Sociopolítica

La solidaridad española

El año pasado para esta fecha miraba con preocupación las noticias sobre un nuevo comienzo de la emigración de la juventud (y los menos jóvenes) española y la banalización de un tema tan grave por parte de la Ministra de Trabajo llamándole “Movilidad Laboral”

Pero quizá subestimamos el nivel de compromiso de los Partidos de la oposición, a quienes les es imposible bloquear una reforma laboral que, además de empobrecer nuestro país, hace posible que perdamos población al marcharse nuestros jóvenes y ese 16% de emigrantes que llenaron las cajas de la Seguridad Social.

Resulta difícil pensar que cualquier colaboración de los demás Partidos representados en la Cámara sea posible. Y subestimamos el que parecen estar convencidos de que pueden seguir dejando de lado la opinión de los grupos sociales que cada día se manifiestan por calles y plazas de nuestro país

El año pasado daba gracias porque el cinismo en las declaraciones de los políticos no me había consumido totalmente y albergaba esperanzas de que el Gobierno, con mayoría absoluta, pudiese recapacitar sobre lo nocivo que puede ser para un país  perder una juventud muy preparada, y abaratar costes salariales, empobreciendo el país y paralizando el pequeño comercio, para beneficiar a una reducida masa empresarial que ha transportado sus fábricas al Tercer Mundo, pagando sueldos de esclavitud para traer sus productos a España y poder malvenderlos… (aunque lleven el sello de grandes marcas, son productos Made In China, un poco mejorados).

Doy gracias por ver como los españoles nos levantamos tras cada golpe y vicisitud, vapuleados pero de pie por la solidaridad de quienes menos tienen. Podemos ver, escuchar,  sentir y tener la capacidad de sorprendernos al ver en los programas de TV cómo quienes menos tienen: parados, pensionistas y viudas, ayudan con sus pocos medios a quienes lo necesitan; mientras quienes deberían mantener unos servicios sociales que cumplieran con semejante deber, los cortan, miran hacia otro lado y se reparten sobre-sueldos de los que nadie sabe su procedencia.

Doy gracias por ser parte de esas personas que defienden las causas justas y necesarias, y por tener la inteligencia  que me ha permitido conocer lo mejor y lo peor de los seres humanos. Lo mejor prevalece.

Doy gracias por haberme cruzado en el camino de inmigrantes que todos los días dan lecciones de vida enfrentando todo tipo de vicisitudes, incluyendo la diaria posibilidad de que su familia sea dividida. Y que al llegar a la frontera española se encuentran con cuchillas que les causan graves heridas, si no la muerte en su desesperación por mejorar sus vidas.

Doy gracias a Dios porque a pesar de haber sido toda mi vida un emigrante, he conseguido estar muy cerca de las cosas que siguen haciendo de mi España un país del que uno se puede sentir orgulloso: la solidaridad de los españoles.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.