Sociopolítica

La Sociedad del Conocimiento y la Información en la Profesión Educativa

Silicon Valley - San Francisco, California, EE.UU.

 

 

           

Dr. Belisario Rodríguez Garibaldo

Abogado, Sociólogo, Periodista, Analista Político, Profesor y Escritor

E-mail: brodgari@hotmail.com

Web: http://www.pa/secciones/escritores/rodriguez_belisario.html

 

Los grandes, profundos y vertiginosos cambios producidos desde la posguerra fría que generaron la emergencia del fenómeno globalizador del Nuevo Orden Económico Internacional precipitaron a la humanidad a un periodo transicional que conocemos como pos-modernidad y que avizora trascendentales transformaciones, no siempre previsibles ni lineales, y muchas veces inconmensurables.  En este proceso indetenible de la rueda de las fuerzas de la historia surgen de forma clarificadora las nuevas tecnologías y avances científicos, que modifican continuamente el desarrollo de las fuerzas productivas, reestructuran las relaciones laborales y generan un fundamental cambio en las relaciones sociales tal como las entendimos desde la era industrial.

La Nueva Era del Conocimiento, codificada por la Sociedad de la Información, permite a la mayor parte de la humanidad el acceso a múltiples fuentes de información, al procesamiento de altas cuotas de conocimiento establecido, que configura una inversión histórica de la pirámide del poder, amplificando la máxima aquella de que todo conocimiento es poder.  Quienes acceden a la educación, a las universidades, a centros de investigación, academias, centros de pensamientos, laboratorios científicos, institutos militares, bases de datos e instituciones productoras de alta tecnología, podrán lograr el desarrollo social en virtud de un conocimiento que ha suplantado en valor al capital como piedra fundamental en la base de la nueva economía de mercado.  

Así hemos definir la trascendencia e importancia de la comprensión acertada de la naturaleza de la Nueva Sociedad del Conocimiento y la Información en el desarrollo de los roles del educador moderno, en las múltiples necesidades de cambio y adaptación de las practicas pedagógicas en el contexto académico de nuestra era.  He de allí el propósito de este ensayo, que abordamos citando al celebre enciclopedista de la Ilustración Michael de Montaigne como el primero en acuñar el termino “ensayo” para establecer las formas de este genero literario al diferenciarle de la investigación monográfica y el estudio científico, en virtud de la originalidad de lo esbozado, la precisión de la prosa, la trascendencia del aporte y la luminosidad prístina de sus descubrimientos, por lo cual al igual que el Gran Maestro proponemos que “erramos por lo tanto ensayo”, cerrando así el circulo inicial a que nos hemos abocados. 

 

EMERGENCIA DE LA ERA DEL CONOCIMIENTO

 

PRIMERA ERA AGRICOLA

 

Una vez que la humanidad a todas luces evolucionara de la era de las cavernas del periodo pre-histórico en virtud del desarrollo de la naturaleza humana e intelectual, creando por modio del fuego y la transformación de los metales las primeras herramientas y armas que permitieron la caza, la pesca y la agricultura, estas técnicas modificaron a su vez a las relaciones tribales en el adecentamiento de las primeras villas en las que emergieron las primeras ciudades, que como la Polis griega, permitieron el afán civilizador de las ciencias humanas, pero enmarcadas en un modelo productivo agrícola primario y de relaciones esclavistas. Este modelo se mantuvo desde las glorias expansionistas de los grandes imperios, como el romano, hasta el surgimiento de la civilización cristiana, pero enfocada en la configuración moral del modelo productivo agrícola  de connotación feudal – aristocrático.  

SEGUNDA ERA INDUSTRIAL

 

En el afán de volver a las raíces filosóficas grecolatinas se configura las bases del Renacimiento el cual propone al “hombre como la medida de todas las cosas”, lo cual permite el desarrollo de las artes y las ciencias, imprimiendo a los avances técnicos – científicos al devenir de la navegación y el comercio, que a su vez permite los descubrimientos exploratorios del globo terráqueo, las nuevas conquistas territoriales, el resurgimiento de los grandes imperios europeos y la redefinición de la geografía desde los nuevos territorios americanos, asiáticos y africanos.

