Economía

La mujer que seguía un guión (Elena Salgado defiende sus presupuestos ante el Senado)

Elena Salgado es una mujer inteligente, se le nota en la mirada y en los andares, pero se está viendo superada por los acontecimientos, porque ella no tiene la capacidad para estar donde está, y como mujer inteligente que es, debería aceptarlo y marcharse por donde ha venido.

En el tiempo que lleva al frente del Ministerio de Economía se ha limitado a besar el suelo por el que pisa Zapatero exigiendo a sus asesores justificaciones económicas para la continua improvisación del Presidente, que hace ya mucho que perdió el rumbo, e intentando explicar a la opinión pública conceptos inexplicables.

Hoy, ante el Senado, ha afirmado, muy ufana ella, que confía en que la I+D+i impulse el crecimiento de nuestra economía, lo cuál o yo me he vuelto loco, que todo podría ser, o no es coherente con la reducción de la partida presupuestaria referida a este campo. Las matemáticas son sencillas: a menos dinero, menos recursos y a menos recursos, menos resultados.

Sin olvidar la fuga de cerebros, una verdadera lacra para las sociedades que quieren prosperar. Los mejores cerebros de este país acaban por emigrar a otras latitudes, a otros lugares donde les ofrecen más recursos, lo cuál acaba por perpetuar nuestro arcaico modelo productivo.

Una vez más, el Gobierno demuestra que predica unos conceptos pero luego ejecuta otros, comunica una realidad y luego genera otra, engaña a quién se deja engañar porque sus votantes se encuentran en clara desbandada hacia Izquierda Unida y hacia UPyD.

Sí hay que aceptar, sin embargo, que Salgado ha dicho una verdad, no está mal para todo el discurso que ha soltado ante los Senadores, y es la referente a la deducción fiscal por compra de vivienda. Este favor impositivo ha desviado, durante muchos años, recursos económicos hacia la construcción, lo cuál ha provocado un crecimiento excesivo del sector.

Si esta deducción no hubiera existido o si se hubiera articulado de manera diferente, los incentivos para ofertar o demandar vivienda hubieran sido menores, lo cuál hubiera estabilizado los precios e imposibilitado la burbuja inmobiliaria que hemos padecido.

Retirar, ahora, esa deducción es una medida impopular pero que alguien se tenía que atrever a ejecutar y hay que reconocer que en eso el Gobierno ha acertado.

Un acierto en un vasto campo de errores, uno tras otro sin solución de continuidad, y Elena Salgado limitándose a leer el guión que le transcriben sin preguntarse nunca por la esencia de los conceptos que está predicando. ¡Ay, cuánto echamos de menos a Solbes!

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.