EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Los hay a los que le cuesta bastante aprenderse la lección, unos por que son torpes, otros porque su capacidad intelectual es muy limitada y otros porque creen que son más listos que los demás y “pasan” de todo por considerarse eso, más vivos. Entre estos últimos se encuentran los gerifaltes del Partido Popular.
Ha tenido que ocurrir lo de la moción de censura en Benidorm para que en el PP se den cuenta de que no son superiores a nadie. Lo de Benidorm ha sido una dura lección para el partido de la derecha y desde luego se nota a la legua que está siendo motivo de reflexión para Rajoy y los suyos. Lo ocurrido en la capital turística ha supuesto un buen varapalo.
Lo que ha acontecido en Benidorm viene a reforzar mi convicción de que si te atacan con cañones tú no puedes responder tirando confetis porque al final te revientan. Cuando el adversario ve que les respondes con sus mismas armas, a partir de ahí es cuando comienza a respetarte.
¿Alguien puede llegar tan siquiera a pensar que Rajoy haya amenazado a sus concejales de Silleda, en Galicia, con abrirles expediente de expulsión si presentan en dicho municipio una moción de censura, si no hubiese ocurrido lo de Benidorm? Jamás lo hubiera hecho. A lo largo y ancho de nuestro suelo el PP ha presentando muchas mociones de censura, muchas más que los socialistas, aprovechándose de los tránsfugas y trasgrediendo por tanto el pacto anti transfuguismo, sin tener en cuenta esos valores éticos y morales que tanto está echando en cara en el caso de Benidorm.
Es de esperar que su ¿cambio? de actitud a partir de Silleda sea como consecuencia de que se han aprendido bien la lección. Está claro que en esta ocasión se ha hecho bueno aquello de que “la letra con sangre entra”.