Más la naturaleza autocrática y absolutistas de las monarquías europeas de regusto moral oscurantistas, generaron que los avances de las ciencias humanas se enmarcaran en la investigación enciclopedista de la Ilustración, que hace premonición de un cambio trascendental de las estructuras monárquicas, pensamiento que evolucionaría desde el siglo de las luces hasta la emergencia luminosa y libertaria de las revoluciones democráticas.  Estos cambios políticos en Europa y América, acompañado del desarrollo científico-técnico, permitieron el surgimiento de la era del capitalismo industrial, redefiniendo las estructuras sociales y económicas de la humanidad.

TERCERA ERA TECNOLOGICA

 

Después de la segunda guerra mundial, el mundo civilizado se aboca a una labor de reconstrucción económica, social e institucional, que además de la búsqueda de la paz por vía del derecho internacional, impulso a las academias a la incesante búsqueda del desarrollo científico desde la mitad del siglo 20, un tanto condicionada a la carrera armamentistas de la guerra fría. 

Sin embargo al finalizar el conflicto ideológico de los bloques en pugna con la derrota del comunismo por parte del capitalismo, se proclama desde occidente el surgimiento de un Nuevo Orden Internacional, configurado en el marco del desarrollo científico – tecnológico que impulsa un cambio fundamental de las relaciones sociales y las estructuras económicas, redefinida en una economía de mercado por la gracia de las nuevas tecnologías, las cuales imprimen a la sociedad del conocimiento y la información.

Estas transformaciones de la pos-modernidad incentiva una etapa transicional en la que el vacío de la situación bipolar antecedente se pre-configura en una unipolaridad de una potencia americana dominante, en la deconstrucción de los estados nacionales en virtud de la interdependencia económica de las naciones y en la difícil emergencia de los conflictos identitarios nacionales, étnicos y religiosos, que desde la previsible insurgencia del terrorismo después del 11-S, hace premonición de la evolución de los cambios de la nueva era de la información a situaciones inconmensurables en el ámbito geopolítico y económico que avizora la transformación del mundo actual como le conocemos.             

Los avances científico-técnicos y de las nuevas tecnologías de la información, en la informática, la cibernética, la robótica, la genética, la energética, etc. impulsan a su vez un cambio de las relaciones sociales de producción, redefiniendo los ámbitos de las relaciones laborales, y modificando por lo tanto los roles productivos de las organizaciones corporativas, así como incentivando a los conocimientos acertados y actualizados de las técnicas, al comportamiento organizacional-administrativos, y las conductas humanas en el marco concreto de un cambio social de la humanidad basado en la naturaleza del control del conocimiento.         

ROL DEL CONOCIMIENTO EN LA PRODUCCIÁN

 

Como hemos planteado con anterioridad es de singular importancia en la nueva era mencionada el necesario control del conocimiento como verdadera moneda de cambio de acceso al ámbito productivo y laboral, así como de la consecuente necesidad de acumulación económica.  Tal dinámica redimensiona el antiguo rol del proletariado industrial que vende la fuerza de trabajo, por un nuevo trabajador del conocimiento (cognitariado profesional) que vende al mercado laboral los conocimientos poseídos. Es así como los conocimientos que posea el ciudadano de la era actual lo que permitirán la utilización de las competencias, destrezas y actitudes que lo llevaran a ser un individuo productivo del mercado laboral y acceder a las retribuciones económicas consecuentes en el marco de un mundo de cambios vertiginosos y acelerados, en la que requerirá una permanente actualización para poder estar a la altura de la dinámica económica.

Entre las competencias fundamentales con que deberá contar el ciudadano productivo de la era actual encontramos las relativas al conocimiento de la informática y tecnologías de la comunicación, el conocimiento de redacción escrita (ortografía gramatical) del idioma propio y conocimiento general de idiomas foráneos, las competencias organizacionales y administrativas, el conocimiento básico de aspectos económico-financieros, así como la necesaria cultura general de información básica de la sociedad y los valores éticos-morales ante una dinámica cambiante. De igual forma el hombre moderno deberá tener una actitud psíquica equilibrada, así como unas actitudes positivas frente el cambio en la capacidad de adaptación y continua actualización de las competencias y destrezas productivas, de forma tal que la mayor certeza en la dinámica del cambio es que lo único que no cambia es el cambio en sí mismo, definiendo la consiguiente necesidad de una actitud abierta, reflexiva, activa y decidida.

