Sociopolítica

La RAE es masculina, claramente masculina

Revueltas están las huestes de ciertas facciones feministas por el informe de Ignacio del Bosque, de la Real Academia Española, en el que se critican de forma genérica las “guías de lenguaje no sexista” documentos utilizados por algunos ámbitos comunitarios, sindicales y universitarios para darnos la vara con recurrencia desesperante instruyéndonos sobre cómo debemos expresarnos los hispanohablantes -y las hispanohablantes-.

El informe, que ha sido suscrito por el Pleno de la RAE, se titula “sexismo lingÁ¼ístico y visibilidad de la mujer” y consta de 18 páginas fáciles de comprender hasta para un dirigente político de carrera inconclusa, me atrevería a decir.

Todo el texto respira mesura, respeto para las mujeres y consciencia de la discriminación tradicional que han sufrido. Sin embargo, cuando aborda el análisis técnico de las guías, el autor se centra en el lenguaje, cuya principal función no es facilitar la igualdad sino facilitar la comunicación. Quizá por ese motivo, Del Bosque se atreve a expresar algunas ideas contundentes y absolutamente ciertas, como que «si se aplicaran estrictamente las directrices de las guías igualitarias sería imposible hablar». Para ilustrar sus razonamientos, Del Bosque nos aporta algún ejemplo delicioso de delirio igualitario parido en el entorno bolivariano por antonomasia (Venezuela), que por si mismo es suficiente para demostrar que incluso las mejores intenciones pueden llegar a ser estúpidas cuando el fanatismo aturde la mente de las personas.

En todo caso, queda claro que el informe no se pliega a la tesis reivindicativa de esa parte de las feministas que concibe el lenguaje como una causa de la desigualdad más que como un resultado de ella, y como consecuencia, las reacciones de dichas feministas -y varones satelitales– no se ha hecho esperar.

Hay que advertir que, aunque la Prensa de Masas se ha esmerado en cargar las tintas sobre las aristas que más interesan a cada línea editorial, cuando el divergente y  escéptico lector acude directamente a fuentes generalmente objetivas –las agencias de noticias- puede descubrir que la mayor parte de las críticas son razonadas  y razonables, argumentadas y ciertamente enriquecedoras. Sin embargo, siempre hay en la viña del Señor grupos de elementos –y elementas- que nos aportan una visión pintorescamente radical de estos asuntos, y ahí es donde mola más navegar.

La “Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres” podría ser considerada como uno de esos grupos, y Rafaela Pastor es su presidenta.

Pastor nos aporta varias perlas en su entrevista a Europa Press publicada el día 5 de marzo. La más llamativa podría ser su opinión sobre la vinculación en términos de causa y efecto entre el resultado igualitario del lenguaje no sexista y la erradicación de la violencia machista.  Lo voy a decir de otra forma; para Pastor, si se imponen los valores igualitarios con un lenguaje no sexista, se erradicará la violencia machista.

Así, y en declaraciones a Europa Press, Pastor también ha lamentado que «haya esta clase intelectual en España», capaz de «denegar» a la base de la Humanidad, a la base de la igualdad, a la base de los derechos de las mujeres, y a una educación «valores de igualdad con un lenguaje en igualdad» que haría posible «erradicar una lacra que en este país se viene cobrando desde 2003 entre 60 y 70 mujeres por año».  

Es enternecedor el simplismo de esta afirmación –incluso dentro de un confuso párrafo-; y con temor me atrevo a decir que es argumento  más propio de una adolescente idealista que de una responsable de plataformas sustentadoras de lobbies. Por desgracia para Pastor, la naturaleza humana está más vinculada a las relaciones de dominación –es cosa genética, amigos- que a cualquier otro factor de índole social -educación incluida-; por eso, ni el más absoluto paraíso socialista se puede imaginar sin que unos manden y otros obedezcan; y eso, amigos, no solo no es igualitario sino que es la base de la violencia ejercida para mantener el statu quo.

Otra de las perlas que nos obsequia Pastor vincula, también en términos de causa y efecto, la existencia del mal universal que constituyen los crímenes machistas con la falta de paridad en los grandes órganos donde se toman las grandes decisiones: Consejo de Estado, Tribunal Supremo y RAE.

Asimismo, la presidenta se ha mostrado «convencida» de que si en los «grandes» órganos donde se toman las «grandes» decisiones, como el Consejo de Estado, el Tribunal Supremo o la RAE, «hubiera habido paridad desde el principio, no estaríamos lamentando los crímenes contra las mujeres», pero, insiste, el panorama «es muy desalentador». Por último, Rafaela Pastor ha destacado que es «curioso» que «salgan diciéndolo ahora, cuando hay una derecha en el poder».

Es inquietante que la presidenta de un grupo de apoyo al Lobby Europeo de Mujeres nos muestre como ejemplos de grandes órganos donde se toman grandes decisiones al Consejo de Estado o a la Real Academia; en particular porque el primero es un órgano consultivo –por definición no toma decisiones-, y la RAE, ángelita mía, apenas tiene autoridad suficiente para registrar y comentar los usos idiomáticos que adquieren estabilidad en nuestra vapuleada lengua española.

Por otro lado, frente a esa tendencia de algunos grupos feministas de contarnos una y otra vez que un mundo comandado por mujeres sería mejor que el actual, yo suelo recordar algunas cosas que pasaron en algunos países cuando mandaban mujeres: Indira Gandhi en la guerra contra Pakistán, Golda Meir en Israel –Israel siempre ha estado en guerra- y Margaret Thatcher en la guerra de las Malvinas. En estos tres casos históricos, el hecho de que hubiera mujeres mandando no impidió que las tres comandaran una guerra contra los que consideraron sus enemigos.

Pero volviendo al asunto de esta entrada; lo auténticamente notable de todas estas reacciones más o menos airadas o razonadas, es que la polémica se ha montado por decir, a fin de cuentas, que las condenadas guías de lenguaje no sexista son tan ineficaces que si las aplicamos, no habrá forma de hablar ni de conseguir que nos entiendan.

Y es que puede que para algunos, el mejor escenario es aquél en el que la gente no puede entenderse.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.