LA GRAN DECEPCIÓN, ¿NOS DESPERTAR�
Si alguien pensaba que un cambio de gobierno en España – votando a los neoliberales del PP en lugar de a los otros neoliberales camuflados del PSOE – iba a suponer algún tipo de mejora para su calidad de su vida, debe estar a estas horas sufriendo una profunda decepción. Ojalá esta le sirva para aprender que una cosa es una democracia participativa y otra muy diferente una democracia representativa dirigida por polÃticos marionetas sentados en sus poltronas parlamentarias- si es que tienen a bien acudir a ellas- dispuestos a cumplir con las demandas de sus jefes. ¿Los votantes? No. Los banqueros.
Nosotros les pagamos los sueldazos que ellos mismos se ponen, coches oficiales, dietas, viajes, gastos de representación, residencias, y pensiones de lujo a cambio de cuatro años de trabajo mientras ellos ya estudian leyes para obligarnos a todos a jubilarnos a partir de los sesenta y siete tras haberse cargado nuestro exiguo estado del bienestar con sanidad gratuita, enseñanza pública de mediana calidad y ayudas sociales aunque siempre insuficientes. Entre tanto, tragándose literalmente su programa, impiden el acceso de los jóvenes al mercado laboral, viéndose estos  obligados a emigrar como hacÃan sus abuelos, con  la gran diferencia de que aquellos tenÃan poca cultura o eran directamente analfabetos, mientras que nuestros jóvenes emigrantes  son de elevado nivel cultural, cientÃfico, profesional. Y no olvidemos que seguimos acudiendo a la vendimia francesa.
DINEROS PÚBLICOS, NEGOCIOS SUCIOS Y VICIOS  PRIVADOS
Por si no habÃan bastantes ladrones y corruptos entre sus señorÃas de todos los estamentos del poder y sus allegados inmediatos cada dÃa aparecen nuevos casos de sujetos que salen indemnes de sus fechorÃas; y por si eso no fuera aún bastante nos faltaban los banqueros – esa raza de sanguijuelas de lo ajeno-  que jugaban  al póker con el dinero del pueblo y sea ahora al pueblo la vÃctima  que debe pagar sus sucias fugadas financieras, sus jubilaciones supermillonarias  y los dineros desaparecidos. No solo están ellos, sino los polÃticos de muchas autonomÃas colaborando a dilapidar dinero público en negocios y vicios privados.
Añadamos   a todo ese derroche de capital el que significa el derroche de capital humano  con  más de cinco millones de desempleados improductivos sin futuro y  entenderemos que exista tal acumulación de deudas públicas y que  estén obligadas a cerrar cada dÃa pequeñas empresas y negocios en nuestras ciudades y pueblos en una situación que  nos aproxima a los años cincuenta en España, solo que con menos horizontes de expansión, pues ¿quién cree ya en el capitalismo y sus gobiernos?
DERROCHES ESTATALES= CALAMIDADES SOCIALES
Lo dicho bastarÃa de sobras  para recordarnos en manos de qué tipo de  gobernantes incompetentes, bancos, y absurdos administradores  nos hallamos , pero es bueno que no olvidemos sus otros éxitos negros:  los más de ciento cincuenta  desahucios diarios  de viviendas con ancianos y menores en muchos casos y con la deuda pendiente del mismo banco que les mandó al juez; familias que no pueden pagar el comedor escolar y los libros de sus hijos;  familias enteras que tienen que acudir a Caritas a comer, porque se acabó la ayuda al desempleo; enfermos y ancianos que perdieron derechos asistenciales y continuos recortes de todo tipo en educación y sanidad – pero no  vemos recortes en la compra de material militar ni en el sostenimiento de la guerra afgana ni de los obispos- pero sà  vemos recortar salarios, derechos laborales y sociales y cierre empresarial a trabajadores que cuando se manifiestan reclamando justicia no encuentran más que una respuesta: la represión de los uniformados.( ¿Esto no les recuerda otros tiempos?)…A la incompetencia para solucionar los problemas y a la falta mÃnima de sensibilidad social y humana  se une la chulerÃa tÃpica de los sucesores del dictador, igual de  militaristas y de serviles con Iglesia.
LAS MENTIRAS DE NUESTROS PINOCHOS:
No puedo terminar esta reflexión sin breve referencia de algunas mentiras que ya caracterizan a este gobierno del capitalismo decadente salvaje, mentiroso y corrupto que nos viene machacando  a los europeos del sur, y en lo que respecta a los españoles:
-Se nos dijo que no subirÃan los impuestos: no han dejado de subir y ahora van a por el IVA.
-Se nos dijo que la deuda bancaria era de unos 19.000 millones: ahora será de cien mil. Y se nos obligará a pagarla a nosotros, claro está, pero  no a los ricos ni a los banqueros cleptómanos.
-Se nos dijo que no habrÃa rescate bancario: hay rescate bancario y con él nos convertimos como paÃs en una colonia del FMI, del Banco central europeo y de la banca alemana, e indirectamente del Departamento del Tesoro de EEUU.
-Se nos dijo que no habrÃa repago sanitario: ahora se está imponiendo.
-Se nos dijo que la edad de jubilación serÃa a los sesenta y siete. Ahora se estudia ampliarla. Y este verano se está estudiando otros asuntos con los que nos van a sorprender a la vuelta de vacaciones, si no antes, como subidas de impuestos y vaya usted a saber qué otras tropelÃas.
Ante todos estos desmanes, abusos e injusticias inacabables que estamos sufriendo uno se pregunta cuál será el lÃmite de aguante de nuestros conciudadanos; de esos que votaron creyendo que al votar hacÃan algo por su paÃs y ahora están sufriendo una de las mayores decepciones de su vida.
¿Aprenderemos al fin  que esta clase de democracia solo es una tapadera para que los ricos y sus mayordomos parlamentarios sigan haciendo lo que siempre hicieron y que no es otra cosa que extorsionar, empobrecer, dominar, dividirnos y vapulearnos? ¿Serán nuestros conciudadanos capaces de darse una oportunidad de libertad para imponer pacÃfica pero resueltamente otras reglas de juego que impidan que medren los incapaces, los corruptos y los parásitos? ¿Se perderá el miedo?
Es absolutamente imprescindible  una refundación de la democracia, porque de momento el único que se ha refundado ha sido el capitalismo: ahora está en manos de menos gentes, más avaras, con menos conciencia y con más poder que antes. Pero podemos concluir con aquellos versos de B. Brecht: “General, tu tanque es poderoso, pero tiene un defecto: necesita un hombre que lo quiera guiarâ€. ¿Y SI SE NIEGA?
Gobernante: tu Sistema es poderoso, lo defienden muchos bien-pensantes  y  uniformados, pero tiene un defecto: necesita ser aceptado. ¿ Y SI NOS NEGAMOS?