Enfoques cooperativos; Hoy: Las cooperativas, base de la superación del orden socio-económico actual.
“Para que la reorganización de la sociedad beneficie a la raza humana tiene que ser completa en todas sus partes. Es necesario que las cosas viejas perezcan y todo se renueve”, nos alecciona Robert Owen en su Libro del nuevo mundo moral.
Ahora, conozcamos algo más de Robert Owen, célebre Padre del cooperativismo. Nació en 1771 en Newtown, Montgomeryshire, en el País de Gales, Gran Bretaña. La educación que recibió-según se sabe-fue elemental, sin embargo, muy prematuramente fue un alumno-maestro, circunstancia que sería clave en su vida ulterior, la enseñanza.
Poseía Owen una gran inteligencia que le permitió, entre muchas cosas, comprender el mundo de los negocios y, ello le facilitó lograr, después de desempeñarse en una tienda, visibilizarse en el ámbito industrial, ya que a finales del año de 1780 y a los 18 años de edad, se estableció por cuenta propia en la ciudad de Manchester, así comprendió el mundo económico y sus reglas de desenvolvimiento.
Después de llevar a la práctica sus ideas sociales en emprendimientos productivos colectivos en los EE.UU., y comprobar los reiterados fracasos expuso en New Harmony: “He ensayado aquí un nuevo rumbo, en la esperanza de que cincuenta años de libertad política hubiesen preparado a la población americana a gobernarse a sí misma. Proporcioné la tierra, las casas y gran parte del capital… pero la experiencia ha demostrado que es prematuro tratar de unir a extraños que no han recibido previamente una educación con tal objetivo, de manera que puedan practicar múltiples actividades en su interés común y vivir juntos como si formaran parte de una misma familia”.
Pero es que el capitalismo, como sistema o modelo organizativo de la producción, aun era joven y vigoroso en esa época industrial del siglo XIX.
Concluyó Robert Owen, tras sus experimentos, estudios e investigaciones que “las leyes, el gobierno, las clases, las instituciones y todas las reglamentaciones comerciales del viejo mundo, deben ser puestas de lado y abandonadas apenas se realice la nueva organización y ocupe el puesto de aquella que incluye en su seno toda la vieja miseria humana.”
Hoy, en el siglo XXI, todas las miserias, producto de un decadente y senil modelo capitalista, expuesto a través de la destrucción de la naturaleza y sobre todo del peligroso proceso de posible extinción de la especie humana, confluyen para afirmar que esa nueva organización de la que nos habla Owen es sobre la base y sustento de las cooperativas.
El 17 de noviembre de 1858 moría a los 87 años Robert Owen en Liverpool, no sin antes y tal como él mismo le dijo a través de una carta a un amigo “Creo que esta será, mi última actividad pública, y quiero que represente la culminación de mi vida”, se refería a su discurso pronunciado en la Asociación Nacional para la Promoción de la Ciencia Social, sin finalizar debido a un desmayo del que no se recuperó.
No hemos hecho más que una fugaz semblanza del pensamiento y acción de este gran hombre y su formidable aporte al progreso social de la humanidad, y en razón a ello quedamos en deuda.
Robert Owen es conocido también como un socialista utópico, pero resulta que sus sueños y experiencias, además de sus escritos como legado, constituyen, a mi modesta convicción de que las cooperativas son la base de la superación del orden socio-económico actual que clama, de manera dramática, una transformación que conmueva toda la estructura de la etapa humana primitiva y egoísta, ya agotada.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!