Un investigador británico acaba de desarrollar un modelo matemático para determinar qué aspecto tendrá un tatuaje a medida que envejezca la piel sobre la que se dibujó. Su trabajo aparece publicado en la revista Mathematics Today.
Quien decide tatuarse piensa que llevará una marca inalterable sobre la piel, pero en realidad las tintas se dispersarán con el tiempo y el dibujo original se acabará alterando. Ahora, el profesor Ian Eames, del University College de Londres, ha creado un modelo matemático que permite, por primera vez, simular los cambios que sufre un tatuaje a través de los años.
“El tipo de piel, la edad, el tamaño del tatuaje, la exposición al sol y el tipo de tinta utilizado son los factores que determinan la forma en que el tatuaje se distorsionará con el tiempo”, declara Eames.
Durante el proceso de tatuado se insertan partículas insolubles en la dermis, la capa que se encuentra inmediatamente debajo de la más externa, la epidermis. Las tintas utilizadas provienen en muchos casos de metales pesados, como mercurio, plomo, cadmio, níquel, cinc y hierro, y están compuestas por una suspensión de partículas insolubles en agua.
El tatuaje que Lady Gaga lleva en el antebrazo tendrá el aspecto de la segunda foto en 5 años y el de la tercera dentro de 20. Imagen: University College de Londres.
Colorantes en movimiento
Cuando el tatuador pincha la dermis con agujas para aplicar la tinta –una sustancia ‘extraña’–, el organismo genera una respuesta inmune que hace que los glóbulos blancos acudan a limpiarla. En este proceso se eliminan del cuerpo algunas de las partículas de la tinta; pero otras permanecen y quedan atrapadas en el tejido conjuntivo del organismo, formando parte del tatuaje. En el plazo de un mes, el nexo entre la epidermis y la dermis se habrá reformado y el dibujo quedará fijado para siempre en el cuerpo.
Sin embargo, no siempre conservará su aspecto original, ya que, con el paso del tiempo, las células que contienen la tinta mueren, se dividen o se desprenden del organismo, en un proceso inevitable que acabará alterando el dibujo. Eames ha creado el primer modelo teórico que integra los datos del movimiento de las partículas colorantes en las células cutáneas y que pronostica su evolución a largo plazo.
Los gruesos aguantan más tiempo
“Mi investigación proporciona un marco matemático que nos permite predecir cómo se moverán en la piel las partículas de tinta en un periodo de 20 años. Esto ayudará a sentar las bases para evaluar las implicaciones de los tatuajes en la salud. También servirá para que las personas que decidan tatuarse se hagan una idea de cómo se verá su dibujo al cabo de los años”.
Según los modelos matemáticos, los tatuajes de mayor tamaño y líneas más gruesas envejecen mejor que aquellos que son más pequeños y detallados, puesto que las líneas finas acaban desvaneciéndose antes –en unos diez años–.
En algunas culturas –por ejemplo, en la polinesia–, los tatuajes son muy comunes, mientras que en otras se han convertido en seña de pertenencia a grupos tan diversos como militares, marinos, mafiosos, pandilleros o presidiarios. Sin embargo, en la actualidad, su uso se ha generalizado.
Se estima que el 36% de los adolescentes estadounidenses de entre 18 y 25 años y hasta un 40% de los que tienen entre 26 y 40 años tienen alguna parte de su cuerpo marcada con tinta. También resulta común ver tatuajes en la piel de personajes famosos, como es el caso de Angelina Jolie, David Beckham o, incluso, la primera dama británica, Samantha Cameron.
Inspirado por su abuelo y la mecánica de fluidos
Fue precisamente el recuerdo de un tatuaje familiar lo que llevó a Eames a otorgar una perspectiva científica a su interés personal.
“Mi abuelo se alistó en la Marina cuando tenía 17 años y gastó el sueldo de su primera de semana de trabajo en un tatuaje del que estaba tremendamente orgulloso. Sin embargo, a lo largo de su vida, se fue viendo borroso. Me interesó comprender cómo y por qué el tatuaje cambiaba con el tiempo, especialmente ahora, ya que hay mucha gente que se tatúa. Los tatuajes también dan respuesta a interesantes cuestiones científicas”, explica Eames a SINC.
Para este profesor de mecánica de fluidos los tatuajes están muy relacionados con la disciplina de la que es experto: “Las partículas de la tinta son insolubles y no se disuelven, sino que se dispersan. El modelo técnico que he aplicado en este caso es común en, por ejemplo, el estudio de cómo las partículas se propagan en el entorno de un hospital o las turbulencias que esparcen un contaminante en el mar o en el aire”.
Fuente: SINC