Arturo Mas, por propia iniciativa y a través de distintos asesores y consejeros, entre los que se encuentran: Francisco Homs, Felipe Puig, etc.,está practicando y con muy buenos resultados, eso que conocemos como «política de hechos consumados». Por ejemplo, gestionando la adhesión de agrupaciones y colegios profesionales, instituciones de gran influencia ciudadana, o bien con las Pymes que según una encuesta, encargada por la Generalidad, el 67% están de acuerdo con que se promueva el referéndum sobre la independencia de Cataluña. Ante los últimos acontecimientos, Rajoy sigue contestando, una vez más, con tolerancia y apelando a la concordia. Sus esperas desesperan. Predicar “con altura de miras” en estos momentos quizá no resulte de recibo, y esperar a que sean los propios ciudadanos residentes en Cataluña los que le saquen las castañas del fuego y resuelvan la papeleta, demuestra otra vez síntomas de cobardía, cuando el resto de los españoles, con excepción de los nacionalistas vascos, no admiten ni están de acuerdo con secesionismos, federalismos ni separatismos.
Que a escasas fechas para la celebración de las elecciones catalanas, el presidente Rajoy, manifieste que “solo con diálogo y moderación podemos mitigar el conflicto y buscar acuerdos” suena a mofa, befa y chascarrillo. Con tomaduras de pelo de este porte, la pérdida de votos del PP será inevitable. Esa gran mayoría silenciosa que por miedo no se atreve a comunicar sus verdaderos sentimientos en público, con la pulsilánime actitud de Rajoy, comienzan a intuir que su causa está perdida y que el deseo de poder sentirse igualmente catalanes y españoles terminará siendo inviable hasta el grado de tener que abandonar la región en la que han vivido siempre, o gran parte de sus vidas. Lamentablemente, ya son muchas las familias en las que han surgido serias desavenencias por mantener opiniones encontradas en torno a la independencia.
Cada vez es mas fuerte el tufo de que Rajoy no quiere ser presidente de una sola legislatura. Solo pensar que hasta el desdichado Zapatero le superase en permanencia en el Gobierno, con lo que le ha costado alcanzar la presidencia, constituiría el mayor de sus fracasos en el mundo de la política, de ahí su «exquisita» prudencia.
La deriva rupturista catalana ya ha llegado a la UE y nuestro problema se ha internacionalizado. Nadie puede entenderlo, pero mientras la Generalidad no para de explicarlo y divulgarlo a su manera con todos los medios a su alcance y prometiendo echar a España de Cataluña en cuatro años, el Gobierno se dedica a observar un discreto silencio que algunos interpretan como una cesión…
Los catalanes, durante más de 30 años se han ocupado de imbuir a través de la enseñanza en los colegios un orgullo y deseo de pertenencia a Cataluña, aunque sus padres, oriundos de Andalucia o Extremadura, durante infancia y adolescencia les hablasen de sus orígenes, de los que en muchos casos los jóvenes repudian y se avergúenzan. Paralelamente se han ocupado de inocularles odio y desprecio a España, que solo se dedica a robarles el producto de su trabajo porque mientras ellos son serios y laboriosos, los españoles ejercen de vagos y mentirosos. Tal actitud es repugnante y delezable, pero todo lo que se aprende a esas edades queda gravado de por vida. En Cataluña aman su tierra, cultura y bandera sintiendo orgullo al exhibirla, lo que no ocurre con la española.
Ahora, cuando posiblemente la desmembración de España se convierta en una realidad, percibimos que a la juventud actual, todo este empeño en torno a mantener la inquebrantable unidad de la nación, les importa más bien poco, opinando que son cosas de la rancia «derecha» casposa, anticuada e incompatible con la moderna democracia… El presidente del Gobierno, como máximo responsable de dicha unidad, está consintiendo todos los movimientos que los independentistas realizan en la persecución de sus objetivos, que no tienen «vuelta atrás» y sin desperdiciar un solo día. Que con una reforma del Código Penal en proceso no se aproveche para volver a incluir como delito, la convocatoria de consultas ilegales como la promovida por Mas, resulta incomprensible.
