He leído una noticia en la prensa provincial alicantina que me ha puesto los pelos de punta por la falta de empatía (vivir los problemas de quienes sufren como si fuesen propios): En el último Pleno Municipal, los socialistas llamaron la atención sobre el elevado número de menores alicantinos que viven en una situación económica «desesperada». Basándose en datos aportados por los Centros de Atención Educativa Singular (Caes), «más de 3.500 niños de la ciudad están en riesgo de exclusión social».
En el Pleno para que se «tomen medidas contra los problemas de desnutrición» de los menores «en todas las ocasiones» el PP «ha votado en contra».
Pero si leemos una segunda noticia nos parece aún más alucinante: Según la Ley de Reforma Local, el personal de confianza de las administraciones locales debe reducir el número de asesores con los que cuentan los grupos políticos municipales. La señora Alcaldesa hace caso omiso, y solo lo reduce en cinco, con un coste de un millón de euros de los contribuyentes.
En conclusión, la Alcaldesa prefiere mantenerl el sueldo a sus ex empleadas y amigos/as a dedicar dinero al acuciante problema de los niños y niñas en riesgo de exclusión social.