
Fruto, entre otras causas, de un sentimiento de rencor del país germano y con Adolf Hitler al frente del sistema totalitario, el 1 de septiembre de aquel año las tropas del fÁ¼hrer cruzaron la frontera polaca y apenas una semana más tarde lograron sitiar Varsovia. Ante la amenaza de Francia e Inglaterra, Alemania encontró la declaración de guerra como única salida. Fue entonces cuando todo comenzó: la vuelta atrás resultaba inevitable y las balas iniciaron el camino de la destrucción, el hambre, la miseria y la muerte más escalofriante.
Todavía hoy, resulta increíble recordar que la única razón para el ataque que Hitler defendió fue la supuesta enemistad que algunos representantes polacos habían demostrado contra el país germano, concretamente contra una emisora de radio.
Setenta años han pasado desde aquel día. Y sirva esta entrada para recordar a las víctimas, la única razón que encuentro para seguir hablando de este asunto. Conozcamos la historia o, mucho mejor, la parte humana de la Historia, sea ésta de la naturaleza que sea. Se lo debemos, como poco, a los millones de inocentes que perecieron bajo el más cruel de los rostros.
(La fotografía pertenece a la web portaleureka.com)