Sociopolítica

La dictadura que viene: Cuando bañarse en la playa se convierte en delito

Nuestros gobernantes no dan tregua. No bastante con amargarnos la conducción con todo tipo de controles y multas de tráfico, los tocapelotas tampoco se olvidan de las playas e intentan, municipio por municipio, convertir la práctica del nudismo en delito punible con multas, a lo que se pueden añadir fácilmente otros delitos más «graves» cuando el multado opone resistencia verbal o física o intenta huir de las autoridades represoras. Y no sólo el nudismo, sino cosas mucho más mundanas. Fotos: Nudistas manifestándose.Me parece que esto no lo había ni durante el franquismo tardío, cuando las turistas suecas y otras guiris se permitían quedarse con las tetas al aire, para gozo de muchos mirones que en las playas no habían visto algo así en su vida. Tal vez sea porque la mayoría de los gobernantes provienen de familias falangistas, las más radicales en que se apoyaba el franquismo, y de represión sabían estos falangistas un rato.

No sé si es que los amigos de la alianza de civilizaciones como Zapatero y La-Arruga-Es-Bella-Pero-Sólo-Vestida nos quieren preparar para la vuelta de Al Andalus o que simplemente han buscado otra forma para forrarse y rellenar las cajas públicas vaciadas gracias a su nefasta gestión de la cosa pública, pero esto huele a represión y enriquecimiento ilícito convirtiendo actividades cotidianas en ilegales.

Así resulta que el despacho Deley aseguró que este año muchos municipios «han endurecido sus ordenanzas», tal es el caso del Ayuntamiento de Cádiz que considera el nudismo como «práctica ilegal», algo que ya ha recurrido la Federación Española de Naturismo (FEN). Otro ejemplo es la Costa Valenciana, donde se ha prohibido colocar la sombrilla antes de las ocho para evitar que se reserve el espacio en la playa; y la policía local de Cartagena ahora multa a aquellas personas que se bañan con bandera roja.

No sólo no nos dejan conducir libremente, tampoco podemos decidir dónde, cómo y cuándo bañarnos, aunque sea bajo nuestra propia responsabilidad. Se supone que la señalización de las playas con banderas equivale a una recomendación, no a una limitación de la libertad. Y dada esta situación de indefensión ante la que se puede encontrar a partir de ahora cualquier ciudadano, Deley ha publicado unos puntos que se deben tener en cuenta al ser sancionados con una multa en la playa, para que los ciudadanos puedan ejercer los derechos que les corresponden. Entre otras cosas recuerdan que cuando los agentes informen de la sanción y entreguen la multa en el acto, se firme o no, empieza el plazo para recurrir desde ese día, y sólo hay quince días para presentar el recurso y que conviene no decir nada que pueda suponer un reconocimiento de los hechos o de la multa y de recurrir a un profesional para no dejar pasar el plazo para recurrir. Fotos: Moda de baño alrededor de 1900.

Yo personalmente no practico el nudismo (aunque, la verdad, no hay nada como sentir la brisita del mar o en un lago sin telas intermedias) y entiendo que debe quedar limitado a determinadas zonas de playa, por eso de que algunos pueden sentirse molestos por razones morales o estéticas, pero ¿qué se entiende por nudismo? ¿Y a quién le molesta? ¿A mentes retorcidas o trasnochadas? ¿Cómo se explica la represión en las playas con un gobierno que propugna, por otro lado, el asesinato del no nacido más allá del plazo máximo admisible de tres meses y la fornicación a edades tempranas y a doquier a la que invita con su Educación para la Ciudadanía? Se tiene libertad para abortar, pero no para bañarse en pelotas. Que algunos practiquen el nudismo puede resultar antiestético, cierto, pero los fundamentos para prohibirlo y limitarlo a determinadas zonas tienen su origen en otros tiempos con una moral pública mucho más atrasada.

Pero tal vez resulta que esa izquierda progre, antaño tan, tan luchadora por nuestros derechos civiles y sociales, ahora es tan, tan amiga de los fundamentalistas islámicos permitiendo que se impongan leyes islámicas que obligan a las mujeres a taparse desde las cejas hasta los tobillos por si algún hombre pudiera pretenderlas para la fornicación desenfrenada al ver su frente o sus rodillas.

Estamos volviendo a los tiempos de mediados del siglo XIX, porque incluso en 1900 la moda de baño era bastante atrevida comparada con los burkinis de última creación, que, pensándolo bien, no le deben ir nada mal a Madame Plissé para esconder su esqueleto cubierto de arrugas.

Lo que no encaja es que los tan, tan libertarios progres defiendan sin contemplaciones las reivindicaciones puritanas integristas de los musulmanes cuando ellos eran los primeros en ponerse en pelotas en las playas a partir de la transición.

Pero tal vez sea algo de la edad, que suele suponer una regresión en muchos aspectos. ¿No suelen ser los viejos los más carcas y puritanos? Y ahora que están viejos y estéticamente poco presentables, les da igual la libertad de las pieles humanas. Una cosa es andar en pelotas por las ciudades y otra muy distinta multar tal práctica en las playas. Fotos. Burkinis de diseño, el nuevo puritanismo integrista musulmán.

Que no nos limiten cada vez más nuestras libertades con tal de sanear las cajas públicas. Sería mejor que se ocuparan de la delincuencia en lugar de criminalizar a la población que por muy impúdica que se pueda comportar en determinados sitios tiene que poder disponer de un margen de libertad sin ser sancionada ni encorsetada.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.