A los 60 años y con una experiencia educativa de casi tres décadas, dos de las cuales las acopió en la temática cooperativa, el Lic. José Yorg encara su labor educadora y liderazgo con una pujanza formidable. En este reportaje que concede, repasa las fortalezas del cooperativismo y analiza los desafíos para los próximos años. El rol del líder cooperativo y el del Estado, la relación con la política pública, la pobreza, la crisis europea y el tema que lo apasiona hasta el desborde: la construcción del cooperativismo del siglo XXI.
La Argentina tiene un rico historial cooperativo cuyas acciones han tenido enorme repercusión en su propio territorio y en Latinoamérica, dentro de esas acciones se destacan las formidables aportaciones en temas educativos. ¿Ud. se considera un continuador de esa tradición?
Intuyo en su pregunta un halago, muy probablemente inmerecido. De cualquier manera le diré que me he esforzado, he abrevado de esa herencia educativa, creo haber realizado todos los esfuerzos respetadamente en mis estudios e investigaciones, y el producto de todo ello es mi modesto aporte educativo, por tanto, me gusta pensar que soy un continuador de esa tradición educadora.
Los niveles de pobreza se incrementan en nuestros países y sin embargo los gobiernos no recurren suficientemente a las bondades del cooperativismo para superarlas, ¿por qué piensa Ud. que asumen esa actitud?
Los gobiernos están constituidos por gente preparada generalmente en universidades donde el cooperativismo, en muchos casos, no tiene presencia; en otros casos, su presencia es casi marginal, pese a los extraordinarios esfuerzos, y ello se traduce, por tanto, en actitudes diversas, tales como de indiferencia, subestimación y hasta de ataque. La pobreza creciente es, más allá de un dato indiciario de la realidad, una injusticia manifiesta y eventualmente será explosiva.
¿Plantea Ud. necesidad de ganar mayor incidencia en las políticas públicas?
Si, y de manera urgente, deben encararse desde el Movimiento Cooperativo mayores esfuerzos de penetración y presencia efectiva en aéreas de gobierno, sin lo cual, estaríamos, literalmente, implorando atención, cuando tenemos razones morales, técnicas, organizativas, históricas y científicas para ejercer, por derecho pleno, influencias positivas en beneficio social.
¿Ha faltado liderazgo en el sector cooperativo, en consecuencia?
Cuesta ver estos aspectos desde la cotidianidad en que enfrentamos retos que a veces nos sobrepasan en nuestra capacidad estratégica, pero que sin embargo tiene un impacto fenomenal en la necesidad de posicionamiento del cooperativismo. Reflexionar sobre estos aspectos, observar el comportamiento de la economía globalizada y su permanente crisis, comprender en profundidad las particularidades de nuestro movimiento cooperativo y extraer las conclusiones estratégicas para guiar la acción correctamente, constituyen una responsabilidad inexcusable de los dirigentes conscientes, y asociados en general y para ello es imperativo reconocer y asumir que necesitamos otro tipo de liderazgo, acorde al siglo XXI que estamos transitando.
Se reconoce en Latinoamérica en su figura uno de los mayores impulsores del Cooperativismo del siglo XXI, ¿Qué puede decirnos sobre el desarrollo del mismo?
La construcción del cooperativismo del siglo XXI es una tarea de conjunto, nadie puede arrogarse el derecho primigenio de esta propuesta que constituye claramente una necesidad objetiva. El cooperativismo ya no puede seguir desarrollándose de manera marginal ante un mundo sediento de alternativa socio-económica basado en la equidad y la humanización de las relaciones de producción. Ahora, desde luego, no es ésta una tarea sin dificultades, requiere partir de un amplio espíritu generoso, realista, científico incluso y de servicio incondicional a los valores y principios de la cooperación que claman otra orientación y dinámica.
Pero la heterogeneidad del componente de las cooperativas y sus organizaciones federativas y confederativas, producirá sin duda dificultades y desencuentros interiores que necesitan un tratamiento paciente y constructivo. Unidad de concepción frente a los detractores externos y trabajo intensivo bajo los valores y principios cooperativos en el interior del nuevo cooperativismo, es una característica esencial del Cooperativismo del siglo XXI porque desde el momento que agrupa o tiende a agrupar al conjunto del movimiento no puede evitarse un agudo debate en su seno.
Así, este debate y discusión tiene un carácter de concepción doctrinaria, que puede y debe resolverse sin la ruptura de la unidad; es una construcción no antagónica en el seno del movimiento que puede y debe solucionarse mediante el concienzudo análisis de la realidad mundial y de los objetivos fundacionales del cooperativismo y la educación consecuente.
Naturalmente que estas fundamentales orientaciones doctrinales del cooperativismo del siglo XXI, que iluminan con vigorosa luz nuestro trayecto, no deben ser tomadas como diseño simplista, ya que el poderoso conjunto teórico-práctico cooperativo, resultado de decenas de años de experiencias, que debemos tener como punto de referencia para la formulación de nuestra línea, sin olvidar que cada etapa tiene sus particularidades y que el cooperativismo cobra vida y utilidad cuando es replanteado creadoramente a la situación concreta de una etapa de la civilización determinada.
¿Qué opina de la crisis económica-financiera de Europa y de los propios EE.UU.? ¿Afecta al cooperativismo?
Ese escenario de crisis europea y de los EE.UU., por cierto doloroso, es producto de un esquema económico-social sin posibilidades ya de recuperación porque simplemente es la resultante de un proceso acabado, de un modelo o sistema, de un tipo de Estado-Nación incluso ya agotado en su potencialidad. Las restricciones económicas impuestas sobre las espaldas del pueblo no pueden ni tendrán efecto de recuperación porque se sigue dentro del efecto de la causa que lo engendró, para superar realmente esta crisis se requiere un cambio de modelo de producción, siendo el modelo cooperativo el mejor prospecto por su esencia humanista.
El efecto devastador de esa crisis que empuja a millones de personas a manifestarse, a indignarse, en contra de esa medidas restrictivas que afectan sustancialmente su nivel de vida, afectan también a las cooperativas, por diversas razones, la más impactante proviene del error de ellas misma ,el haberse asimilado a las normas capitalistas.
Ya que ha referido al Estado,¿Cuál es su opinion sobre la relación de las cooperativas con ese estamento?
Debemos repetirlo y subrayarlo que los Estados en sus diversas instancias están hoy seriamente cuestionadas por su ineficacia para resolver la convivencia pacífica y orientadora de las aspiraciones colectivas enmarcadas dentro de un proyecto de mejoria de vida.Ya no responden, sencillamente, a estas aspiraciones.
La inevitabilidad del cambio esta allí,omnipresente, expectante, mientras tanto, es decir, mientras no se inicie el proceso de cambio estructural hacia un nuevo modelo de Estado, las cooperativas, al igual que las personas, el pueblo y en especial la juventud, la economía, mantendrán con el Estado una relacion tensa, difícil y zigzageante, algunas veces en avance y otras de indiferencia y, en el peor de los casos, de ataque por parte del estamento oficial hacia las cooperativas.
Esta exposicion que he realizado no es producto de una imaginación afiebrada, sino de la descripción de la realidad a nivel mundial, ello entonces plantea al Movimiento Cooperativo otro tipo de liderazgo, otro tipo de cooperativismo, un cooperativismo remozado, nuevo, vigoroso y actuante transformadoramente: el cooperativismo del siglo XXI.
Muchas gracias Prof. Jose Yorg
Entrevista a José Yorg por Raúl Rodríguez, Periodista