Sociopolítica

La Segunda Guerra Mundial: Atlas geopolítico y geoestratégico, de Javier Fisac

IIª Guerra Mundial Atlas_Página_115“La Segunda Guerra Mundial: Atlas geopolítico y geoestratégico. T.I”, escrito por el historiador Javier Fisac Seco, es el primer tomo de un trabajo de investigación sobre las causas objetivas e ideológicas de la guerra y sus consecuencias: la Guerra Fría.

Existen cuatro razones por las que podemos considerar que en este libro se hace una aportación original y nueva:

  • En primer lugar los 135 mapas en color que nunca antes se habían publicado para explicar la situación de partida, la evolución de la guerra y la posición geopolítica final de los países en guerra. En los últimos mapas se verá cómo el Japón estaba en condiciones de continuar la guerra y el espacio enorme que ocupaban sus ejércitos en el momento de lanzar la primera bomba atómica. Y su voluntad de continuar la guerra, aún a pesar de la explosión de la bomba. Y en el último mapa se verá la situación geopolítica y geoestratégica en la que queda Europa como consecuencia del avance de los ejércitos aliados desde el Oeste y desde el Este. Sobre este espacio se construyó el tablero geoestratégico en el que se “jugó” la Guerra Fría.
  • La segunda aportación son el gran número de documentos históricos no difundidos, y por lo tanto desconocidos, en los que se explican las posiciones ideológicas, políticas y militares de cada país en guerra. Los documentos del Parlamento japonés sobre la necesidad de desencadenar la guerra y al final sobre la voluntad de continuarla. Documentos sobre las razones militares del desembarco en el Norte de Africa. ¿Cuál fue la posición del Ejército francés, de sus mandos, en estas colonias? Documentos sobre las razones del desembarco en Italia. ¿Por qué la flota italiana, la tercera en potencia después de las británicas y norteamericana, equiparable a la británica en el Mediterráneo, no apareció cuando el desembarco en Sicilia ni defendió el desembarco en el Sur de la Península?
  • La tercera aportación es metodológica. La narración de la evolución militar pasa a un segundo término y se va explicando con los mapas, dejando que sean las grandes decisiones políticas las que nos vayan orientando para entender las razones del proceso militar y las razones ideológicas y geoestratégicas que se van tomando durante el proceso. La guerra se cuenta más desde una perspectiva política que militar. Desentrañando las razones por la que se desembarca en el Norte de África y en Italia y los objetivos estratégicos de Hitler.
  • Una cuarta aportación es la importancia que se da al factor ideológico en la guerra. Este factor apenas si ha sido tenido en cuenta en los miles de libros publicados sobre esta guerra. Parece como si los países en conflicto no tuvieran ideología y ésta no hubiera sido uno de los motores, en mi opinión determinante, para desencadenar la guerra. Desde el siglo XIX se venía anunciando que la civilización occidental estaba en crisis. En Alemania el objetivo de desencadenar una guerra mundial ya estaba escrito en “Mein Kampf”, en 1925, por Hitler. No se necesitaban causas, sólo había que esperar a que se crearan las circunstancias.

El factor Hitler ya venía siendo anunciado por el propio Bakunin a mediados del siglo XIX, por Hegel antes en 1803, año que publicó “La fenomenología del espíritu”, por Gobineau en 1855 en su libro “Sobre el origen de la desigualdad de las razas humanas”, por Chamberlain en 1889 en “Los fundamentos del siglo XIX”; en 1918, Spengler escribió “La decadencia de Occidente”; en 1919, Berdieff en su libro “Una Nueva Edad Media” anunciaba que la Edad Moderna había llegado a su fin y comenzaba una nueva era. Otro contemporáneo suyo, Belloc, en 1920 publicó “Europa y la fe” y en 1939 “La crisis de nuestra civilización” donde también anunciaba que la civilización occidental había llegado a una crisis que la ponía en peligro de muerte. Y proponía la vuelta a la “Edad Media corporativa”.

IIª Guerra Mundial Atlas_Página_001Antes que ellos, el español Ramiro de Maeztu escribió en inglés su libro “Authority, Liberty and Function”, titulado en español: “La crisis del Humanismo” en el que anticipaba las ideas de estos autores. En 1930 el nazi Rosenberg publicó “El mito del siglo XX”; Pero mucho antes el papa León XIII en sus encíclicas “Libertas” y sobre todo en la “Rerum novarumproponía como alternativa al liberalismo la vuelta al corporativismo. Mussolini será su primer discípulo en aplicar esta enseñanza.

