Economía

La pandemia de los recortes (Alemania anuncia recortes para reducir el déficit público)

«Un fantasma recorre Europa: el fantasma de los recortes. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes», todos, absolutamente todos para intentar paliar los excesos que se cometieron en época de bonanza y que ahora nos están llevando a una situación insostenibles.

Primero fue Grecia, obligada por el FMI, después España, forzada por los mercados, y ahora Alemania, sin otra opción, y en breve será Inglaterra, y luego Francia, y así, una tras otra, todas las naciones de la Unión Europea irán cediendo a las presiones, y entrando en el juego del recorte del déficit público.

Un déficit público que viene en parte por la crisis, en menor medida, y en parte por los excesos, en mayor medida. Cuando las cosas iban bien todos, y digo todos, los políticos, sin importar el signo político o la procedencia social, se dedicaron a malgastar el dinero que todos los ciudadanos ponemos en sus manos, con el objetivo, el único objetivo, de contentar al mayor número de votantes posibles, para renovar, así, su voto.

Un despilfarro que no es nuevo, que viene de atrás, que siempre hemos tenido que sufrir los impasibles ciudadanos que vemos como nuestro dinero se malgasta en sueldos millonarios de inútiles sin oficio ni beneficio, en lujos y privilegios que nosotros no nos podemos permitir y en viandas y manjares que ensalzan la figura del politicucho de turno. Nada fuera de lo habitual.

El problema está viniendo con la crudeza de la presente crisis, que no está dando un respiro a nadie y está sacando a relucir lo peor de cada casa. La crisis que estamos viviendo está siendo más larga y más dura de lo que todos pensábamos, porque los políticos han estado más ocupados en ganar sus respectivas elecciones nacionales que en solucionar la crisis, de verdad.

Vivimos una época de ausencia de liderazgo político de verdad, los estadistas han desaparecido y sólo Obama apunta a acercarse a ello. Todos los demás se quedan en meros servidores públicos, administrativos avezados que han encontrado el puesto de su vida. Gente sin la suficiente capacidad como para ver más allá de sus propias narices, obsesionados en el corto plazo, sin políticas de choque para el medio y el largo plazo.

Si las medidas de recorte del déficit hubieran sido tomadas, de manera adecuada, a los primeros síntomas de la crisis, todo hubiera sido más sencillo. Pero eran medidas demasiado impopulares para ser tomadas sin una presión real de la sociedad y de los mercados.

Los grandes políticos toman las decisiones cuando hay que tomarlas, no cuando les obligan las circunstancias sociales y económicas.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.