Economía

La paradoja de la crisis (La crisis no retiene el consumo en ocio de las familias)

Vivimos de crisis, pero no dejamos de vivir, faltaría más, quíteme usted ese melón y póngame otro de menor calidad, pero eso sí, no me quite mi cenita en el Restaurante gallego de la esquina, ¿qué van a pensar los vecinos?

Una paradoja es una idea opuesta a la opinión o sentir común de las personas, o sea, que una realidad que contradice lo que la sociedad piensa, en crisis pensaríamos que no podemos gastar en ocio y lo ahorraremos todo para la alimentación, pero nada de eso.

Vale más una prenda de moda que una naranja de buena calidad, se cotiza más una escapada de fin de semana a un refugio de montaña que un par de buenos libros que degustar en el propio domicilio, la sociedad, la bendita sociedad en la que vivimos equivoca sus prioridades.

Porque el mayor problema de la crisis económica no es que estemos viviendo mal, no, el problema es que ya no podemos vivir tan bien como vivíamos antes, si entendemos por vivir bien el gastar dinero por doquier sin mirar más allá de nuestras propias narices.

Nos habíamos acostumbrado al despilfarro, al consumismo compulsivo heredado de otros lugares y ahora que no nos podemos permitir el teléfono móvil último modelo nos llevamos las manos a la cabeza, ¡maldita crisis!

Crisis, crisis, sólo la están sufriendo los que se han quedado sin empleo y ya no reciben prestación, o los empresarios que están viendo como sus empresas se están yendo a pique, o los autónomos que tuvieron que cesar su actividad, los demás, amigos, no tenemos crisis.

Que alguien me diga la crisis que puede tener una persona que sigue trabajando, sigue ganando su sueldo y al que todos los precios se le están rebajando. Crisis, hay, sin duda y no hay que olvidarla, pero hay que saber relativizarla, porque todo es relativo.

Es el momento de la solidaridad con los demás, con los de aquí y con los de allí, porque si nuestra crisis es no poder comprar la suya es no poder comer, la suya es una verdadera crisis, la nuestra es pasajera, dolorosa pero pasajera, y debemos aprender una lección de ella.

Debemos aprender a modificar nuestra pirámide de prioridades, el consumo no debe de estar en la cima, allá en lo alto de la pirámide debería de estar lograr la plenitud personal, vivir satisfechos con nosotros mismos, queriendo a los que nos quieren, ignorando a los que nos odian, y respetando a todos los demás.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.