En el Centro Espacial Kennedy de Florida (EE UU) se ha completado el lanzamiento del Atlantis, el último transbordador estadounidense. A pesar de tener las previsiones meteorológicas en contra, la nave comenzó ayer a las 17h29 (hora peninsular española) la misión STS-135, con suministros y material de investigación para la Estación Espacial Internacional.
El transbordador espacial Atlantis se embarca en su última misión, la STS-135, que además será la última de estas naves de la NASA. Cerca de un millón de personas se acercaron al área del Centro Espacial Kennedy en Florida (EEUU) para verlo despegar el 8 de julio hacia una misión que marca el fin de la era de los transbordadores espaciales.
Estaba previsto que el Atlantis despegara a las 17h26 (hora peninsular) y aunque el pronóstico meteorológico no era favorable, con un 70% de riesgo por nubes o lluvia, el lanzamiento se produjo con éxito tan solo unos minutos más tarde: a las 17h29. «Con el lanzamiento final de hoy del transbordador pasamos página en un período extraordinario de la historia espacial de EEUU», destaca el administrador de la NASA, Charles Bolden.
El destino de la misión, con una duración prevista de 12 días, es una vez más la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), donde se transporta suministros y diverso material para investigación. En esta ocasión viajan solo cuatro 4 astronautas: el comandante Chris Ferguson, el piloto Doug Hurley y los especialistas de la misión Sandy Magnus y Rex Walheim.
El objetivo es llevar el módulo logístico multipropósito Raffaello, que está haciendo su cuarto viaje a la estación. En el día 4 del vuelo, será levantado desde el compartimiento de carga libre y acoplado el nodo Harmony para realizar la descarga del material. Después se volverá a cargar con los residuos del complejo orbital antes de ser devuelto al espacio de carga útil del transbordador el día 10 del vuelo para su retorno a la Tierra.
El Atlantis también transporta el Robotic Refueling Mission (RRM), un experimento diseñado para demostrar y probar las herramientas, tecnologías y técnicas necesarias para reabastecer de combustible a los satélites en el espacio, incluso satélites diseñados para no ser servidos. Además, la nave suministra una bomba de amoníaco de repuesto para sustituir a la que recientemente falló en la ISS.
La misión STS-135 representa el vuelo 135 de la era de los shuttles o transbordadores, es el vuelo 33 del Atlantis y la misión número 37 de un transbordador dedicada al ensamblaje y el suministro de la Estación Espacial Internacional. Las naves rusas, más primitivas pero también más baratas, toman ahora el relevo en exclusiva.
Fuente: NASA