El discurso de Rajoy del pasado día 9, bien construido y cargado de las mejores intenciones, ha llegado demasiado tarde. Si el lunático Mas, saltándose la ley como ha venido haciendo desde hace varios años, tiene previsto celebrar «si ó si», el tan caraeado referéndum y con independencia del resultado del mismo, se impide que tenga la más mínima repercusión a todos los efectos, tarea harto dificil puesto que comenzaran las desobediencias civiles de todo tipo, avivará la frustración y enfrentamiento entre catalanes y españoles que tendrá dificil erreglo; si que existe alguno. La solucion de este eterno divorcio, nunca vendrá propiciado por los independentistas, sino sólamente por la fuerza, amparo y razonamientos de esa «gran mayoría silenciosa» que defiende y comparte el ser catalan y español.
La amenaza de los riesgos económicos que conlleva la independencia sobre el bienestar de los catalanes, siendo una realidad, ya comienzan a considerarlo como algo perfectamente superable. Rajoy repartió buenas intenciones, palabras amistosas y conciliadoras . Intentó culparlo todo a motivaciones de tipo político y partidista que solo enfrentan a la sociedad, algo totalmente ridículo. El líder catalán, exigiendo que a partir del 25-N se respete la voluntad del pueblo catalan, ha tratando de dejar muy claro que el camino de las negociaciones hace ya tiempo que quedó agotado y obsoleto. Aceptar ahora el «Pacto Fiscal», con la consiguiente denigración para las restantes CC.AA. supodría la inmediata muerte política de Rajoy.
Arturo Mas, como en su momento le pasó a Rodriguez Zapatero, está totalmente conducido, orientado y manejado, por ese oscuro equipo de personas que saben perfectamente lo que hay que hacer y como manipular el fervor independentista y medios de comunicación, admitiendo que al presidente le encanta «interpretar el papel», ya que de ninguna otra manera podría llegar a ejercer el poder en Cataluña. No habrá dinero para pagar a los farmacéuticos lo que se les adeuda, pero sobra para la compra de voluntades mediáticas…a la hora de colaborar en la obtención de la tan deseada independencia.
La nave de las autonomías, esa hidra de las siete cabezas que tanta ruina está proporcionando a España, debe entrar y cuanto antes en el dique seco para una urgente y necesaria reparación (lease remodelación). La pregunta del millon consiste en averigÁ¼ar que les puede ofrecer Mariano Rajoy a los líderes independentistas que les puede parecer los suficientemente apetitoso y atractivo, para frenar momentaneamente su ambicion de independencia
Nos pasamos de la ingeniería financiera al federalismo asimétrico y una gran mayoría de españoles ignora de que va toda esa movida, pero lo que de verdad amarga la existencia a los ciudadanos son los seis millones de parados, sin que aparezca nadie por encima de partidos, sindicatos, autonomias e independencias que sea capaz de aportar una sola idea para crear empleo. Mal está el empeño de los catalanes con sus peticionnes secesionistas, a la puerta de las vascas, pero mucho cuidado con las concesiones que se otorguen y que las restantes comunidades comiencen a levantarse por considerarse denigradas y maltratadas, en cuyo caso el cisco alcanzaría tal magnitud que mejor no pensarlo.
El panorama es mucho más complejo de lo que parece. El propio Rey afirma que las medidas de Rajoy no dan resultado y el desempleo no ha dejado de incrementarse. No corren buenos tiempos para España ni para su presidente, debiendo entenderse que CiU es un partido politico nacionalista pero no toda Cataluña. El presidente de la Generalidad, Arturo Mas, está intentando con todas las estrategias a su alcance lograr la independencia por el procedimiento de «los hechos consumados», algo que al margen de vulnerar nuestra vigente Constitución, rompería con siglos de convivencia.