Es por esta razón que los profesionales de la era actual (cognitariado profesional) no solamente han de requerir el conocimiento necesario de una especialidad profesional y/o oficio, sino que además deberá introducirse en una mentalidad propicia al conocimiento multidisciplinario y diverso, pues la dinámica cambiante de los marcos sociales, económicos, tecnológicos y productivos le impulsarán a tener una preparación integral que le permita estar listo para lo impredecible.                 

ROL DEL CONOCIMIENTO EN LA EDUCACIÁN

 

Es de crucial trascendencia en la era actual del conocimiento el papel que desempeña las instituciones educativas como medios reproductores del conocimiento, y como organismos que tienen la competencia en la formación profesional y laboral de las personas, lo cual permite la posición de generar la socialización de los individuos en el marco de guiarlos y educarlos en una carrera escolar, que inicia desde la infancia hasta la consiguiente preparación de los profesionales para la consecuente incursión en la economía productiva.  Es así como las instituciones educativas, desde la escuela básica y media, hasta las universidades e institutos de formación profesional – técnica, van a desarrollar diversos roles en ámbito académico y de producción del conocimiento.  Para la consecuente formación de los recursos humanos a las instituciones académicas le imprimirán una constante labor de perfeccionamiento de las carreras, titulaciones y certificaciones que permitan cualificar a las personas en las competencias necesarias para el mercado laboral.

De igual forma las universidades e institutos técnicos – profesionales han de realizar una labor de constante actualización como productores del conocimiento científico, de suerte tal que inviertan gran parte de sus esfuerzos en la labor de investigación de diferentes áreas que requiere la sociedad para mantener la dinámica del desarrollo socioeconómico.  Los centros de investigación de las universidades vendrán a desempeñar una función de creación del valor agregado en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I), de forma que puedan generar las consecuentes invenciones técnicas, investigaciones científicas y diagnósticos de propuestas que permitan mejorar la calidad de vida en el entorno social y en el aumento de las condiciones de la economía productiva dentro del marco de un escenario de competitividad internacional.  Sin embargo esta dinámica requerirá de parte de las instituciones educativas de una permanente actualización de las carreras y competencias impartidas, de la mejoría en la calidad de las investigaciones y conocimientos producidos, de la amplificación de los recursos económicos, bibliográficos y tecnológicos que se invierten en las instituciones académicas, así como de la consecuente necesidad de continua modernización de las competencias pedagógicas de los docentes en cumplimiento de una función educativa y de las capacidades del personal investigador que produce las ciencias que mejoran las condiciones de nuestra calidad de vida.                  

ROL DOCENTE EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

 

Ante el paradigma de la sociedad del conocimiento, en la actual era de la información y de las nuevas tecnologías, los roles del docente moderno (y del investigador) han de ser cónsonos con las nuevas realidades del cambiante mundo en que vivimos, de suerte tal que cuente con las necesarias competencias pedagógicas, didácticas, tecnológicas y de actualización profesional, para así poder desempeñar las funciones inherentes a la formación de las personas (recursos humanos), para que las mismas puedan incursionar con éxito y competencia en la economía productiva optimizando las condiciones sociales del entorno. En este aspecto se deberá minimizar la concepción docente tradicional propia de otros contextos históricos, para dar paso a un docente innovador que promueva sujetos pensantes, creativos, críticos, analíticos, dinámicos y asertivos que impulsen las sinergias del cambio en la economía, la sociedad y las instituciones.  Se puede decir que los docentes (e investigadores) de la era del conocimiento deben tener las destrezas didácticas y pedagógicas que permitan que el proceso de enseñanza – aprendizaje en al ámbito académico forme a los profesionales competitivos de la actualidad y preparados para un futuro indescifrable.      

En este sentido estas competencias pedagógicas también deben estar enmarcadas en la necesidad de poseer destrezas técnicas que permitan la utilización de las nuevas tecnologías de la comunicación e información en el proceso de enseñanza – aprendizaje en el aula de clases y el ámbito académico.  Esto es así en virtud de que por medio del uso de los medio tecnológicos audiovisuales y otras tecnologías de la comunicación se pueden lograr la mejoría atencional del aprendizaje del alumno de las diferentes carreras y especialidades. El uso de medios técnicos tales como programas informáticos, las presentaciones de data show en power point, la utilización de diapositivas en retro proyector, el uso del tablero electrónico-digital con conexiones a redes y datos, la realización de videoconferencias en tiempo real a lugares remotos, el uso de medio audiovisuales y de video en las clases, así como la eficiente utilización de diversas tecnologías especificas de uso en diferentes especialidades, serán medios y herramientas que permitirán un desempeño optimo de la función del docente en el proceso de enseñanza – aprendizaje.         

