EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Cuando hablamos sobre “circunstancias” solemos anteponer a este término el “sus” o “las” si se refiere a un individuo en concreto o a hablar sobre determinadas cuestiones o momentos. En el caso de Mariano Rajoy y teniendo en cuenta los resultados que se dieron en Asturias y Andalucía el pasado 25 de marzo, podemos decir sin temor a errar que la victoria de Rajoy en las elecciones generales del 20 de noviembre lo fueron más por “las” circunstancias que por “sus” circunstancias. Es evidente que “las” circunstancia concurrentes en lo que de personaje político, en lo que de positivo, puede tener Rajoy son bastante escasas si tenemos en cuenta su poco carisma, más que poco ninguno. A nadie le viene de nuevas si digo que “sus” circunstancias fueron las que hicieron que Rajoy estuviera cuestionado como líder en el Partido Popular. Lo estuvo hasta el último momento, pero hay que reconocer la habilidad y el temple que tuvo para, imitando a Tancredo López, “don Tancredo”, que hacía aquel número taurino que consistía en pintarse y vestirse totalmente de blanco y subido en un pedestal en medio de la plaza de toros aguantar la salida de chiqueros del toro permaneciendo totalmente inmóvil. El pintarse de blanco era debido a que se tenía la creencia de que el toro lo confundía con una figura de mármol y no le embestía. Rajoy, al igual que don Tancredo, aguantó cual figura marmórea hasta el último momento, me refiero a la proclamación del candidato, sin que hubiera tiempo material para que el nombramiento recayera en otro miembro de la cúpula del PP. O lo que es igual practicar eso que se llama política de hechos consumados.
Con lo de Asturias y Andalucía ha quedado bien claro que Rajoy ganó las elecciones generales del 20N por “las” circunstancias que la crisis produjo y está produciendo, pero cuando ha tenido que poner “sus” circunstancias en juego para ganar unas elecciones, las primeras que se celebran con él al frente del Gobierno, ha cosechado un tremendo fracaso. El desdichado Arenas, ha sido una víctima de ello, la verdad es que se han ensañado con él desde su propio partido, a “su” circunstancia de ser el que más elecciones ha perdido, aunque siempre podrá presumir de ostentar ese record, se le ha unido Rajoy con “su” circunstancia y encima, para “reforzar”, el PP envió a la campaña andaluza a Montoro y a la Báñez con “·sus” circunstancias de haber sido el que ha aumentado los impuestos y la que ha hecho la reforma laboral de lo cual presumen y parecen sentirse muy orgullosos, y claro cuando mezclas tantos vinos “cabezones” el resultado, la resaca, es tremendo. Esta es la diferencia entre el “sus” y “las”. Al menos así lo veo yo.