Sociopolítica

LA POLÁTICA DE EXPOLIO Y LA MASA

Cuando esto escribo, acabo de leer un desgarrador (por lo crudo y real) artículo, escrito por Francisco Rubiales, bajo el título siguiente: La verdadera pandemia es la del poder inepto; y el que invito a  leer en la dirección siguiente, pues hay que leerlo despacio y luego releerlo: http://www.votoenblanco.com/La-verdadera-pandemia-es-la-del-poder-inepto_a3226.html#last_comment

Ese artículo y diez mil más  que se escriban (de hecho se está escribiendo mucho sobre el tema) no va a servir para nada. Y no va a servir para nada, por cuanto la denominada clase  política, ha logrado  ya la impunidad cuasi total y salvo el despedazamiento que entre ellos se hacen; desde fuera poco se puede hacer; yo creo que nada en absoluto. Estamos totalmente indefensos y seguirán haciendo lo que les de la gana. Ignoran que la sagrada palabra, política, significa un sagrado arte, cual es  el de saber gobernar bien a los pueblos; y que cargo viene de carga, por lo que mientras más alto es el cargo más pesada es la carga. Y que para gobernar hay que primero saberse gobernar uno mismo y la propia familia o hacienda.

Se ha llegado ya, a lo que puede ser la mayor corrupción intelectual para valorar a la política actual. Yo estimo que ese grado ha sido marcado al otorgar nada menos que  un premio de paz (el Nóbel nada menos) a un gobernante (que debiera haberlo rechazado de inmediato) que tiene en marcha dos guerras declaradas y vete a saber las que fomentan en la sombra; «los que le han aupado»; todo ello camuflado de mentiras, puesto que la sucia política y desde tiempo inmemorial, funciona sobre la base de  las mentiras más atroces. Por tanto todo va a seguir como hasta aquí y pagarán siempre los de siempre, con su sangre sudor y lágrimas… no hay solución .

Y seguirá ocurriendo por cuanto la masa no hace otra cosa que quejarse y si por un casual, hay un grupo que la enardece y la lleva a derrocar el sistema e imponer otro nuevo; ese grupo se convierte en el nuevo opresor y explotador en el viejísimo sistema del… «quítate tú que me  ponga yo». Es lo que ocurre en cada nuevas elecciones.
La cita que el articulista da el valor real… «La política es algo tan importante, que es absurdo (temerario) dejarla sólo en manos de los políticos»; la vengo empleando hace ya varias décadas, al igual de que si la política funciona alguna vez, pienso ha de ser DE ABAJO ARRIBA; o sea organizarse el pueblo para controlar su propio municipio y tener sus propios representantes (uno por barrio o distrito) y así llegar al ámbito comarcal, provincial, regional y nacional; e ir seleccionando representantes para ocupar los cargos de representación y entre los elegidos, los del grado siguiente y así, ir controlando presupuestos e invertirlos en lo que verdaderamente necesita la población. Así, todo político, tendría que volver a renovar su cargo en su propio distrito, puesto que de no ser reelegido en él, tendría que salir de la política ¿Pero qué ocurre? Sería la única forma de quitar la perniciosa clase de los políticos profesionales y que se eternizan, parasitando los bienes públicos.

¿Pero qué vemos? Vemos  como la gente idiotamente, pasa de política y mucho más imbécilmente dicen tan «panchos» que… la política para los políticos; que es precisamente lo que ellos quieren… ¿pero qué vas a esperar de una masa que en mayoría ni acude a las reuniones de propietarios del propio bloque donde habitan y que jamás se preocupa de otra cosa que de criticar o de llorar sus penas y abandonos y nunca piensa en colaborar ni para que mejore su propia calle o lugar donde habita? Son esclavos en  potencia o a lo sumo siervos que serán siempre manejados como rebaños de reses.

¿Qué desde el sistema que hay pudiera haber regeneración? No me hagan reír. A la vista está que todo va cada vez peor y que la podredumbre sólo anuncia catástrofes que inexorablemente han de venir; la triste historia es «un repetir continuo».

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.