Hoy voy a romper una lanza en favor de todos aquellos ciudadanos que tenemos que soportar mensajes como el de esta de la diputada Nacional, Irene Lozano “Es fundamental para avanzar en la lucha de la corrupción que la sociedad lo demande”.
Bueno, ¿qué podríamos interpretar ante semejante afirmación? Que hay corrupción porque la sociedad no lo demanda, que hay seis millones de parados por gusto, que tenemos una deuda impagable porque somos unos “gastones”, que se están perdiendo servicios en derechos básicos como educación y sanidad porque queremos y así sucesivamente… Que haya corrupción no es nada nuevo, es junto con otros, uno los muchos males endémicos de nuestra democracia y a esta diputada nacional no se le ocurre decir otra cosa. Y luego se preguntarán por qué la fractura entre los ciudadanos y los políticos es cada vez mayor, ¡si es que sólo hay que escucharles!
Bueno, pues yo no voy a permitirme el lujo de afirmar por toda la sociedad, ni voy a utilizar el vacuo argumentario de que la existencia de la corrupción es por falta de educación de los ciudadanos, por su permisibilidad, ya que la corrupción y la educación no son variables correlativas y por tanto esta afirmación carece de sentido desde el punto de vista empírico y científico, por tanto Sra. Lozano, afirma Ud. ¿Que existe entonces una correlación espuria entre estas dos variables? Me gustaría ver el estudio que demuestra esta afirmación. Lo espero ansiosa.
Es decir, que ante el mayor número de licenciados y profesionales que están emigrando porque carecen de posibilidades de desarrollo, y otros muchos que están en el paro, “carecen de educación y por tanto permiten la corrupción”. Deme un sólo dato estadístico que demuestre tal acusación, porque es una acusación.
También le voy a pedir una cosa, deje de insultar la inteligencia colectiva de los españoles, haga Ud el favor. El problema de la corrupción no viene de la sociedad, viene de la instauración de un “régimen o sistema democrático” podrido o corrupto que se ha instaurado en los Árganos de Control (que deberían ser independientes), en los Partidos Políticos y en la Administración, porque es ahí donde reside la corrupción, pero no en la sociedad. Porque, Sra. Lozano es ésta sociedad la que está soportando los gastos desmesurados y las corruptelas políticas, los recortes y los impuestos y, es ésta sociedad la que le paga a Ud. el sueldo, entre otras muchas cosas, y eso parece que se le ha olvidado a la Ilustrísima diputada, y con estas afirmaciones hace suya la expresión “la moqueta le ha absorbido el cerebro”.
A la Sra. Lozano, ni nadie de su equipo le ha explicado que lo que ella presenta es una vieja tesis que el Sr. Robert David Putnam presentó ya hace tiempo, donde basaba su teoría de los sistemas democráticos en 10 puntos, uno de ellos era la educación, pero concluía su tesis afirmado que para que los sistemas democráticos avancen es necesario el desarrollo del Capital Humano y la conciencia cívica y global, discurso que el mismo ha ido adaptando a la nueva esfera política: la globalización. Hoy los estudios politológicos ya van en esa línea, y la teoría del Sr. Putnam ha sido cuestionada por numerosos politólogos, como por ejemplo Francis Fukuyama.
Así que no, la culpa de la corrupción, no es ni de la sociedad, ni de la falta de la educación de los españoles, no voy a insultarles como hace Ud. con nosotros, los ciudadanos, es culpa de un viejo sistema de representación político del que Ud. forma parte, el “régimen de la partitocracia”, unido a la falta de ideologías de los partidos políticos, la globalización y otros muchos temas importantes, y que por desgracia desconoce y, encima de que nos representa, se permite el lujo de insultarnos y acusarnos a nosotros los ciudadanos de ser «permisibles con la corrupción». Entonces, aplicando su mismo método para obtener inferencias, con la misma base científica, ósea, mi opinión, puedo afirmar, que la culpa de que tengamos corrupción es por culpa de políticas como Ud., que hacen afirmaciones tan graves sin un solo dato que lo demuestre, por tanto podemos imaginar lo que se nos espera con este tipo de representantes.
¡Que sea feliz Sra. Lozano! Y mucha suerte cuando ya no sea diputada, la va a necesitar.