Un rayo de luz
En el mundo, unas 285 millones de personas padecen una discapacidad visual. El 80% de estos casos se pueden evitar y curar, sin embargo muchos enfermos no tienen la posibilidad de costearse las atenciones y cuidados necesarios para ello. Si no se toman las medidas necesarias, estas cifras se duplicarán para 2020. Ante esta realidad aparecen organizaciones de voluntarios que tratan de devolver la esperanza a cientos de personas.
La falta de estructuras sanitarias, de personal médico cualificado, los altos precios de los tratamientos, junto con la ausencia de proyectos sostenibles, son las principales causas de la ceguera. La lucha contra las deficiencias visuales es una de las acciones más efectivas contra la pobreza, según la Organización Mundial de la Salud. Cada euro invertido en promover la visión se traduce en 28 euros de esperanza para los países empobrecidos.
El 90% de las personas que padecen alguna minusvalía visual se concentra en los países ricos. Los errores de refracción no corregidos son una de las dolencias visuales más comunes. Provocan problemas a la hora de enfocar los objetos y una visión borrosa. La miopía, el astigmatismo y la hipermetropía forman parte de este tipo de dolencias visuales.
En los países más desfavorecidos son las cataratas las principales causantes de la ceguera. El precio de una operación de cataratas ronda los 40 euros, coste que la mayoría de los afectados no puede asumir.
Gracias al trabajo de la OMS y diferentes ONG, la lucha contra la ceguera es una realidad. En los últimos veinte años gobiernos de todo el mundo han implantado programas para la prevención y el control de la discapacidad visual. La ceguera relacionada con la oncocercosis, enfermedad parasitaria presente en África, ha sufrido una drástica reducción. En Ghana y Marruecos se ha eliminado el tracoma, principal causa de problemas visuales en el mundo. Brasil, Omán y China han integrado el servicio de oftalmología dentro del sistema de atención primaria. Cada uno de estos logros es el resultado de una serie de alianzas internacionales que poco a poco muestran sus frutos.
Poder Ver, Sociedad Española Contra la Ceguera en Países en Desarrollo, se encarga de promover y apoyar a las ONG con la misión de eliminar las principales causas de la ceguera evitable. Son cientos los proyectos que se llevan a cabo en más de 20 países, y más de 60.000 personas se benefician de ellos. Prevenir la ceguera infantil por falta de vitamina A, tratar de erradicar el tracoma en África, promover campañas quirúrgicas en países empobrecidos son algunas de las iniciativas que ya están en marcha.
En 2011, la campaña Caravana de la Luz, proyecto de la ONG Azul en Acción, realizó 155 cirugías de Cataratas, nueve de ella en niños, 13 cirugías de otras patologías y 2754 consultas oftalmológicas, en el región africana de Togo. En tan sólo 22 días atendieron a más de 3.000 personas con enfermedades oculares. “En la región de Kara, lugar donde se ubicó el Hospital de Azul en Acción, la palabra más popular ha sido milagro”, afirma un colaborador del proyecto. Un milagro para cientos de enfermos que recuperaron la vista, para las madres de los niños que han podido ver por primera vez, e incluso para los hechiceros de las aldeas. Sin duda, devolver la vista debe tener algo de mágico.
Magia como resultado del esfuerzo y el sacrificio de números voluntarios que de forma altruista renuncian a sus vacaciones, a su tiempo libre, a sus familias e incluso a sus trabajos para ayudar a los más desfavorecidos. Prestan sus conocimientos para dar esperanza a cientos de personas que quizá la habían perdido. Devuelven la luz a niños, jóvenes y ancianos que creían haberla perdido para siempre. No sólo devuelven la visión, sino también la posibilidad de mejorar su calidad de vida como personas independientes, capaces de salir adelante. La posibilidad de un futuro que de otro modo sería invisible para ellos.
Irene Casado Sánchez
Periodista