¿Qué es un tabú? Esta palabra proviene de las lenguas polinésicas, específicamente el hawaiano y significa “prohibido”. El tabú es una conducta, actividad o costumbre prohibida, que es moralmente inaceptable para una sociedad o para una religión.
¿Qué es la muerte? Es el proceso biológico por el cual en un individuo se cesan sus funciones vitales. Es decir por antonomasia es lo contrario a la vida. Según la medicina esta puede ser de varios tipos: cerebral, súbita, natural etc.
Todo Ser Humano nacido, nace para un día morir; esto forma parte inherente del propio ciclo de la vida y, a pesar de compartir esta cualidad con el resto de los animales y otros seres vivos, solo en el humano esta realidad ontológica ‘la consciencia de la muerte‘, toma dimensiones realmente existenciales.
La muerte es una realidad ineludible, innegable y por consiguiente su presencia es portentosa. Como lo diría Heidegger “el hombre es un ser-para-la-muerte”
Entonces ¿por qué intentar negar este proceso tan natural y plenamente humano?
La muerte es silenciada y ocultada en nuestra sociedad porque no le es conveniente a la maquinaria consumista y materialista que el público en general se haga grandes cuestionamientos abstractos, sino que el individuo se preocupe en producir. Por eso muchas veces nos toma descuidados cuando menos lo esperamos.
Pero insisto: ¿por qué es acallada la muerte en nuestra sociedad actual? Aunque parezca contradictorio, creemos que esto se debe a que en Occidente le seguimos temiendo a la muerte y le tememos principalmente por dos cosas:
1) Porque le tememos a lo desconocido.
2) Y porque no sabemos qué será de nosotros ni a dónde iremos luego, o si será éste el fin de todo. Esto es producto de la incredulidad y del relativismo actual.
Arnold Toynbee lo expreso muy elocuentemente cuando dijo “La muerte es el precio que paga la vida por el incremento de la complejidad estructural de un organismo viviente… El individuo no vive para si mismo, sino para perpetuar la raza en sus hijos. No obstante, toda criatura viva sujeta a la muerte se afana por conservar la vida, haya procreado o no.” (1 )
De estas ganas por querer seguir existiendo, sumadas a una concepción materialista de la vida, es que surge el apego insano a la vida y una reticencia a la muerte. El hombre occidental ,frente al tema de la muerte, no la ve como lo que es: una parte natural del proceso de vivir, sino que la concibe como el final de todo. He ahí el porqué del pánico neurótico que siente ante ella. Por lo menos en esta sociedad.
La muerte es la gran presente de la vida y la gran ignorada por los seres humanos (en especial el hombre occidental) pues solo pensamos en ella cuando la vemos cerca. La sociedad materialista ha inclusive enervado la muerte de categoría natural (como parte del ciclo de la vida: nacer, crecer reproducirse y morir) a categoría patológica sólo superable mediante la ciencia; y es así que vemos cómo algunos galenos ven la muerte como un fracaso en la pericia o habilidad del médico en el uso de la técnica.
A fortiori, ante todas la «mentiritas blancas» que les decimos a los niños cuando se muere su mascota, el abuelito u otro familiar (se fue de viaje, de vacaciones, está dormido etc.) desde mi punto de vista y desde mi país, Panamá (que al ser un país latinoamericano algo heredamos de la madre patria), llama la atención que en otras culturas el tema de la muerte es visto de forma más natural (como en las culturas de medio oriente y de oriente lejano) ¿Será que el común denominador es la religión? Pues estas culturas poseen otras religiones diferentes a la cristiana…
Sin embargo si aceptamos mi planteamiento anterior surge un problema y es que esto podría ser contradictorio con el mismo mensaje original del fundador del cristianismo, Jesús, pues él explicaba la muerte como parte natural de un proceso y no como un fin, dado que la vida no termina con la muerte, pues hay una vida más allá de la muerte…
A mí me parece que el problema de cómo aceptamos y vemos a la muerte no está per se en el cristianismo, sino en el materialismo que ha acampado en la Cultura Occidental y que nos hace incapaces de abrir nuestro ojos a la dimensión espiritual y sagrada de la persona humana.
De todo esto podemos ver cómo la muerte es un hecho natural (parte del ciclo de la vida) pero a veces nos olvidamos que también es un hecho social, es decir, que cada sociedad la afronta de una manera diferente. “La muerte parece un ejemplo paradigmático de lo que puede llamarse un “hecho social”… El significado de la muerte se define socialmente, y la naturaleza de los rituales funerarios, del duelo y el luto refleja la influencia del contexto social donde ocurren. Así, diferentes culturas manejan el problema de distinta manera“(2)
“La muerte es, como veremos más adelante, universal, pero no los modos de morir en el seno de cada sociedad”. Por eso cada vez que nos enfrentamos a ella esta varía de sociedad a otra y de un individuo a otro. Desde una visión de la ética del cuidado se puede decir que cada persona la afronta de una forma diferente pero humanamente comprensible y respetable. Y desde el punto de vista antropológico la visión de la muerte en una sociedad revela datos importantísimo de lo que fue la vida, valores y costumbres de ese pueblo.
Para concluir, para nosotros la muerte se ha convertido en el tabú de lo oculto, lo no permitido, lo prohibido, porque significa el fin de los objetivos que la sociedad capitalista occidental ha diseñado para nosotros y las metas que nosotros mismo nos hemos trazado.
Por lo tanto la muerte, su especulación, respeto o conciencia de ella, es un estorbo para una sociedad preocupada más por la productividad de sus miembros, como lo es la nuestra, que por su dimensión espiritual como persona.
[1] Toynbee,Arnold. Koestler Arthur y otros. La vida después de la muerte. Editorial Sudamericana. Pág. 9 [2] Caycedo Bustos Martha Ligia. La muerte en la cultura occidental: antropología de la muerte. Revista Colombiana de Psiquiatría.