La estafa más grande que nos han impuesto los políticos, es la de que en la Constitución se dice claramente, el que… “todos los españoles somos iguales” y esa es una mentira enorme, pero que con toda la cara dura del mundo, los políticos olvidan y se la saltan “a la torera”, ante la indefensión del resto de los súbditos, puesto que nos convierten en súbditos, si ellos mismos no practican “lo que juran o prometen”, puesto que no olvidemos que antes de tomar posesión del cargo, todo político (incluido el rey) han de hacerlo y lo hacen, a mi entender; perjurando la más importante de las leyes.
Si cumplieran con ese juramento o promesa, no existirían tantos privilegios, tantas impunidades y tantos abusos, como y a cara de perro disfrutan.
No olvidemos que a la política, se va voluntariamente y lo mismo se accede al cargo que sea, puesto que nunca hemos visto, sentar a un político en su poltrona, a punta de pistola o encadenado al sillón; por tanto nadie obliga a nadie a dedicarse a la política, que no es un oficio (ojo) es una vocación de servicio público y su misión indiscutible es servir al pueblo y no servirse de él, que es el abuso que de tan extendido, es que da asco.
Un político (macho o hembra, me da igual) tendría que tener un período de tiempo fijado para su ejercicio y luego volver ineludiblemente al oficio de que partiera, si es que partió de alguno (cosa deseable y por aquello que ya dijera Confucio hace dos milenios y medio)… y si no lo tiene, sencillamente que se lo busque, como cada español tuvimos que hacer para ganarnos la vida en cualquiera de ellos y dentro de las leyes.
Si ello no es así, se llega a las aberraciones que ya padecemos y que y por simplificar, han creado una casta especial, que en un momento se incrustó en el dinero público para vivir del mismo y así quieren seguir, hasta la jubilación y además con privilegios que le alcancen hasta la muerte.
Eso, sencillamente es parasitar al resto de la población, que es la que trabaja y produce para su mantenimiento… así de claro y así de sencillo. Incluso el rey, tendría que revalidar su cargo, cada cierto tiempo, para así estar seguro de que el pueblo, le sigue queriendo en el cargo que le dio, mediante un plebiscito.
Eso es igualdad ante las leyes y normas lógicas de una democracia; de una verdadera democracia, de la que todos ellos se llenan la boca, pero sin profundizar en lo que es una auténtica democracia y en la que no se privilegia a nadie, de por vida y mucho menos para su descendencia. En una democracia el cargo público siempre es inestable y sujeto a revisión periódica.
No se puede seguir con tanto mangoneo, con tanto abuso, con tanta impunidad y con tanta cara dura, haciéndonos comulgar con mentiras continuas, abusos y dejándonos cada vez más indefensos ante una nueva clase de intocables y que no tienen derecho a ello, sencillamente por cuanto y como nosotros mismos… “han sido paridos por mujer”.
Llena de indignación, ir viendo todo ello como se va anquilosando y que incluso los llamados a marcar pautas dignas de ser reconocidas, se apalancan en la ley del embudo y sin que se les caiga la cara de vergÁ¼enza, como por ejemplo, a los ex presidentes de gobierno, que por el mero hecho de serlo y haberse dado la vida padre (y que no me vengan con lo de sacrificios y capullos de Alejandría) se les tenga que pagar una cantidad enormemente elevada y de por vida, amén de todo lo que ello conlleva de servidores y demás gabelas… y aparte de ello, que queden libres para incrustarse en empresas, que les paguen cantidades incluso más fuertes aún, por el simple hecho de sentarlos en sus consejos de administración; cosa tampoco explicable, salvo que en su momento, estos “ex”, hicieran méritos y concesiones ante las mismas, a resultas de posteriores pagos por los mismos, puesto que no olvidemos que… “en el mundo en que vivimos nadie da nada a cambio de nada”, posiblemente salvo la madre de uno y probablemente el padre y algún otro muy allegado y ello ya muy excepcionalmente.
Resulta que recientemente (ABC 24-03-2011) ha habido una votación en ese parlamento “de ellos”; en el que los partidos, UPyD y ERC-IU-ICV; piden revisar el estatuto de los ex presidentes del Gobierno y limitar en el tiempo las “pensiones”, y endureciendo las incompatibilidades de sueldos públicos y privados; pero llegado al debate, tanto el PSOE, como el PP, se negaron a aceptar lo propuesto, considerando “aceptable” todo cual ya está; con lo que se demuestra “la obediencia ciega al jefe y por descontado, el no perjudicarse ellos mismos en lo que les pueda corresponder”; o sea que lo primero en las propia panza, el propio bolsillo y al resto pues ya se sabe… “que nos den aquello que se refleja con las castizas palabras de… ajo y agua” (a joderse y aguantarse).
Señalemos que a los ex presidentes y en la actualidad se les paga un millón de pesetas mensuales, amén de coche, chofer, secretaria, guardaespaldas y todo lo demás, que habría que cuantificarlo, para mayor abuso de alguien, que no llamamos, sino que se presentó al cargo, sencillamente por que le dio la gana.
Así estamos en esta españa, que se quiso representar con el “toro de Osborne”, pero sin analizar, que todos… “los toros ibéricos, mueren a estoque en la plaza, previo a ser picados y banderilleados, o con la final puntilla… y los que queden en la dehesa, y no corran esa suerte, su destino y junto a las vacas, no es otro que el matadero, así es que no nos hicieron un favor, presentando ese toro, “con los enormes testículos que le cuelgan”, pero que a la vista está que no sirven para nada. Al pueblo español, se le hubiera representado mucho mejor, con la silueta de un pobre jumento… “lleno de matauras o (o mataduras) y debido a los palos que le propinara su incivilizado amo”. De hecho ya he visto uno situado en la autovía, lado izquierdo y cerca de Córdoba.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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