Nunca se habló tanto de Estado de Derecho. Y quienes nos lo recuerdan a menudo casi siempre lo hacen para esconder bajo su manto protector acciones injustas. Existe el Derecho, no cabe duda,y sin alguna de sus leyes este mundo sería un poco peor, pero ¿de dónde procede, quién lo controla y cómo se aplica? Existe la Justicia, no cabe duda, y el deseo de justicia es tan multitudinario en todas partes como escasa su presencia, a pesar del Derecho. Cabría preguntarse entonces ¿qué Estado elabora sus leyes de tal modo que Justicia y Derecho coincidan? ¿O es que ambos corresponden a dos mundos paralelos donde la Justicia se expresa en los Mandamientos que Dios nos propone y el Derecho en las leyes que el más fuerte impone?. Más aún: ¿ No se disfraza el Derecho de Justicia para aparentar dignidad ? Y en este baile de disfraces , ¿no sucede lo mismo cuando un país ataca a otro con la excusa que no cumple este o aquel derecho ,pero sin importarle arremeter contra el derecho a la vida del soldado atacante o de los habitantes del país atacado? El derecho a la vida, que es el primero de todos los derechos.El primero de todos. Una tremenda carga de hipocresía se esconde bajo las máscaras de organizaciones que dicen defender los derechos humanos, como la ONU o la OTAN y en realidad defienden los derechos de algunos humanos -sus patronos- contra los derechos de todos aquellos que les molestan.
LAS SORPRESAS DEL CAJÁN DE SASTRE
Entre las materias que precisan los Estados para elaborar sus leyes se suele destacar la economía, ya que esta es el material sensible que a todos afecta, pero en cambio se silencia el papel que otras dos disciplinas cumplen a la hora de tomar estas o aquellas decisiones legales. Hablamos de dos ayudantes extraordinariamente importantes: la Sociología y la Psicología.
Nunca como hoy Sociología, Psicología Social y Derecho se habían unido tanto para trabajar en la misma dirección ni conseguido tan alta implicación social, y tampoco nunca como hoy tales disciplinas habían alcanzado tan alto grado de perversión que las hace practicamente irreconocibles. La Sociología nació como un método plural de aproximación a la realidad social del modo más parecido a una ciencia clásica, y ahora es una alidada del Poder social dominante. El Derecho tuvo peor origen, y así sigue, pues surgió de la necesidad de que los fuertes se protegiesen de las aspiraciones de los débiles a ser como ellos y por tanto obligarles a mantenerse dentro de unas reglas del juego marcadas por los fuertes. Estas reglas del juego sufren de continuo modificaciones según los grupos que ostentan el poder y circunstancias económicas,sociales, históricas y hasta climáticas, siendo diferente la vara de medir los mismos hechos según qué Estado legisle,lo que convierte al Derecho en un cajón de sastre donde cabe de todo y da de comer a muchos togados y a más de un verdugo. Ejemplos sobran hasta en la prensa diaria para tomar nota de la variedad de asuntos que en unos países son delitos y en otros no, y de las muy variadas penas que corresponden a delitos iguales ya no solo entre un país y otro, o entre uno u otro estado federal del mismo país sino hasta entre un juez y otro que sentencian en el mismo edificio. Así que la mala fama que tiene el Derecho mal llamado Justicia y quienes lo aplican a cualquier nivel es tan lamentable como ganada a pulso.
UN CONCIERTO A TRES VOCES BAJO LA MISMA BATUTA
En la actualidad Sociología , Psicología Social y Derecho colaboran unidas para dar forma y hacer digeribles para el gran público las partituras de estos conciertos financiero-industrial- eclesiásticos que se elaboran en el Club Bilderberg o en reuniones de «hombres G» con número para lanzar al mundo lo que escuchará y sufrirá todo el Planeta bajo las batutas de sumisos gobiernos sin principios y diversos cargos públicos de agencias y organizaciones internacionales más que sospechosas.
Cada vez más parecida a un banco datos para la práctica del márketing socio-político, la Sociología, que nació con vocación de comprender la compleja realidad social se aplica para acomodarla al gusto de sus patronos, y se da al espionaje de las actitudes y pensamientos de las gentes sobre muy diversos asuntos a través de un sin fin de encuestas de las que se excluyen o incluyen los asuntos que interesa o no airear y cuyos resultados se amañan ,si es necesario, para hacerlos creíbles y justificar tal o cual decisión de los partidos gobernantes. En este trabajo halla en la Psicología una buena aliada, entendida a su vez -y degenerada en sus cometidos- como lo que podría llamarse Departamento para la Modificación de la Conducta de los Ciudadanos allá donde se acceda a ellos: en los centros de enseñanza, en las fábricas o ante el televisor. ¿No oyeron hablar de la Psicología Conductista y de su estrategia del palo y la zanahoria? Así es cómo una ciencia que nació para comprender el alma humana y ayudarle a superar sus limitaciones se convirtió en controladora y limitante para el desarrollo del alma humana en sus potencias de memoria ( que se secuestra) entendimiento ( que se oscurece) y voluntad (que se somete). Y mientras la Sociología se ocupa de diseñar los barrotes de la jaula para disimularlos, la Psicología Social intenta que el prisionero se adapte a su condición y crea que es la mejor.O si no observen el hambre del mundo mientras comen con el telediario y si se descuidan hasta se sentirán culpables.