Se había producido un cambio de mentalidad liberal y socialista por una mentalidad totalitaria, que Ortega y Gasset recogió en su libro “España invertebrada”, publicado en 1922, el mismo año que Mussolini fue elevado al Poder por el monarca, el Ejército, las finanzas y el papa: “Todo anuncia que la llamada “Edad moderna” toca a su fin. Pronto un nuevo clima histórico comenzará a nutrir los destinos humanos. Por doquiera aparecen ya las avanzadas del tiempo nuevo. Otros principios intelectuales, otro régimen sentimental inician su imperio sobre la vida humana, por lo menos, sobre la vida europea. Dicho de otra manera: el juego de la existencia, individual y colectiva, va a regirse por reglas distintas, y para ganar en él la partida serán necesarias dotes, destrezas muy diferentes de las que en el último pasado proporcionaban el triunfo…

En la Guerra civil española encontramos las claves para entender las razones ideológicas del conflicto mundial. Fue en su carta colectiva de 1937 en la que la los obispos españoles explicaban las razones ideológicas de la guerra con estas palabras: “La guerra de España es producto de la pugna de ideologías irreconciliables; en sus mismos orígenes se hallan envueltas gravísimas cuestiones de orden moral y jurídico, religioso e histórico… La guerra es, pues, como un plebiscito armado. La lucha blanca de los comicios de febrero de 1936, en que la falta de conciencia política del Gobierno nacional dio arbitrariamente a las fuerzas revolucionarias un triunfo que no habían logrado en las urnas, se transformó por la contienda cívico-militar, en la lucha cruenta de un pueblo partido en dos tendencias; la espiritual, del lado de los sublevados, que salió a la defensa del orden, la paz social, la civilización tradicional y la patria, y muy ostensiblemente, en un gran sector, para la defensa de la religión; y de la otra parte, la materialista, llámese marxista, comunista o anarquista, que quiso sustituir la vieja civilización de España con todos sus factores, por la novísima «civilización» de los soviets rusos…

IIª Guerra Mundial Atlas_Página_099…Esta cruentísima guerra es, en el fondo, una guerra de principios, de doctrinas, de un concepto de la vida y del hecho social contra otro, de una civilización contra otra. Es la guerra que sostiene el espíritu cristiano y español contra este otro espíritu, si espíritu puede llamarse, que quisiera fundir todo lo humano, desde las cumbres del pensamiento a la pequeñez del vivir cotidiano, en el molde del materialismo marxista. De una parte, combatientes de toda ideología que represente, parcial o integralmente, la vieja tradición e historia de España; de otra, un informe conglomerado de combatientes cuyo empeño principal es, más que vencer al enemigo, o, si se quiere, por el triunfo sobre el enemigo, destruir todos los valores de nuestra vieja civilización.

…Lo que sí podemos afirmar, porque somos testigos de ello, es que, al pronunciarse una parte del ejército contra el viejo estado de cosas, el alma nacional se sintió profundamente percutida y se incorporó, en corriente profunda y vasta, al movimiento militar; primero, con la simpatía y el anhelo con que se ve surgir una esperanza de salvación, y luego, con la aportación de entusiastas milicias nacionales, de toda tendencia política, que ofrecieron, sin tasa ni pactos, su concurso al ejército, dando generosamente vidas y haciendas, para que el movimiento inicial no fracasara. Y no fracasó –lo hemos oído de militares prestigiosos– precisamente por el concurso armado de las milicias nacionales.

Es que la Religión y la Patria –arae et foci– estaban en gravísimo peligro, llevadas al borde del abismo por una política totalmente en pugna con el sentir nacional y con nuestra historia. Por esto la reacción fue más viva donde mejor se conservaba el espíritu de religión y de patria. Y por esto logró este movimiento el matiz religioso que se ha manifestado en los campamentos de nuestras milicias, en las insignias sagradas que ostentan los combatientes y en la explosión del entusiasmo religioso de las multitudes de retaguardia”.

Estas cuatro aportaciones: atlas, documentos, metodología y causas ideológicas, hacen que este libro constituya un referente original y necesario para completar los estudios sobre la IIª Guerra Mundial.

DESCARGA LIBRE AQUÁ: “La Segunda Guerra Mundial: Atlas geopolítico y geoestratégico. T.I”

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.