FORMACIÁN DEL PROFESORADO EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

 

En virtud de las necesarias destrezas requeridas por los docentes para el mejor desempeño de la función educativa primordial en el contexto cambiante y dinámico de la era del conocimiento de la nueva sociedad de la información y comunicación, que han producido los adelantos de las nuevas tecnologías, será de crucial importancia la constante actualización docente por parte de las instituciones educativas, contando las mismas con diversos programas para la formación del profesorado (cursos, diplomados, postgrados, maestrías, doctorados), en especial aquellos referentes a la formación en competencias pedagógicas y didácticas cónsonas con las realidades de hoy.

Los programas de formación del profesorado, que deberán ser impartidos en las mismas universidades, requerirán la incorporación de destrezas y competencias en el marco de la practica pedagógica, la didáctica de la enseñanza, la planificación educativa, sistemas de evaluación educativa, teoría de la educación, la metodología de la investigación educativa, psicología educativa, sociología de la profesión docentes y tecnologías educativas.  Estos programas impartidos en las universidades deberán ser diversos en contenidos curriculares y extensión, de acuerdo a diferentes necesidades y expectativas de formación docente, en una variedad que debe ir desde los cursos de actualización y diplomados, a los postgrados y maestrías, hasta los doctorados para el docente – investigador.

Los programas de formación del profesorado deben enfocarse en mejorar las destrezas didácticas y pedagógicas del profesorado de diversas especialidades, de suerte tal que permita formar docentes en competencias pedagógicas no tradicionales e innovadoras, que permitan impulsar la formación docente en actitudes y practicas educativas que promuevan una nueva concepción del proceso de enseñanza – aprendizaje enmarcada en las grandes transformaciones mencionados de la era del conocimiento, que permitan al alumnado estar preparado por docentes innovadores que formen a la juventud estudiosa para la dinámica del cambio de nuestro tiempo.                      

INSTITUCIONES ACADEMICAS EN LA ERA DEL CONOCIMIENTO

 

Las instituciones académicas y educativas, sean escuelas, institutos, universidades y centros de investigación, requerirán estar debidamente preparadas y equipadas de acuerdo a las necesidades del siglo XXI, pues en la Nueva Era del Conocimiento, de la Sociedad de la Información y Comunicación de las Nuevas Tecnologías, deberán estar dichas instituciones a la altura de la calidad educativa que requieren los países civilizados.

En este sentido el Estado debe dotar de recursos económicos a las instituciones educativas y universidades publicas, de forma que las mismas puedan contar con las infraestructuras, equipos tecnológicos, logísticas necesarias, sistemas de administración y bibliografías actualizadas que permitan un desempeño optimo que incentiva la calidad educativa e investigadora en consonancia con las realidades de los nuevos tiempos.

De igual forma el Estado debe contar con la estructura institucional que permita la debida acreditación y evaluación permanente de los programas de educación en el marco de la calidad educativa, tanto del ámbito publico como privado, tanto del área básica y media como del área universitaria y técnica profesional, en que algunos países han resuelto con la creación de una Agencia de Acreditación y Evaluación Educativa dependiente del Ministerio de Educación (para el área básica, media y técnica), así como de una Agencia de Acreditación y Evaluación de la Educación Superior dependiente en algunos países de un Ministerio de Educación Superior (para las universidades, institutos universitarios y centros superiores de investigación).        

La dinámica cambiante del tiempo actual demanda carreras y titulaciones que se ajusten a la consonancia de la calidad educativa y profesional, en la medida de las necesidades del sistema económico – productivo y del mercado laboral, así como en la medida de las necesidades sociales, comunitarias e institucionales que permitan la mejoría continua de las condiciones socioeconómicas y de calidad de vida de la sociedad humana, como forjadora de valores humanos y éticos, en el adecentamiento de las instituciones publicas en aras de la consolidación y perfectibilidad de la democracia.         

