Las ciencias agrícolas y forestales y su utilidad
Los agricultores de pequeña escala en muchos países tropicales dependen principalmente de sus cultivos para su vida diaria, pero, con frecuencia, sin el ingreso adicional que obtienen de los bosques cercanos no podrían sobreponerse a los tiempos difíciles. Esta es la razón por la que las instituciones agrícolas y forestales deberían asociarse cuando llevan a cabo investigaciones dirigidas a determinar las actividades que serán de mayor beneficio para las comunidades y el medio ambiente, dijeron científicos del Centro para la Investigación Forestal Internacional.
Frecuentemente la percepción es que los agricultores hacen una sola cosa: cultivar.
“Pero el cultivo o manejo de los bosques para obtener productos maderables y no maderables para fines de subsistencia y venta es bastante común. Es también una estrategia muy sensata, tanto para aumentar los ingresos como para minimizar el riesgo”, dijo Peter Kanowski, Sub Director General de CIFOR, en la Segunda Conferencia Mundial sobre Investigación Agrícola para el Desarrollo (GCARD2, por sus siglas en inglés) en Uruguay. En la conferencia se habló sobre las esperanzas de un futuro en el que la innovación agrícola eleve la producción y asegure el bienestar de los agricultores de pequeña escala.
Robert Nasi, Director del Programa de Investigación sobre Bosques, Arboles y Agroforestería de CGIAR agregó: “Esto es lo que estamos implementando en nuestro programa de investigación sobre bosques, árboles y agroforestería – trabajando en conjunto con otras instituciones de investigación y socios que abarcan toda la gama de agricultura y bosques.”
Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre y mil millones de personas dependen de los recursos forestales para su vida diaria. Los bosques también brindan servicios esenciales a la agricultura convencional, lo que significa que el futuro abastecimiento de alimentos podría verse comprometido si la deforestación continúa a un ritmo escalonado.
La investigación realizada por la Red de Pobreza y Medioambiente (PEN), la más grande y exhaustiva sobre bosques tropicales y pobreza, indica que en promedio 75 por ciento de los ingresos de los agricultores de pequeña escala proviene de sus cultivos.
Pero es el 25 por ciento restante, principalmente proveniente de los bosques, el que con frecuencia es más importante.
Especialmente, dijo Nasi, “durante los periodos de crisis… cuando hay una sequía, cuando hay escases de alimentos.”
Este rico hábitat natural brinda una segunda fuente de ingresos – mediante la venta de carne, frutos silvestres, corteza, medicinas y micro nutrientes – pero también contribuye en formas indirectas al brindar servicios a los campos y cultivos, como la regulación del agua y la polinización.
Y es fundamental que esto lo entiendan no solamente los agricultores sino también los investigadores agrícolas y forestales.
“Tienen que reconocer que están justo en la misma cartera,” dijo Kanowski, agregando que solamente formando asociaciones los investigadores serán capaces de entregar resultados que funcionen para las comunidades.
Los agricultores también necesitan entender los riesgos de invertir en su terreno y mano de obra para producir un solo cultivo (para biocombustibles o para alimento de animales, por ejemplo).
Los pequeños agricultores estarían en mejor posición si diversificaran sus actividades, recurriendo a los árboles y otros productos en el bosque y – dependiendo de su situación – a algunos cultivos alimenticios.
Los beneficios se ven en los ingresos, pero también en términos de su capacidad de gestión de riesgos y capacidad de supervivencia.
CIFOR, organización que cuenta con más de 200 investigadores y personal de apoyo, no podría realizar su trabajo si no trabajara en equipo con otros investigadores que trabajan en instituciones y países con habilidades complementarias, dijo Kanowski.
“En un nivel, las asociaciones son fundamentales para realmente hacer nuestra investigación, y en otro, nuestra investigación depende de las asociaciones para tener un efecto,” dijo.
“Dependemos de las asociaciones en distintas formas para que nuestro público escuche y comprenda los resultados de nuestra investigación.”
Kanowski dijo que él y sus colegas también confían en las contrapartes en la comunidad de desarrollo, que están trabajando en agencias nacionales de implementación, para involucrarse con la investigación que realiza CIFOR.
Al trabajar juntos, la investigación se “traduce en estrategias de implementación, lo que mejorará la vida de las personas.”
Nasi agregó: “Tenemos que recordarle al mundo agrícola que hay algo más allá de los campos: bosques y árboles.”
“Necesitamos continuar agitando la bandera y decir “Estamos aquí, ustedes no están solos”.
El Programa de Investigación sobre Bosques, Arboles y Agroforestería de CGIAR: Medios de Subsistencia, Paisajes y Gobernanza es liderado por el Centro para la Investigación Forestal Internacional en asociación con Bioversity International, el International Center for Tropical Agriculture y el World Agroforestry Centre. Los centros colaboran con importantes institutos de investigación nacional y otras organizaciones para maximizar el alcance y compartir los resultados de las investigaciones con socios de política y socios que implementan las acciones en el campo, quienes pueden usar y compartir este conocimiento en los países en desarrollo.
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