo así, desobedeciendo todos podremos cambiar las cosas.
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