En cuanto al Estado de Derecho como entidad supuestamente capaz de garantizar precisamente lo que le da su razón de ser,¿existe realmente? Para obtener respuestas justas tendriamos que exponer en el tablón de anuncios del mundo esa pregunta, y bajo ella la lista de calamidades mundiales, casi todas amparadas o ignoradas por el Estado correspondiente:
Guerras imperialistas y locales atizadas por Estados de Derecho.
Genocidios por el control de recursos y territorios y el negocio de la guerra.
Discriminaciones diversas por origen nacional, racial, económico y sexual.
Corrupción política y judicial.
Recortes sociales y educativos para incrementar gastos militares.
Recortes de salarios y pensiones.
Proliferación del despido libre y contratos basura.
Desempleoy ERES sin garantías laborales ni asistenciales.
Parcialidad de la llamada justicia hasta con los propios jueces.(Véase el «Caso Garzón»).
Detenciones ilegales, condenas desproporcionadas, excarcelaciones por presiones desde la sombra,práctica de la tortura y la pena de muerte en muchos Estados de Derecho.
Existencia de paraísos fiscales ilegales tan conocidos como respetados por los Estados.De Derecho, claro está.
Proliferación de métodos policiacos de control social y personal.(Por ejemplo los acosos policiales a inmigrantes y los centros de internamiento para extranjeros).
Tolerancia a instituciones religiosas no democráticas a las que además se apoya con dinero público capaz de acabar con la mayuoría de recortes sociales (caso de la Iglesia y sus diez mil millones de euros para este ejercicio).
Subvenciones públicas para sacar a flote industrias y bancos y hasta las economías privadas y jubilaciones con primas escandalosas )de gerentes de esos negocios, creando deuda interna que los pueblos pagaremos sin que nos sea devuelta jamás, y de paso hipotecando nuestro presente y el porvernir laboral y el bienestar de nuestros hijos.
Recortes de los derechos de libertad de expresión ( cada vez menos derechos sindicales y sociales, y más presiones en Internet a medios a comunicación independientes, mientras que los medios de comunicación públicos y los poderes financieros con todos sus organos de información tienen prioridad total.
Todas estas realidades y otras más evidencian que el Estado de Derecho del que se vanaglorian las naciones más civilizadas olvida demasiado a menudo los derechos esenciales de los ciudadanos. A través de infinidad trucos legales muchos derechos sobre el papel,como los famosos Derechos Humanos, se convierten en grandes mentiras reales.
¿QUÁ‰ PERSIGUE EL PODER CON ESTAS MANIFIESTAS INJUSTICIAS?
Por lo que respecta al campo de la realidad social, convertirla en algo acorde con con sus necesidades macroeconómicas, presupuestarias, sociolaborales o de cualquier orden que conduzca finalmente a la imposición del suyo. ¿Y qué persigue su orden?
Dominar, atar y separanos.Para esto se pone en marcha una gigantesca máquina, una máquina cada vez mejor entrenada, más precisa y tenaz dirigida por los llamados Expertos, verdaderas tribus de gentes insomnes y dispuestas a mentir con la máxima seriedad donde y cuando convenga. Bajo el paraguas de sus títulos, pero grises a pesar de todo, sirven a la Máquina con un ritual de monaguillo desde las páginas de los periódicos, las pantallas de los televisores, las aulas de los centros de enseñanza en todos sus niveles, los atriles de los parlamentos y los púlpitos del clero. Las «versiones beta» hacen labores auxiliares en cientos de oficinas de todo tipo en todas partes del tejido social y en toda clase de antros donde el Poder quiera llegar con sus tentáculos, por muy alejados que se hallen de su centro de decisiones. De este modo se desparrama por miles de arterias y capilares hasta alcanzar a cada persona el mensaje que conviene dar sobre lo que debe creer y lo que no, sobre lo que debe hacer o de lo que debe abstenerse, lo que debe pensasr y lo que deber ignorar , apreciar o despreciar.Y el mensaje final siempre viene a decirnos dos cosas fundamentales: que la Realidad es siempre diferente a la que todos estamos viendo ante nuestros ojos ,y que pase lo que pase debemos estar tranquilos porque ellos -los expertos en bla bla bla- saben lo que deben hacer por nosotros. Sin duda ese doble mensaje podría ser el del capitán del Titánic antes de irse a pique.
¿ Qué harán los viajeros cuando vean claramente que el barco se hunde?. Eso va a depender de la conciencia personal ante las leyes de la Justicia como referencia, que -visto lo visto- poco tienen que ver con el Derecho.