Me retuerzo en el suelo, pero no se si es de sufrimiento, de rabia o de alegrÃa.
Aunque inevitablemente tengamos que pasar por estos momentos, resulta una tragicomedia leer cada dÃa las hazañas de los miembros del Partido Popular.
La última es la iluminada palabra de Juan Manuel de La Fuente. Sin duda un auténtico hijo de España.
Rematadamente vulgar, por otra parte, promulga el despido, intentando hacernos creer algo extraordinariamente disparatado.
Ya que es tan necesario, según su objetivo criterio ¿por qué no comienza despidiéndose a sà mismo?
Ese sà que serÃa un ejemplo para los españoles.
Como el de la señora Esperanza Aguirre, sin duda  una de las acciones más interesantes que han podido suceder en el año que toca a su fin. Independientemente del motivo.
Y es que, poco a poco, estos señores están cumpliendo con su cometido con excelencia, como debe ser cuando proviene de la burguesÃa.
Sus acciones están poniendo de manifiesto la inmensa estupidez y falta de visión en la que los españoles nos habÃamos visto inmersos. Gracias, de verdad.
Ya que la labor de cada uno de nosotros es imprescindible, y la mÃa es la de intentar contar el mayor número de puntos de realidad que pueda llegar a observar, con sus respectivos extremos; Hoy me siento con la necesidad de expresar la incoherencia necesaria para que despertemos del letargo capitalista en el que nos hemos visto inmersos, en el que nos hemos acurrucado por causa lógica de la evolución humana.
Estos señores del Gobierno son precisamente la pieza clave de ese despertar. Espero que esta vez lo consigamos. En el caso contrario tendremos que vivir, de nuevo, los procesos necesarios para que esto suceda.
¿Es alguien capaz de decir lo contrario?
Cuántas veces vivimos situaciones interminables, como si nos halláramos encerrados en un bucle espacio temporal, hasta que nos damos cuenta de los errores que hemos cometido y podemos dar un paso adelante.
Por este motivo no quiero criticar demasiado a los miembros de este partido polÃtico, en especial a este tipo que alega que el despido de casi un centenar de consejeros laborales es necesario. Llegará el momento, tarde o temprano, en el que se dará cuenta de las barbaridades que ha cometido, e incluso distinguirá la causa y el valor de las mismas.
Desde otro punto de vista, también necesario, esta polÃtica de despidos alertará a todos esos funcionarios que vivÃan como si fueran intocables; en un paraÃso laboral en el que su rutina consistÃa en estar dos horas almorzando y otras dos tomando café, para terminar con unas agotadoras dos horas de charla con su compañero.
Es muy cierto que nos habÃamos acostumbrado a hacer lo que nos daba la real gana en nuestro trabajo, sin valorarlo en absoluto. No hace falta que citemos el porcentaje de absentismo laboral acumulado en los últimos años.
Pero no se vayan a creer los empresarios que tienen toda la razón, porque, obviamente, ellos tienen mucho que callar; aprovechándose de una manera despiadada  de estos reajustes totalmente necesarios. Me pregunto si dormirán tranquilos cada noche, sabiendo que ahora pueden hacer de nosotros lo que quieran, sabiendo el temor de la población a perder su medio de subsistencia. Supongo que sà serán capaces, e incluso mejor que yo. Inevitable consecuencia genética.
En cualquier caso, los que más me hacen retorcerme en el suelo son los sindicatos. Benditos corruptos. Se supone que son los representantes de los trabajadores, que deberÃan luchar por nuestros derechos, por conservar lo que con tanto trabajo se consiguió anteriormente. Pero incluso estos desalmados, vendidos al poder del papel moneda tienen su labor fundamental en toda esta historia, y no es otra que la de hacernos ver en primera persona esa prostitución individual hacia una sociedad sin valores sentimentales citada al comienzo del artÃculo.
Espejos somos.