Trevor W. Robbins, profesor de neurociencia cognitiva y psicología experimental de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), es coautor de un estudio sobre 2.000 adolescentes que plantea si la conducta impulsiva está causada por las drogas o, por el contrario es parte de la personalidad e incita a su consumo. Quiere comprender cómo se activan las redes neuronales de la impulsividad para mejorar la prevención y el tratamiento de las dependencias.
Hace unos meses su equipo publicó resultados sobre la impulsividad adolescente y el consumo de drogas en la revista Nature Neuroscience. ¿Cuáles fueron las conclusiones más importantes para usted?
Hemos identificado siete redes neuronales subyacentes a la impulsividad en un estudio longitudinal con 2.000 adolescentes sanos de 14 años. Al analizar los resultados te planteas si el comportamiento es el resultado del abuso crónico de drogas o, por el contrario, la tendencia ya existía antes del consumo de estupefacientes. Quizás estas redes neuronales formen parte de la personalidad, quizás la impulsividad de una persona sea parte de su carácter.
¿Cómo se estudia la impulsividad en el cerebro?
Hay dos factores principales involucrados en el control de la respuesta. El lóbulo frontal es muy importante en el control cognitivo del comportamiento, lo utilizamos para cerciorarnos de que no hacemos algo inapropiado. Por otro lado, los neurotransmisores modulan la actividad de los circuitos. Lo que ahora nos planteamos los investigadores es si los cambios en los neurotransmisores se dan por el abuso de drogas o si es posible que ya existan con anterioridad e induzcan a la adicción.
¿Y lo podrán averiguar?
Cuando estudias la genética de la persona, no tienes en cuenta su vida. Es muy difícil responder estas preguntas, a no ser que pudieras coger niños y analizar su comportamiento desde pequeños, antes y después de que tomen drogas. Por eso lo analizamos en modelos animales. En ellos sí controlamos la exposición a sustancias y comprobamos si los cambios que experimentan son un resultado de su experiencia o ya estaban predeterminados en sus genes. Identificar la base neuroquímica de la impulsividad antes del consumo de drogas permite evitar una adicción.
¿Qué diferencia hay entre ser impulsivo y compulsivo?
La impulsividad se produce al principio de una acción, cuando respondes prematuramente a un estímulo. En cambio, la compulsividad tiene lugar cuando el comportamiento ya ha ocurrido y persiste de forma inapropiada porque repites la misma respuesta, pierdes el control. La impulsividad es el factor de riesgo de la compulsividad.
¿Hay algún caso en que impulsividad y compulsividad se solapen?
Las dos conductas están presentes a la vez en el abuso de sustancias y en los desórdenes alimentarios. Ambas se relacionan con un fallo en la inhibición de la respuesta. En la impulsividad, la inhibición falla al principio del comportamiento, y en la compulsividad, al final.
Ponga algún ejemplo para entenderlo mejor.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la manía y otros trastornos de personalidad son consecuencia de la impulsividad. El trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la esquizofrenia y el autismo tienen relación con la compulsividad.
Pero todos estos trastornos son muy diferentes entre ellos…
Todos forman parte del fenotipo, de cómo se expresan los genes. A los psiquiatras les cuesta diagnosticarlos y tratarlos porque son muy complejos y cada uno tiene sus particularidades. Lo importante es estudiar lo que llamamos ‘endofenotipos’, unos fenotipos intermedios entre los genes y su expresión. La impulsividad es un endofenotipo que incita al abuso de estimulantes.
¿Cuál es el papel de la dopamina, la serotonina y la noradrenalina en los comportamientos adictivos?
La dopamina secuestra el sistema de recompensa. El cerebro libera este neurotransmisor durante el consumo de drogas –como anfetamina y heroína–, y la ingesta de alcohol y comida. También en el sexo. La serotonina también está relacionada con el consumo de drogas, y probablemente tenga un papel importante en la inhibición. Seguramente tenga mucho que ver con la reversión del comportamiento. Por último, la noradrenalina también está implicada en la inhibición pero te detiene cuando ya estás inmerso en la acción.
¿Sus investigaciones serán capaces de frenar las adicciones a las drogas?
Nuestro objetivo es conseguir medicamentos para inhibir o promover ciertos neurotransmisores. Pero el tratamiento siempre debe ir acompañado de terapia. Por ejemplo, para controlar la impulsividad de un niño o una niña con TDAH se le da atomoxetina combinada con ayuda psicológica. Cuando el medicamento se administra con la terapia, el tratamiento es mucho más efectivo.
Referencia bibliográfica:
Whelan, R.; Conrod, P.J.; Poline, J.B.; Lourdusamy, A.; Banaschewski, T.; Barker, G.J.; Bellgrove, M.A.; Buchel, C.; Byrne, M.; Cummins, T.D.R.; Fauth-Buhler, M.; Flor, H.; Gallinat, J.; Heinz, A.; Ittermann, B.; Mann, K.; Martinot, J.L.; Lalor, E.C. Lathrop, M.; Loth, E.; Ness, F.; Paus, T.; Rietschel, M.; Smolka, M.N.; Spanagel, R.; Stephens, D.N.; Struve, M.; Thyreau, B.; Vollstaedt-Klein, S.; Robbins, T.W.; Schumann, G.; Garavan, H.; IMAGEN Consortium. “Adolescent impulsivity phenotypes characterized by distinct brain networks”. Nature neurosciences 15 (6): 920-U153, junio de 2012. DOI: 10.1038/nn.3092
Núria Jar | SINC