Sí, aunque hoy aparezca como algo innecesario y más bien desechable y sea calificada incluso como despreciable; por una gran mayoría de damnificados e indefensos súbditos (no hemos llegado a ciudadanos nada más que de nombre)… la administración pública (los políticos) son imprescindibles y por muchas vueltas que se le de, la sociedad los necesita y ellos lo saben. Lo terrible es que abusan impunemente.
La anarquía con la que soñaron algunos ilusos no es posible y por tanto, un orden y control es imprescindible; pero de ello a los abusos ya con visos de tiranías, que soportamos, hay abismos que son los que hay que corregir.
De no corregirse toda esta podredumbre, la sociedad (mejor dicho las sociedades) irán de nuevo a la destrucción y de nuevo el eterno vuelta a empezar… triste pero cierto; no hay nada más que examinar la ya bastante larga historia (escrita) del “pobre hombre que se auto titula humano y sapiens sapiens”; pero que carece de gran parte de lo que se entiende por humanidad y sabiduría; y por el contrario, está sobrado de cosas totalmente contrarias a ello.
Asombra ver los avances tecnológicos que ha logrado la sociedad actual y las situaciones que vive la mayor parte de la humanidad… hoy sobra de todo lo material… pero falta lo de siempre; responsabilidad y la mínima dignidad necesaria para que los equilibrios imprescindibles lleguen a todos los rincones del planeta. O sea que hay sobrados medios para todo, pero esos medios no son empleados nada más que para que unas mínimas cantidades de habitantes del planeta, atesoren lo indecible, cosa inexplicable por el exceso… “para qué tanto si luego todo se va a quedar aquí”.
Hoy cuando escribo, se está anunciando el que ya se trabaja para un tipo de aviones enormemente perfectos y que volarán allá por el año 2025… mientras la harina, el trigo, la soja, el azúcar, el aceite, que seguro sobran en cantidades industriales; toman unos precios de mercado (mientras a los agricultores se les exprime con unos precios que bordean o hacen ya precario el cultivo y producciones) que al consumidor de muchos países, no les llega para sus necesidades vitales, puesto que sencillamente, no tienen y pueden ganar el dinero que necesitan. Lo de la medicina es bochornoso en la indigencia que se encuentran grandes áreas del mundo. Estas carestías son las que producen las revueltas en Túnez y que amenazan a otros territorios igualmente “tensionados al máximo” y por los que se va extendiendo, con la ya demasiada sangre derramada y la que amenaza extenderse una vez más y para nada, “otra vez”.
No hablemos de los precios del imprescindible petróleo, que aumentados por los impuestos abusivos que al mismo se le cargan (caso de España que es mi país natal) llegan a ser ya una carga insoportable para muchos usuarios; que igualmente padecen precios abusivos en electricidad, gas natural, gas butano, agua, teléfono, impuestos de todo tipo y abusos en cuantías ya asombrosas; todo ello por cuanto unos aparatos estatales y dicen que “políticos” (amén de las multinacionales incontroladas), se han hecho tan monstruosos y llenos de parásitos, que consumen todo lo que se produce de bienes positivos, sin devolver nada que compense a quienes “se matan trabajando” y nunca levantan cabeza, viendo “en la acera de enfrente todo tipo de derroches y ostentaciones”.
Los que no piensan (o piensan “demasiado”) lanzan los clásicos gritos de revolución, de ir a las barricadas, de que sobran los gobiernos, los políticos… “y hasta la madre que los parió”; pero… ¿cuántas revoluciones hubo en el pasado y para qué han servido? Simplemente sirvieron y sirven para el fatídico… “quítate tú que me ponga yo”.
A uno de estos “ligeros de cascos”, le decía en un reciente debate lo que sigue:
“Sí y no le quito la razón de su malestar ya excesivo… «pero lo mismo que un coche por bueno que sea el motor y su carrocería, no puede funcionar sin ruedas… una sociedad por buena que sea, no puede funcionar sin quienes le lleven la administración política»; por lo tanto NECESITAMOS A LOS POLÁTICOS; pero hay que buscarlos por lo menos mediocres y entre ellos algunos buenos que dirijan; marcándoles «el paso» para que no se desmadren y ese es el fin de UNA VERDADERA DEMOCRACIA, QUE ES POR LO QUE TENEMOS QUE TRABAJAR”.
No creo en la violencia; puesto que ningún ser humano de los muchos grandes que aquí vinieron, la predicaron jamás; mejor estudiemos al mejor político del pasado siglo y como más reciente gran enviado… no fue otro que Gandhi; al que en su entierro, “un grande británico”, comparó con Buda y Jesús el Galileo. Siguiendo las enseñanzas de estos, supongo que es como llegaríamos a tener y disfrutar de; “una política humana y por tanto, soportable e ilusionante para todos o para la inmensa mayoría”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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