PEDAGOGIA Y EDUCACIÁN PARA EL CAMBIO SOCIAL

 

En virtud de los cambios producidos por el desarrollo científico-tecnológico de nuestra era que están transformando las relaciones sociales y laborales de producción, que modifican sustancialmente las estructuras económicas, políticas, sociales, jurídicas y culturales de la sociedad moderna, es de necesaria redefinición los roles pedagógicos y educativos de los docentes e instituciones académicas en el marco del cambio cualitativo y cuantitativo que experimenta la sociedad actual, y que conducen a la humanidad a la entrada de un nuevo periodo de la historia, del cual todavía estamos en transición y que avizora un futuro impredecible e inconmensurable.

En este sentido los profesores e instituciones académicas deben desarrollar un rol protagónico en la formación del valor agregado del sistema económico y social, es decir en la formación y preparación del capital humano, que es el mayor de los recursos de la sociedad humana actual, pues la formación de los hombres y mujeres de la actualidad hacia el futuro es la mayor tarea propuesta a la educación, preparando las condiciones para poder controlar los cambios acaecidos y por venir, de forma que permitan dirigirlos hacia la construcción positiva de una sociedad mejor.   Esto quiere decir que las actitudes pedagógicas del docente actual, así como de las instituciones de educación, deben estar dirigidas en la formación de la promoción humana y social por medio de una practica educativa no tradicional que sea tendiente a incentivar la innovación, la creatividad, el espíritu critico-analítico, los valores humanos y éticos, la calidad profesional, la competitividad sana y la solidaridad social, de forma tal que contribuya al desarrollo social, al avance del sistema económico – productivo, al adecentamiento de las instituciones publicas y la consolidación del sistema democrático.     

De igual manera las competencias pedagógicas del profesorado de hoy deben estar orientadas para asumir un rol docente comprometido en entender los fenómenos que definen los cambios actuales, para así poder desarrollar una actitud critica de autorreflexión permanente de la practica educativa, que impriman una mentalidad y actitud docente enfocada en la actualización constante y la búsqueda de un enfoque diseñado en la promoción de un cambio social positivo, y en la valoración de una ética de la educación que ilumine a las nuevas generaciones hacia el entendimiento de las nuevas realidades del siglo XXI.              

 

El presente ensayo hace un examen de los aspectos fundamentales de los grandes cambios de la nueva era del conocimiento, que por gracia de la sociedad de la información están procesando un mundo enfocado en el capital intelectual como máxima de valor del sistema económico y social. La emergencia de estos cambios está produciendo un rediseño de las estructuras económicas, sociales y políticas de la sociedad moderna, avizorando un mundo de constantes transformaciones que definen el paso a seguir por los hombres y mujeres del siglo XXI.  En este sentido intentamos probar que la educación, y por lo tanto el profesorado, debe estar enfocada en la comprensión de los fenómenos actuales, en el compromiso de adaptación a los mismos, por medio de la actualización de sus competencias pedagógicas hacia el mejoramiento del proceso de enseñanza y aprendizaje, que incentive a un alumnado preparado para el incesante cambio de nuestro tiempo. Es de considerable importancia el discernimiento certero del profesorado de su rol de forjador del hombre y mujer del futuro, sobre la base de un compromiso pedagógico enfocado en el contexto de nuestro tiempo, de una era en que el conocimiento de la ciencia, la cultura y el trabajo, impulsan a la inversión de la pirámide del poder, permitiendo a las mayorías al acceso de los frutos de nuestra civilización.

La educación ha de ser la prioridad del mundo moderno, pues a partir de ella se podrá lograr las transformaciones que las sociedades requieren, impulsando una calidad de vida para todos en una sociedad estable e integral, que haga énfasis en un desarrollo económico sostenible, en la valoración de los derechos humanos y en relaciones internacionales justas. Es luminosa la idea de que la educación debe estar enfocada en permitir a las generaciones actuales el disfrute de los frutos y ventajas de la era actual, pero permitiendo el consecuente cuidado y respeto de las posibilidades y perspectivas del disfrute de los frutos y ventajas del futuro para las generaciones futuras.  De allí es la naturaleza de este ensayo, en una preocupación sincera por el futuro de la especie humana, de todos y todas en su conjunto, en un entendimiento meridiano de las realidades actuales y circunstancias futuras, que hacen premonitorias visiones de una era de constantes cambios, no ajenas al conflicto social, pero que ciertamente terminaran por definir un mundo diferente al que hemos conocido, en percepción de las prístinas enseñanzas de la filosofía de la historia y extraídas de las potencias de la eficacia de la evolución histórica.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.